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CIUDAD DE MÉXICO, 30 de diciembre de 2019. — La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), en atención a los efectos del cambio climático, impulsa desde la ciencia una producción agrícola sustentable, además de desarrollar tecnología que fortalezca sus líneas de acción para alcanzar la autosuficiencia alimentaria en productos básicos.
Es así que el Programa MasAgro, de Agricultura y del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMyT), brinda soluciones para superar este desafío con acciones para mitigar los efectos del cambio climático: investigación estratégica para desarrollar nuevas variedades de maíz y trigo resistentes a enfermedades, calor y sequías, con mayor calidad de grano.
El CIMMyT destacó que, ante el crecimiento poblacional y las nuevas condiciones climáticas, la producción de alimentos es una prioridad global, por lo que se requiere cambiar la forma de hacer agricultura: pasar de una convencional –la que genera gases contaminantes y, con frecuencia, pocos rendimientos– a una sustentable, eficiente y climáticamente inteligente.
Como parte de los resultados alcanzados, se ha logrado identificar líneas de trigo con 40 por ciento más rendimiento que el mejor testigo (práctica o variedad convencional) y se seleccionaron cinco mil 850 nuevas líneas de trigo resistentes a enfermedades; igualmente, a partir del mejoramiento dirigido a las regiones productoras, se obtuvieron 40 líneas con interés para la cadena de valor de trigo, subrayó.
Además de desarrollar investigación estratégica útil para que la agricultura nacional se adapte a las nuevas condiciones climáticas, MasAgro traslada ese conocimiento directamente a los actores involucrados en la actividad agrícola: productores y técnicos, quienes contribuyen a reducir el impacto medioambiental de la agricultura, observó el organismo internacional.
Otra acción a destacar radica en que MasAgro y sus investigadores validaron, integraron y promovieron diversas tecnologías de sensores ópticos para optimizar la fertilización nitrogenada; esto es relevante, pues aunque habitualmente se habla del papel del dióxido de carbono (CO2) en el calentamiento global, el nitrógeno también contribuye, ya que tiene un potencial de calentamiento global entre 200 y 300 veces superior al CO2, agregó.
Comentó que cuando no son aplicados racional y adecuadamente, gran parte de los fertilizantes nitrogenados se desperdicia y contribuye a la contaminación atmosférica y de los acuíferos (además de afectar la salud de quienes lo aplican).
El uso de sensores ópticos permite que la fertilización sea más efectiva, reduciendo de manera significativa los costos de producción, incrementando la rentabilidad y minimizando el impacto ambiental, indicó.
Cambio climático en la agricultura
Científicos advierten que ninguna sociedad es ajena al cambio climático y a sus efectos: escasez de agua, daños por inundaciones, tormentas, olas de calor y sequías que afectan la actividad agrícola y pecuaria, además de que implica una menor disponibilidad de alimentos a nivel local y global.
Entre sus principales causas por actividad humana están la emisión de gases contaminantes, la inadecuada gestión energética, el cambio de uso de tierra, la deforestación, la ganadería y la agricultura, señalan especialistas.
Se estima que la agricultura produce 24 por ciento de los gases de efecto invernadero que favorecen el cambio climático y se proyecta que la productividad agrícola podría disminuir como impacto de este fenómeno.