
El legado de Francisco
Alguna vez fuimos niños
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Y en ocasiones, nos dedicamos más al trabajo que a nuestra familia.
Piensa, no te olvides, acerca de ese niño interior que llevamos en nuestra alma.
Un día, un padre estaba en el trabajo cuando su hijo llegó y le dijo:
“Papá, ¿Te puedo hacer una pregunta?
“Sí, hijo ¿Cuál es?
“¿Cuánto ganas de dinero al día?”
El padre furioso y molestó contestó:
“Eso no es de tu interés, ¿Por qué preguntas algo así?”
“Yo solo quería saber, por favor dime ahora ¿Cuánto?
” Gano 500 pesos al día”.
¿Podrías prestarme 300?
El papá enojado:
“Si la única razón por la que me preguntaste cuánto dinero ganaba al día para prestarte un poco para algún juguete o algo sin sentido, entonces consíguelo por tus méritos.
Ve a dormir ¡Por favor!”
Pensó porqué su hijo era tan insensible, trabajo cada día para que se comporte de esa manera.
El pequeño caminó lentamente hacía su cuarto y cerró la puerta.
El hombre se sentó, empezó a reflexionar, y a ponerse un poco más iracundo y molesto por las preguntas del niño.
Después de una hora o más, el hombre ya más calmado tuvo pensamiento sobre su hijo y la familia.
“Quizás él realmente necesita el dinero.
Fue a la habitación del pequeño y triste niño y abrió la puerta.
“Hijo, ¿Éstas dormido?”
El pequeño chico contestó. ”No, papá”.
Quizás fui un poco duro contigo, aquí tienes el dinero que me pediste.
El pequeño saltó de la cama y con una sonrisa en el rostro dijo:
“¡Gracias Papá, eres lo máximo!”
Entonces su papá notó que bajó las almohadas su hijo tenía algo de dinero y empezó a enojarse de nuevo.
“¿Por qué querías dinero si ya tenías?”
“Papá, ahora que ya completé los quinientos pesos. ¿Puedo comprar un día de tu tiempo?
Me gustaría tomar el desayuno contigo y que estemos todo el día juntos.”
El papá enternecido se fundió en un gran abrazo con su hijo.
Esta corta reflexión recuerda todo lo importante que es el trabajo duro. Pero no deberíamos dejar que el tiempo se vaya de nuestras manos sin haberlo gastado con las personas más importantes en nuestras vidas.
Esas las que son más cercanas a nuestro corazón.
Si mañana morimos, entonces nuestro lugar en el trabajo puede ser fácilmente tener reemplazo en pocos días.
Mientras que la familia y los amigos que dejamos atrás sentirán la pérdida el resto de sus vidas.