Abanico
T-MEC y sus personales negocios son el Waterloo de Napito Gómez Urrutia
Precedido de un tormentoso retorno a la política nacional acusado de haberse robado 50 millones de dólares de los trabajadores mineros, Napoleón Gómez Urrutia se ha convertido en el más serio dolor de cabeza de Andrés Manuel López Obrador en su esfuerzo por mantener aceptables relaciones con el sector privado nacional.
Mientras que AMLO envía diariamente señales de concordia, estabilidad y coordinación a los sectores empresariales, el hijo Napoleón Gómez Sada le descompone esa tarea con sus intenciones de imponer sus intereses personales, disfrazados de cruzadas laborales, al presidente de la república.
Con mucho tino el columnista Martín Espinosa descubre el verdadero rostro de sindicalista empresarial de Napito:
“La Reforma Laboral publicada por el presidente López Obrador el pasado 1 de mayo tendrá no sólo un cronograma claro para ponerse en marcha el próximo año, tendrá también suficientes recursos para que no haya obstáculos en su implementación.
El Presupuesto de Egresos 2020, que debe discutirse por los diputados federales en las próximas horas para ser aprobado antes de la medianoche del próximo viernes 15 de noviembre, etiquetará 900 millones de dólares, algo así como 18 mil millones de pesos, para ese propósito.
Sólo parece haber un obstáculo: el senador Napoleón Gómez Urrutia. El también líder minero quiere condicionar otro acuerdo que se logró con la comitiva norteamericana, que es la creación del Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral, a cambio de que le aprueben otros dictámenes que son de su interés muy personal.”
Y Martín continúa:
“La Cámara de Diputados aprobó, a finales de octubre, la existencia de dicho Centro y sólo falta la aprobación por parte del Senado, en particular de la Comisión de Trabajo de ese órgano legislativo que preside precisamente Gómez Urrutia. Pero el referido senador ha decidido secuestrar la minuta hasta que no le aprueben sus caprichos, como es prohibir la subcontratación laboral, duplicar el costo de los juicios laborales, entre otros excesos que sólo buscan afectar al sector privado del país.
En corto ha dicho que si quieren ver nacer el Centro, hasta disculpas tendrán que ofrecerle la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, y su padre, el prestigiado abogado laboralista Arturo Alcalde, de quienes se queja de recibir malos tratos y descortesías.
El tema no es menor; está en juego la credibilidad del Presidente, la imagen internacional del país, pero, sobre todo, si no se aprovecha esta oportunidad, se podría posponer la ratificación del T-MEC hasta cuatro o seis meses, cuando vuelva a haber condiciones para su ratificación en Estados Unidos».
A Napito lo señalan como “peligroso” personajes de la talla de Larry Rubín, presidente de la Sociedad Americana en México, Larry Rubin, quien dijo al diario El Economista:
“Hay que tener cuidado con los cambios estructurales que pueden afectar a la inversión y que pueden hacer a México menos competitivo; particularmente, la iniciativa del senador Napoleón Gómez Urrutia, creo que asusta la inversión porque quiere equiparar a la tercerización como una actividad criminal”.
Rubin puntualiza que atravesamos por una situación compleja en cuanto a seguridad, un elemento que de por sí afecta a la inversión extranjera,….pone en riesgo la aprobación del T-MEC, eso es lo que más nos preocupa, sería una gran desventaja de México con respecto a otros países que si lo hacen.
Rubin considera apropiada la propuesta del diputado Ulises Murguía Soto, pues reconoce que el outsourcing es una actividad que debe regularse en México pero sin caer en extremos “una iniciativa bastante adecuada y moderna conforme a lo que otros países, particularmente Estados Unidos hacen.
A esas opiniones de Rubin y de Martín Espinosa se suman las de sectores empresariales como el CCE que preside el conciliador Carlos Salazar o la Coparmex del rudo Gustavo de Hoyos.
En materia laboral, como en muchos otros cambios de la 4T, hay que recordar que lo sabio es pensar que ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre.
En tiempo real
1.- Ulises Ruiz critica duramente las políticas asistencialistas de la 4T. El ex gobernador oaxaqueño dijo que: “la enorme cantidad de recursos que se destinan a las transferencias monetarias directas hacia la población que contrasta con la casi inexistencia de fondos para fomentar el emprendimiento, como lo es la capacitación, el impulso a la organización productiva y el financiamiento a micro y medianas empresas”.
A su modo de ver, el asistencialismo es visto en su gobierno igual que en las décadas recientes, como mecanismo electoral. Y vaya que así fue.
2.- No puede ser casualidad que en menos de dos semanas en CUATRO encuestas diferentes, hayan presentado al senador Félix Salgado Macedonio como el mejor prospecto que tiene Morena para la candidatura al gobierno de Guerrero en el 2021.
Salgado Macedonio supera por varios puntos a los precandidatos del PRD, Beatriz Múgica Murga; de Movimiento Ciudadano, el ex alcalde de Acapulco Luis Walton; y del PRI, el senador Manuel Añorve.
3.- Rosario Ibarra tendría que haber sido más cuidadosa al momento de tomar protesta como titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, la forma en cómo se llevo a cabo el acto, entre gritos, empujones y jaloneos, es una estampa vergonzosa que ya quedo grabada en la historia del organismo.
Pudo haber sido distinto si ella lo hubiera evitado. Pero no lo hizo. Está por verse si realmente será la defensora de las víctimas, si como afirmó actuará de forma autónoma libre de cualquier responsabilidad partidista.