El presupuesto es un laberinto
Guerrilla: ¿jóvenes valientes o ejes del Estado socialista?
Por: Carlos Ramírez
1.- El presidente López Obrador y su propuesta de gobierno ha quedado cercada por tres lados: sus aliados revolucionarios anti capitalistas, sus acuerdos con el empresariado capitalino y regiomontano y la ausencia de un verdadero nuevo régimen.
2.- El debate sobre la guerrilla 1962-1985 tiene que ver con la caracterización del régimen priísta aún vigente: ni a la izquierda comunista ni a la derecha empresarial, sino todo lo contrario.
3.- La lucha de la guerrilla no fue un día de campo. Los “jóvenes valientes” no tomaron las armas y las hicieron funcionar para luchar por la justicia, sino para derrocar de manera revolucionaria al régimen priísta e instaurar, según sus proclamas, un régimen socialista-comunista tipo cubano.
4.- La división político-ideológica en la sociedad en el periodo 1950-1982 creó un bloque intelectual que funcionó hasta finales del gobierno de López Portillo: el sector progresista del PRI que rechazó la ruptura revolucionaria de la guerrilla y pugnó por la reforma democrática desde el seno del régimen priísta. El equilibrio ideológico del Estado priísta entre radicales de la derecha y la izquierda llevaron a un proceso de reforma política en cámara lenta.
5.- La respuesta de fuerza del Estado a los ataques de la guerrilla rural y urbana –asaltos, secuestros, bombazos, asesinatos– confirmó el modelo de “los dos demonios”. El demonio del Estado creó el demonio de la guerrilla y el demonio de la violencia guerrillera prohijó al demonio del Estado represor.
6.- El ataque guerrillero al Cuartel Madera el 23 de septiembre de 1965 fue la declaración de guerra de un grupo civil armado contra el Estado. El homenaje a dos sobrevivientes de ese ataque olvidó a los militares que defendieron las instituciones del Estado. De haber ganado en ese asalto, la guerrilla hubiera consolidado una posición beligerante.
7.- México no era una dictadura, sino, en la categoría de Juan Linz, un régimen autoritario con espacios de disidencia, con una base social sostenida por el modelo de Miguel Alemán en su reforma del artículo 3 constitucional de diciembre de 1946: el bienestar por encima de la democracia. El PRI era el instrumento de control social a partir de la estructura fundada por el presidente Cárdenas en 1938 con la corporativización de los sectores productivos, un modelo leninista con oposición moderada.
8.- La oposición al PRI carecía de ideología: la derecha panista nació desde la plutocracia que buscaba un capitalismo moderno con equilibrios democráticos; la izquierda comunista (el PCM) carecía de fuerza y no encontró espacios para institucionalizarse como partido electoral; y el PPS lombardista se convirtió en apéndice del PRI. En términos pragmáticos, el PRI encontró el modelo ideal: una gran coalición ideológica de clases, corrientes, sectores y grupos de presión, pero con la clave de subordinarse de manera absoluta al presidente de la república como el factor de equilibrio de posiciones de poder. A este régimen le llamó José Revueltas “un Estado ideológico total y totalizador”, no totalitario. La base de legitimación del PRI fue su papel como el motor de la herencia de la Revolución Mexicana.
9.- Sin bases, sin masas y con cuadros ideologizados en Cuba, Corea del Norte y Moscú, la ultraizquierda guerrillera careció de capacidad estratégica militar para combatir al Estado. El asalto al Cuartel Madera, imitando el asalto al Cuartel Moncada de Fidel Castro, pretendía asentar la guerrilla revolucionaria en el campo y las montañas. Por tanto, la guerrilla careció de bases sociales en campo, ciudades y fábricas, apenas un poco en universidades públicas. La protesta masiva juvenil del 68 eludió a la guerrilla.
10.- La Liga Comunista 23 de Septiembre como eje de la guerrilla urbana fue un grupo radical que atacó el cuartel Madera sin tener capacidad, organización ni armas y provocó la dura respuesta del Estado. No fue una disputa por la democracia o por el autoritarismo, sino una situación de intento de ruptura revolucionaria para cambiar desde una minoría armada y violenta el carácter del Estado.
11.- La guerrilla llevó a una reforma política larga. López Obrador, su gobierno y su propuesta no son hijos de la guerrilla, sino de la lucha interna en la gran coalición priísta estallada en 1987 por la disputa por la candidatura presidencial de 1988. Los priístas se salieron del PRI, fundaron el PRD, se separaron como Morena y acogieron a sectores disidentes, pero sin una propuesta de cambio socialista de régimen.
12.- El Estado que aplastó a las guerrillas es el mismo Estado que está rindiendo homenaje a los sobrevivientes por lo que no lograron: la revolución socialista.
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