Descomplicado
Insumos a debate: lo que importa es salvar vidas
El tema de los ventiladores para enfermos graves del Covid 19, se pone como callejón sin salida ante una emergencia que se dispara, pero en algunos países ya se están buscando opciones a partir de la innovación y la creatividad humana. Se parte de que ante la lucha contra un virus, la creatividad humana venza. En México ya se anuncia la fabricación de los aparatos tradicionales. Por otra parte, convertir el tema en político como está sucediendo con el asunto del hijo de Bartlett, es distraer el grave problema, cuando esos adminículos se han convertido en el mejor salvamento de vidas. La venta de esos aparatos ha hecho muchos ricos en el mundo de la industria, pero ante la inventiva humana que se está buscando, es posible que sean países del tercer mundo los que encuentren otra solución. Por lo pronto, ya hay propuestas que pueden entrar al rescate con los viejos sistemas que se usaban en problemas respiratorios como las bolsas resucitadoras y los que se usan para la apnea. Los del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias pueden dar opiniones al respecto. Pero en algunos países como Colombia, ya se están aplicando. En México el surtido deficitario ha sido tema para críticos del sistema y de ironía para medios nacionales pese a la gravedad, sin tomar en cuenta que muchos aparatos que llegaron sin tener los aditamentos suficientes, pasaron por muchos procesos inacabados debido a las diversas piezas que se precisan y que son importadas de varias países del mundo. Hay que considerar que alrededor del 5 por ciento de los enfermos necesita un ventilador para dar tiempo a que se recuperen. La situación plantea un asunto de ética: si alguien tiene ventiladores y es posible acceder a ellos mediante pago, ¿qué importa el origen del vendedor, la causa que lo impulsa y otros cuestionamientos? Si bien estamos en un país pobre en algunas partes del mundo están pagando hasta 45 mil dólares por uno de esos aparatos siempre que esté disponible. Ya desde fines de marzo, las compañías fabricantes de esos auxiliares habían anunciado que iba a ser imposible dar abasto a la demanda y pese a que fabricantes emergentes se han sumado, la cadena de piezas que demandan esos respiradores es el obstáculo. Se trabaja con varias compañías a nivel mundial y hay que esperar a que lleguen las refacciones necesarias ¿Qué papel tendrán ante ellas los innovadores y los que apliquen viejas técnicas en momentos en que el acaparamiento de la fabricación, ha disparado las fortunas de muchas de esas compañías?
La vida humana no le importa a una jauría humana que solo ve la paja
El escándalo que se ha hecho de la compra de ventiladores de parte del IMSS-Hidalgo, a León Manuel Bartlett Álvarez, hijo del director general de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Manuel Bartlett Díaz, parece broma en la voz de los que están denunciando. Una de ellas la señora Xóchitl Gálvez quien apoyó a una Josefina Vázquez Mota para la gubernatura del Edomex, mientras a ésta se le exigía que diera cuenta de los dineros que le habían dado para apoyar migrantes, cantidad de la cual no se sabía nada. Otros, como los de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad se mueven enardecidos, mientras hacen mutis sobre los desmanes de Fox y Calderón y de señalamientos que se le hacen a ese último de conocer la situación de García Luna. Ese organismo que preside Claudio X. González, se alimenta de recursos privados y de organismos suizos y organizaciones gringas como la Fundación Ford y la Fundación MacArthur, entre otras y se dedica a enfrentar al gobierno actual mientras hay quienes los acusan de golpistas. A Bartlett se le señala de vender los ventiladores a millón 550 mil pesos cada uno. A fines de marzo antes de que se disparara la demanda de ventiladores en el mundo, en Estados Unidos ya se vendían en algunos casos a 45 mil dólares. En la venta que hizo el gobierno de Estados Unidos a México de 211 ventiladores, había unos que costaban 571 mil pesos y el promedio de esa venta fue de poco más de 476 mil pesos cada uno. Pero la venta se hizo de gobierno a gobierno. Ante la carencia en el país, algunas empresas encarecieron el producto. La urgencia de obtener ventiladores puede llevar a la compra elevada. Si en el momento de la venta de Bartlett la urgencia era necesaria, ¿qué es lo que entra en juego, el gasto o el salvamento de vidas? ¿Implica eso sanción?
Opositores rabiosos no calibran la necesidad ante la pérdida
La literatura les daría lecciones…si leyeran. Hay varios cuentos que he leído que se llaman El collar de perlas, todos extraordinarios. Uno de Katherine Mansfield, otro de Maurice Leblanc y uno más, de Somerset Maughan. Este último sobre un culto, pero insoportable hombre que conocía a fondo todo lo referente a joyas preciosas. En un viaje de recreo por yate, en el que sus acompañantes ya no lo toleraban, descubrió que una de ellas, una hermosa mujer, llevaba un collar de perlas. Son unas de las perlas auténticas más bellas que he visto, dijo. La mujer y su esposo, que la acompañaba, le aclararon riendo, que el collar era falso y él apostó que les demostraría lo contrario. Por la noche recibió debajo de la puerta de su galera, una carta en la que le pedían que no dijera nada sobre la autenticidad del collar y salvara su matrimonio. Lo firmaba la esposa. Pensativo, aquel hombre soberbio que había pasado por la vida imponiendo sus conocimientos y era reconocido por ellos, dijo al día siguiente delante de sus acompañantes, que el collar, examinado, era en efecto, falso. La mujer suspiró y lo miró agradecida, mientras él perdía ante los demás su prepotencia. Así es, hay que saber cuándo.