Tregua verbal
El recuerdo de la gran dignidad de Lillian Hellman frente al macarthismo, viene a la mente cuando se entera uno de los anticomunismos enfermizos como los de Lily Téllez, quien agrega a un curriculum similar el cercenar con su actitud el derecho fundamental de las mujeres sobre su cuerpo. Ante la petición de la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia, del partido Morena que plantea que se expulse de su cuerpo de senadores a la mencionada titular, resulta absurdo el apoyo que le ha dado públicamente el secretario de seguridad Alfonso Durazo. El derecho que ella tiene a pensar diferente de los demás y asumir una ideología de derecha en apoyo a las peores causas en este momento, soslaya lo contrario: que los demás a los que involucra con sus fobias, tienen derechos también a pensar diferente. Llega al extremo de dirigirse al propio presidente de la República para pedirle que no promueva el comunismo -como si AMLO lo hiciera -, en un atrevimiento, ofensivo para millones en el país que tiene una posición progresista y de izquierda, estén o no en partidos. La pregunta preocupante es el apoyo de Durazo a calificarla como “honesta y comprometida con México”.
Vientos de fronda contra la izquierda ya se circulan en México
Ingenuos seríamos si pensáramos que por culpa de la izquierda se tumbó a Evo en Bolivia
y se tiene en amenaza permanente a Maduro en Venezuela. Atrás está la riqueza que tienen esos países. Pero el acceso a esas riquezas las obstaculiza otra forma de pensar. El anticomunismo que dominó la guerra fría tenía como fin aniquilar el poderío de la Unión Soviética y su expansión en el mundo. Era una rival de gran importancia para los grandes negocios y la dominación gringa. Trump ha sido demasiado evidente y exhibe a diario esa intención de ir sobre gobiernos de países que no piensan como el y lo vemos en el reforzamiento de la agresión contra Cuba y la permanente presión sobre Venezuela. El tema del anticomunismo de Téllez en México al que no se le ha dado importancia, también pasa de largo para Durazo. Habla el funcionario de la diversidad de opiniones que privan en la 4T, pero el tema se mete en un berenjenal si se recuerda toda la persecución que generó el anticomunismo y como desde un banco del Senado, alguien remueve en este momento situaciones que ya se evidencian en otras partes del mundo ¿Es anticomunista también el titular de Seguridad, es antiabortista, es todo lo que en su formación derechista es la señora Téllez? Pero además, si la comisión morenista plantea un hecho fundamental, la expulsión de Téllez, es que con todos los problemas internos que tenga Morena, no hay coincidencia con ella en el proyecto de la 4T. Ante el poco cuidado que se tuvo de involucrarla, se ignoró su trayectoria y su salida debilita en un número la bancada de Morena. Pero la señora debe irse.
Lilian Hellman dio al mundo lecciones de dignidad en la guerra fría.
La persecución macarthista que involucró a sectores intelectuales y artísticos, puso en evidencia la liviandad de las concepciones de muchos de ellos y la forma como personajes conocidos delataron a su compañeros y en algunos casos amigos, por un quítame estas pajas. Hasta hacían cola para denunciar, entre ellos Elia Kazán, José Ferrer, Robert Taylor, Sterling Hayden, Arte Shaw, Lee J Coob, entre muchos. En un excelente artículo publicado por Mario Benedetti el autor de La tegua, en 1984, poco después de la muerte de la estadounidense judía Lilian Hellman escritora y dramaturga, pone énfasis en ese carácter de gran valía con el que se enfrentó al comité investigador de las actividades de izquierda y cuenta como muchos fueron encarcelados, despedidos de sus trabajos y señalados ante el propio pueblo como delincuentes. Ella se negó a apoyarse en la enmienda que la protegía y se presentó a declarar. Benedetti menciona la carta que envío al comité, en la que señala que ella jamás se prestaría a delatar a nadie ni hacer daño a persona alguna por su forma de pensar. Ello le valió a la gran escritora el aprecio de miles y se cuenta que cuando asistía a un evento o presentaba algún libro, la gente la recibía de pie y con aplausos. Eso no ocurrirá con su casi tocaya, mujer que arrastra un pensamiento conservador que se empeña en imponer. No lo logrará.