Abanico
EN LAS NUBES
Un derecho inviolable
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Como ya lo expresamos bienvenido el primer Presidente indígena de la historia, Evo Morales y aplaudimos que el gobierno de la Cuarta Transformación rescate la tradicional, limpia, comprometida y valiente política exterior, que tanto prestigio ha dado a nuestro México.
Aunque les duela a unos cuantos “fifís”
Los republicanos Iberos, en los treinta y los sudamericanos, en los setenta. Son ejemplo
Pero antes una disculpa por habernos confundido con el cargo del colega al que pusimos director general.
Para no incurrir en el error, damos a conocer su travesía curricular sin omitir algo:
“Periodista y escritor; Presidente del Colegio Nacional de Licenciados en Periodismo, CONALIPE; Secretario de Desarrollo Social de la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP; Presidente fundador y vitalicio honorario de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, FAPERMEX, miembro del Consejo Consultivo permanente del Club Primera Plana, Doctor Honoris Causa por la Universidad Internacional y Académico de Número de la Academia Nacional de Historia y Geografía, ANHG”.
Sí, don José Antonio Aspiros Villagómez se trata de nuestro común amigo y colega Teodoro Rentería Arroyave. Un hombre muy importante.
Coincidimos con él en que el Asilo Político es un principio constitucional y “está regulado por normas internacionales que da responsabilidades tanto al país que acoge al refugiado como a la persona que solicita la ayuda”.
Brindar asistencia a un personaje que tuvo que huir o fue expulsado de su país debido a problemas Políticos.
Este es un derecho inviolable.
Recordemos que como sucede hoy, también esa reacción se opuso a la protección que México brindó en tiempos del presidente Lázaro Cárdenas del Rio, a los refugiados españoles, muchos de ellos niños
Y en tiempo de Luis Echeverría a las decenas de ciudadanos sudamericanos, muchos de ellos periodistas, cuando las brutales dictaduras castrenses.
Mencionaremos a algunos de los famosos personajes a los que México protegió con el asilo político:
Primero a un ícono de la historia latinoamericana, el libertador, José Martí, quien llegó a México en 1875 luego de que sufriera un exilio por parte de España como una forma de castigo por su lucha en Cuba.
En 1937 a León Trotsky, impulsor de la revolución Rusa.
En 1938 al célebre cineastas español, Luis Buñuel, perseguido por Franco.
En 1973 a Hortensia Bussi, viuda del presidente mártir de Chile, Salvador Allende.
En 1976 al presidente argentino, Héctor José Cámpora.
En 1978 a Rigoberta Menchú, la defensora de los derechos de los pueblos indígenas. Ella, cuatro años después investida con el Premio Nobel de la Paz.
Y a Manuel Zelaya, expresidente de Honduras, quien recibió asilo político por parte de Felipe Calderón.
Qué vergüenza que la reacción criolla mexicana ahora se desgarra las vestiduras porque nuestro gobierno le ha otorgado asilo político al presidente renunciante de la República de Bolivia, Evo Morales.
No sabemos si desconocen o se hacen, lo que es el Asilo Político y la gloriosa historia que México ha escrito al prodigar esta protección a hombres y mujeres que están en peligro de perder hasta la vida en sus países de origen.
Desde luego que esta actitud de los reaccionarios de siempre no es nueva.
Siempre han protestado, cuando se trata de un personaje contrario a sus ideas medievales, lo que quieren es quemarlo con leña verde.
No habrá, como en época del esposo de doña Marta, un “Comes y te vas”.