Poder y dinero/Víctor Sánchez Baños
DEA: la soberanía por venir
@guerrerochipres
De un golpe, la detención del ex Secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, demuestra hechos contundentes en relación con el pasado, presente y con el vecino del norte.
La DEA ha consolidado su presencia, sus operaciones son amplias y son parte de una capacidad cuyos detalles parecen escapar al conocimiento del gobierno mexicano.
La independencia de su operación en nuestro país está conectada con el naturalizado intervencionismo estadounidense, con la evidencia de la imposibilidad de compartir información con autoridades que aun son vistas con desconfianza por parte de esos organismos policiales transnacionales, por las prioridades de la agenda del gobierno estadounidense y las relaciones entre las diversas agencias y la enormidad de los tramos del control de la información sobre nuestro país y la delincuencia organizada que es desconocida por las autoridades mexicanas.
La historia de la DEA en México está relacionada con el crecimiento de los organismos delictivos y la indisposición e inhabilidad estructural de contener, tanto la generación y flujo de drogas y el negocio criminal asociado con ellas, como con las enormes oportunidades de la economía informal y la impunidad que permiten el crecimiento y existencia flexible y global de esos mismos organismos.
Claramente, de manera visible para la opinión pública desde 1984 cuando ocurre el asesinato del periodista Manuel Buendía, al año siguiente con el asesinato de Kiki Camarena y, luego, con la detención de Rafael Caro Quintero y la desaparición de la Dirección Federal de Seguridad, la presencia de la DEA en México y en todo el continente se ha consolidado junto con sus capacidades puntuales de acción más allá de lo que imaginamos.
La detención el extitular de la Defensa más que una amenaza es la expresión de un conjunto de vulnerabilidades de las instituciones mexicanas. La ausencia de percepción de seguridad, desde y para los Estados Unidos, existe desde hace décadas y se ha venido consolidando.
México no es soberano sobre sus capacidades de hacer justicia. Tal vez no pueda serlo, práctica y verificablemente, con el vecino hegemónico y con el principal consumidor de drogas del mundo al lado que es al mismo tiempo beneficiario, recipiendario y usufructuario de la producción, tráfico y consumo de las mismas.
La investigación realizada por autoridades judiciales de Estados Unidos en contra del ex Secretario de Enrique Peña Nieto es la base para el juicio que se le inició, profundiza la línea de complicidad con el narcotráfico por el que han sido acusados integrantes de los Gabinetes de Seguridad de gobiernos anteriores. Y falta mucha información que conocer y que ya está en manos de otras autoridades que no son, aun, las nacionales.