
Teléfono rojo
Morena sin adversarios de tamaño nacional
@guerrerochipres
En este proceso electoral destacan dos condiciones: el predominio generalizado de una opinión popular y electoral a favor de Morena y la inhabilidad, hasta el momento, de cualquiera de las oposiciones de constituirse como un adversario creíble, partidariamente hablando, respecto del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, y de su partido.
Inclusive la reciente salida de una decena de gobernadores del instrumento inicialmente priista de diálogo con el panismo, la Conferencia Nacional de Gobernadores, la Conago, es un intento de concentrar las divergencias respecto de Morena y, sobre todo, una estrategia que revela, en su aparente esfuerzo, la debilidad de los contrincantes: de todos ellos no hay quien represente en este momento una voz nacional robusta, concentradora y de arrastre a las voces discordantes del titular del poder ejecutivo.
No quiere decir, por supuesto, que no sea relevante, pero esta pertinencia coyuntural que se atribuyen es menor respecto del tipo de acumulación de fuerza electoral requerida para que, de ser el caso, pudiera seriamente impedirse la ratificación popular de Morena en este proceso que ha iniciado y que se desahogará en julio del 2021.
Hago algunas anotaciones específicas, por ejemplo, del caso de la decisión del INE cancelando probabilidades de registro a México Libre. Discrepo de la idea de que a Morena le favorece esa negativa.
Por el contrario, la competencia que aportaría el partido en debate de Margarita Zavala y el ex presidente Felipe Calderón, permitiría que la democracia cristiana reencontrara una identidad. Y, necesariamente, pasaría por la división del voto conservador convencional católico y el más o menos liberal que habita todavía en el PAN.
Si hubiera de pensarse en un beneficiario de la ausencia de registro a México Libre sería el PAN. Ha existido una buena relación de ese partido con un segmento de los consejeros del INE.
Así que, primer punto: a Morena no le desfavorece que haya más competidores.
En lo que respecta a Morena, me parece que hay muy pocas dudas fundadas y sustentadas con percepción aprobatoria y demostrable por encuestas en las que se observe una pérdida catastrófica de opinión.
Nada esencial ha trastocado la hegemonía del partido en el gobierno pese a las documentadas sutilezas de que “hay contradicciones” o “desencanto”. Cuando estas se indican, no son acompañadas de alguna referencia ética o programática importante representada por una dirección política alternativa.
El gobierno carece de adversario creíble incluso para el presunto “frente” contra el Presidente López Obrador y suponiendo que los gobernadores que salieron ayer de la Conago tuvieran influencia y representatividad nacional considerable.
Por lo tanto, podemos apostar libremente a favor de la confirmación del predominio morenista. En lo que respecta a la vida interna de Morena es donde existe el más interesante proceso de confrontación y reconstitución de alianzas.
Es ahí donde debería observarse cómo dentro del partido en el poder se está procesando la configuración del proyecto político que seguirá al de AMLO y que tiene frente a sí las dos grandes opciones inclinadas en diversa proporción hacia izquierdas convencionales o más revolucionadas en consonancia con el comportamiento de la política global, progresista y de innovación.
Ayer inició el mayor proceso electoral en la historia de nuestro país. Culminará el próximo 6 de junio de 2021. Se renovará la integración de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, concurrirán elecciones locales en las 32 entidades del país. Además de las 300 diputaciones de mayoría relativa y 200 de representación proporcional a nivel federal, el 6 de junio de 2021 estarán en disputa electoral 15 gubernaturas, mil 63 diputaciones locales, mil 926 presidencias municipales, dos mil 122 sindicaturas, 15 mil 107 regidurías y 635 juntas municipales, que implican un total de 21 mil 368 cargos de elección popular.
Cabe entonces destacar que, dada la ausencia de liderazgos adversariales con reputación nacionales, la elección del 2021 será histórica, para irritación previsible de los adversarios semi-coaligados del partido gobernante, específicamente porque se verificará en qué medida ratifica al grupo en el poder.
La elección del 2021 traerá sorpresas, mucho más dentro de Morena que fuera del partido gobernante.