Juego de ojos
El desfase de las Mañaneras…
¿El caos, responsabilidad de Jesús Ramírez?
A las 4:30 de la mañana, cuando ya teníamos hora y media de haber llegado a formarnos, como limosneros, a la puerta de Moneda de Palacio Nacional, se metió en una fila que los demás respetábamos, obligados a desplazarnos según el agua de las mangueras del camión de limpia. La tal Chabela, Isabel González, de Grupo Imagen, venía sin bañarse, sin peinarse, con una bolsa de plástico como portafolios y toda la soberbia como uniforme.
Después, cuando ordenadamente entramos al salón donde se desarrolla la Mañanera, previa toma de temperatura, gel en las manos, se le atravesó a una compañera que había llegado desde las 3:15 de la mañana, detrás de mí. Y se sentó en la silla que no le correspondía, a gritos, a insultos y a punto de golpearla.
La gente de Jesús Ramírez no se atrevió a ponerla en su lugar. Hubiese sido alimentar el circo, pleito de mercado.
Primer desfase de la Mañanera. Mujeres ‘periodistas’ sin bañar que casi golpean por un sitio, con total impunidad. Detrás la chica que cubre Basta, que llegó con la credencial de otro, y así entró, después de un breve intercambio con el funcionario que había pasado antes, muy de noche, junto a nosotros como si fuésemos invisibles. Ella tampoco se había bañado.
Falta de respeto que se contrapone, desfase de la Mañanera, a la falta de respeto de la oficina de Comunicación Social que tiene a todos formados en la calle desde las 3 de la mañana, de la noche sería más correcto.
¿Por qué, para qué, si hay asientos asignados a medios? A los medios de comunicación que cada mañana atacan, incluso calumnian al gobierno de López Obrador. Los mismos que fueron ‘invitados’ a la gira del Sureste, donde ningún otro periodista pudo entrar a las conferencias de prensa.
Y es que si no llegas a formarte a las 3 de la mañana no te permiten entrar. La tal Chabela llegó mucho después, sin problema. Lo que significa, si te bañas, no dormir.
Lo que se traduce en una espera de 4 horas para que empiece la conferencia de prensa. En la calle. Parado. O sentado en un banquito de plástico, si lo llevas.
Cuando el Presidente López Obrador habla, y esta mañana de miércoles era muy interesante el tema de la gran crisis económica, del desempleo infinito que padecemos, ninguno lo escucha. Todos buscan en sus celulares mensajes o leen las noticias del día. Lo ignoran, en verdad lo ignoran.
Al comenzar las preguntas, la elegida o el elegido, suelta un rollo sin sentido, que no se relaciona al tema que se trató, y vuelve a preguntar, y vuelve a preguntar, y vuelve a preguntar… cuatro veces Dalila Escobar de Coahuila, medio bañada, despeinada, en fachas muy cutres, cuatro veces preguntó. Más de 20 minutos en parafraseadas como “…cómo encontrar un acuerdo y que la gente no se sienta confundida”.
O todavía mejor, preguntar, así de cínica, que opina de que el único BOA es el de la Santanera… lo que obliga al primer mandatario a entrar en ese contexto. Y luego otra pregunta sobre Miguel Barbosa, media conferencia de prensa. Total impunidad, contra las reglas que establecen dos preguntas por reportero.
Otro desfase.
Y la “periodista” insiste afirmando que Felipe Calderón “habla de que sería legal”. ¿Y la pregunta? Tantos años esperando por poder entrevistar, cuestionar al Presidente, a sus políticas de gobierno.
Quieren lucirse ante las cámaras de televisión, pero van sin bañarse…
Después siguió un señor llamado Héctor Tlatempa, que no llegó a las 3 de la mañana y obtuvo sitio en primera fila, que pertenece a un medio independiente, así dijo, llamado “Puntos Suspensivos”. El cuestionó, en verdad, cuestionó, esa era su pregunta, pedir una cita, una cita personal con la Secretaria de Trabajo… para hablar de la supuesta reelección de Martín Esparza… ¿De parte de quién?…
Y luego la tal Chabela, apropiándose del micrófono para un rollo larguísimo, larguísimo, de Covid y vacunas contra influenza, más otras cuatro preguntas intrascendentes y rolleras, que pena para Grupo Imagen… ¿Y todo lo que habló el Presidente sobre la crisis económica? No lo escucharon.
La joven, sin bañarse, ni peinarse, ni vestirse apropiadamente, del Grupo Cantón, Diario Basta, Lizbeth Álvarez, llevaba tres preguntas escritas. La primera fue si AMLO creía que pueden “sacarlo de Palacio”…
Antes una señora, muchos años encima, mal tinte de pelo, falda cortísima como de Table Dance, muy ridícula, dijo venir de La Caracola, y pidió al Presidente un mensaje para los afroamericanos de Estados Unidos. ¿Te cae?
A esas alturas, muy cerca de las nueve de la mañana, el esfuerzo mayor era logra que no se te cerraran los ojos, la noche en vela para que, a ti, sí a ti, te permitiesen entrar…
¿Será una jugada intencional de Jesús Ramírez el infinito caos, desfase absoluto entre lo que informa el Presidente López Obrador, y lo que preguntan, la falta de respeto en vestuario y presentación, la pésima calidad de los ‘medios’ que representan, la agresión consentida de la Chabela? Todo para destruir el más grande esfuerzo de comunicación…