Regreso de Trump causa incertidumbre en el panorama económico
CIUDAD DE MÉXICO, 10 de junio de 2020. — Catelene Passchier, presidenta del Grupo de los Trabajadores del Consejo de Administración de la OIT, dijo que en las políticas necesarias para la recuperación de la pandemia de Covid 19, debe contarse con una mayor regulación del trabajo digital y la mejora del diálogo social y el tripartismo de cara a una mayor justicia social y trabajo decente para todos.
La Conferencia Internacional del Trabajo (CIT) debe iniciar su labor esta segunda semana de junio. El orden del día incluía cuestiones cuyo debate habría sido muy importante, especialmente en el contexto actual de la Covid 19.
Temas como la protección social y las desigualdades en el trabajo, o también sobre la importante labor desempeñada por la Comisión de Aplicación de Normas. Debemos ahora asegurarnos de que estas cuestiones tengan un lugar prominente en el programa de la CIT del año próximo, y de que los riesgos y desafíos planteados por la pandemia sean tenidos en cuenta en la labor futura.
Dijo que esta crisis ha afectado profundamente a todo el mundo. Sin embargo, quienes más han sufrido han sido los trabajadores de la salud y del sector de los cuidados, así como quienes trabajan en servicios esenciales o en la distribución, la producción de alimentos y el transporte.
Son ellos también quienes han asumido los mayores riesgos, puesto que muy a menudo no gozan de la protección suficiente en materia de salud y seguridad en el trabajo. Esta cuestión tiene una extrema importancia y la OIT debería abordarla de forma prioritaria.
Al mismo tiempo, millones de trabajadores en la escala más baja de nuestros mercados laborales, con empleos precarios o en la economía informal, se han visto afectados por el confinamiento. Estas personas pagan un precio muy alto, pierden el empleo y los medios de subsistencia, y carecen de la protección adecuada de seguridad social. Muchos de ellos quedan en una situación de pobreza y en la incapacidad de alimentar a sus familias.
Por lo tanto, se necesita más que nunca una protección social universal. Urge hacer un esfuerzo mundial y coordinado para aplicar dicha protección social universal, que haya una inversión importante para financiarla, especialmente dirigida a los países y regiones más pobres, de modo que puedan proporcionar un apoyo concreto a sus poblaciones.
Quisiera subrayar que esta crisis encierra una prominente dimensión de género. En esta crisis hay una mayoría de “heroínas”, pues las mujeres cubren un mayor número de empleos en el sector de la salud y los servicios esenciales.
En muchos casos son inmigrantes. Y, sin embargo, muchas de ellas siguen obteniendo salarios y condiciones de trabajo deficientes, al tiempo que han visto crecer la carga de trabajo no remunerado durante la crisis. En la economía informal y en la escala más baja de las cadenas mundiales de suministro, muy golpeadas por la crisis, como la industria de la confección, son principalmente mujeres quienes pierden el empleo, sin acceso a ningún tipo de protección social.
Si a esto le sumamos la cantidad de informes que estamos recibiendo del mundo entero sobre el aumento de la violencia doméstica contra las mujeres y las niñas a raíz de la crisis, queda claro que, para afrontar las consecuencias de la crisis y recuperarnos, las políticas que se adopten deben incluir un enfoque sólido e integrador de las cuestiones de género.
Los efectos de la actual crisis son devastadores para millones de trabajadores. Y son igualmente sombrías las perspectivas de alcanzar una recuperación justa y rápida, sabiendo, además, que la crisis agrava aún más las desigualdades existentes. Sin embargo, cada vez son más los sindicatos de diversos países y regiones que defienden los derechos y la protección de los trabajadores y reivindican un lugar en la mesa para debatir las medidas de alivio y los planes de recuperación.
Finalmente señaló que la OIT está bien situada para recordar a la comunidad internacional que la justicia social, el diálogo social y el respeto de los derechos de los trabajadores deben desempeñar un papel primordial en cualquier plan que se establezca para afrontar la crisis actual y recuperarse de la misma.