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CIUDAD DE MÉXICO, 7 de mayo de 2020. — El hoyo en la capa de ozono que se cerró hace algunos días se ubica en el Ártico, una masa de hielo que flota sobre el mar en el Polo Norte del planeta, explicó Graciela Raga, investigadora del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la UNAM.
“Se cerró por cuestiones dinámicas, cuando las ondas y flujo de los vientos dieron lugar a que se rompiera el vórtice en la estratósfera del Polo Norte”, dijo la especialista, en un comunicado.
Detalló que ese agujero es distinto al que está sobre la Antártida, en el Polo Sur, cuyo cierre continúa y es paulatino desde que en la década de los 90 del siglo pasado se suspendió en el planeta el uso de los clorofluorocarbonos, compuestos químicos que destruyen esa capa que nos protege de la radiación ultravioleta.
Estamos acostumbrados a oír los reportes del hoyo en la estratósfera de la Antártida y que se haya producido un agujero tan profundo sobre el Ártico, es inusual.
Explicó que durante el invierno en ambos hemisferios (norte y sur) se forma un vórtice con vientos muy intensos, que circulan alrededor de cada Polo.
“Estos vientos impiden que se mezcle el aire de las zonas subtropicales y tropicales con el aire que queda encerrado en la zona polar, cuya frontera serían estos vientos muy intensos”, expuso.
El agujero se cerró en la primavera por factores dinámicos en la atmósfera. La destrucción del hoyo es a causa de fenómenos físicos, aunque en su creación también interviene la química.
“Ese evento fue inusual porque no es frecuente que el vórtice permanezca sin romperse en el hemisferio norte, lo que dio lugar a que se destruyera el ozono”.
En general, durante el invierno, sin luz solar, las temperaturas llegan a 70 u 80 grados bajo cero, y se forman nubes estratosféricas polares que son importantes en la destrucción del ozono. Cuando llega la primavera en cada hemisferio, se produce la destrucción acelerada del ozono del aire que ha quedado encerrado por el vórtice polar.
La distribución de masas continentales en el hemisferio norte, y que el Ártico sea un océano, con hielo flotando sobre el mar, en lugar de un continente como la Antártida, hacen que los vientos no tan frecuentemente constituyan un vórtice cerrado.
Aunque se observó un hoyo en la capa de ozono sobre el Ártico, las concentraciones de ozono fueron mayores que del hoyo situado sobre la Antártida (hemisferio sur) durante la última primavera.
En tanto, el hoyo sobre la Antártida, que nos afecta porque deja pasar la luz ultravioleta, muy dañina para la vida, se está recuperado lentamente. “Es el único éxito de la política ambiental a nivel internacional de las últimas décadas”, concluyó.