El concierto del músico/Rodrigo Aridjis
Las dudas son elementales.
¿Por qué, si el Poder Judicial tienen total certeza de que Rosario Robles es culpable del manejo indebido de recursos públicos –en el desempeño de sus cargos–, el Fiscal General y el Juez de Control debieron acudir a la violación constitucional para llevar a prisión a la ex presidenta del PRD.
¿Por qué el Juez de Control y el Fiscas General no dejaron que las “horribles” culpas de la señora Robles hicieran caer, por su propio peso, la responsabilidad y la prisión contra la ex secretaria de Estado?
¿Por qué acudir a “chicanadas legales” y poner el riesgo un caso que, según el gobierno federal, llevaría inexorablemente a prisión a Rosario Robles y a muchos de sus colaboradores?
¿Por qué si la señora Robles tiene en su contra todos los elementos que la harían responsable de un escandaloso saqueo de dinero público, el poder político –léase el poder presidencial–, exhibió una grosera violación a la división de poderes y un más cuestionable manoseo del Poder Judicial para llevar a prisión a Rosario Robles?
La respuesta a las interrogantes anteriores, a las contradicciones flagrantes y a la monstruosidad jurídica que propiciaron los poderes presidencial y judicial, sólo se entenderían ante un escenario perverso que se expresa con una sola palabra; venganza.
En efecto, sólo en un escenario de venganza contra Rosario Robles se entiende que los poderes presidencia y judicial hayan recurrido a monstruosidades jurídicas como las que abajo se enumeran.
1.- Se violó el debido proceso y la garantía de legalidad, consagrado en el Artículo 14 Constitucional. Y es que el caso no se adecua al “delito continuo” por el que se dictó “el acto de vinculación”.
2.- Es decir, que en la resolución se afirma que existieron “pluralidad de conductas” delictivas, lo que solamente existe en el “delito continuado”, no en el “delito continuo”.
Peor aún, la absurda hipótesis afirma que el sujeto pasivo del “delito continuado”, es la Hacienda Pública; cuando la Hacienda Pública no es una persona moral y tampoco puede ser sujeto pasivo del delito.
3.- Se violó, además, la presunción de inocencia de Rosario Robles, ya que los delitos por los que fue acusada no ameritan prisión. Aún así, el Juez de Control ordenó la prisión preventiva con el argumento visible de que pudiera darse a la fuga ya que el domicilio señalado como vivienda de la acusada no era el que registraba la identificación presentada.
4.- Se violó la división de poderes, prevista en el 127 Constitucional, ya que el Juez José de Jesús Delgadillo Padierna –sobrino de Dolores Padierna–, se convirtió en Ministerio Público al ordenar al Fiscal General ampliar la investigación. lo cual fue abolido en la Constitución desde 1917.
5.- Se violaron garantías individuales –como los derechos humanos–, de Rosario Robles, quien fue privada de su libertad sin un juicio justo y apegado a derecho.
6.- Se violó la secrecía del juicio, ya que manos interesadas divulgaron de manera integra el “Auto de Vinculación a Proceso”, que es parte del expediente y debe ser reservado al los participantes del proceso. Manos que buscan dañar a Rosario Robles divulgaron el documento con “plecas” en los párrafos que, según el interés perverso, debían destacarse.
8.- Se violó la Fracción III del artículo 214 del Código Penal Federal, ya que el juez maneja, indistintamente y de manera contradictoria, figuras penales como “delito continuo” y “delito continuado”.
9.- Además de que se viola el Artículo 16 Constitucional que garantiza que establece: “Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles, posesiones, sino en virtud de un mandamiento escrito de la autoridad competente que funde y motive la causa legal del procedimiento…” En el caso en cuestión, el Juez ignoró que el presunto delito de Rosario Robles no era causal de prisión.
10.- Pero la “joyita” del caso –como lo señalamos ayer–, es que el Juez de Control, José de Jesús Delgadillo Padierna, es sobrino de Dolores Padierna, esposa de René Bejarano. El juez le debe el cargo a sus tíos, a los que hoy paga el favor para vengar la prisión de Bejarano cuando en 2004 se dieron a conocer los “video-escándalos”.
¡Así el manoseo de la justicia mexicana!
Al tiempo.