Descomplicado
Se acabo la secrecía militar
Tranquilo, con hablar pausado, conociendo cada acción, cada instante del operativo militar que se había convertido en imágenes, el general secretario Luis Cresencio Sandoval terminaba con la extrema secrecía militar.
Parteaguas en la relación militar con la sociedad, su informe iba de las razones operativas a la imagen de un soldado herido que perdería su pierna por un disparo calibre 50. Una realidad castrense donde fueron atacados hasta en sus recamaras.
Una historia que incluyo un relato donde un militar protege a niños en una instalación militar atacada hasta con granadas.
Como dijo el presidente de la republica lo que mostro el General Sandoval fue ¨casi el inicio de una guerra¨.
Una guerra donde los soldados fueron amenazados, atacados, heridos, muertos por una organización criminal con gran poder de fuego.
Paso a paso, minuto a minuto, el General Secretario nos mostro la realidad de una ciudad atacada, de militares secuestrados, de vehículos castrenses en manos militares. Aterrador.
Y, también, tan importante, nos enseñó la capacidad de respuesta que no utilizaron para evitar muerte de civiles, una tragedia, nos mostró sus helicópteros con ametralladoras que pueden disparar 6 mil balas por minuto.
La exposición del general Luis Cresencio Sandoval fue de una honestidad tan valiente que provoco obligadamente una nueva reflexión sobre lo sucedido en Culiacán. ¿Suficiente?
Diría que le sobra, sin el mínimo ocultamiento, un nuevo decir militar…
En Twitter: @isabelarvide