El presupuesto es un laberinto
El despertar, tras unas elecciones tan peleadas
Asombrosa ha sido la votación en Estados Unidos, la segunda más grande de su historia. Joe Biden ha alcanzado la más grande votación de todos los tiempos en ese país: más de 71 millones de votantes. En medio del maremágnum de esos electores que aparecen en los conteos, se han olvidado transitoriamente los millones de contagios por el Covid 19 en ese país, líder de esa enfermedad, y los que pudieron ser inoculados durante este proceso electoral, pese a la tecnología, los cuidados y previsiones. La palabra millones se repite en otros confines, no siempre como motivo de sorpresa y gusto. Son los millones de contagios en el mundo, el millón trescientos mil de los que han muerto y a ellos se suman otros millones que parece haber pasado a segundo término. Son los de los animales que han tenido que ser sacrificados por haber mutado el coronavirus y ser causa de contagio en seres humanos. Se informa de muchos de esos animales pero el que más sorpresa causa es el visón, especie de roedor de crianza. Dinamarca que controla esos criaderos a nivel mundial, decidió exterminar 17 millones de esos roedores que tanto enervan la presunción de las mujeres que usan su piel en abrigos y otras prendas. A ellos se suman millones de gallinas, cerdos, animales vacunos y muchos más que son rastreados como portadores de algo que el ser humano incubó con su descuido y desprecio por la naturaleza. A Dinamarca se han sumado España y otros representantes de los países bajos, en exterminar visones.
Víctimas indirectas de la irresponsabilidad y el desprecio humano
En el marco del proceso electoral en Estados Unidos un tema muy repetido fue el de la pandemia y sus graves efectos en ese país ¿Cómo es posible es la pregunta, que en el que se considera el país más poderoso sea el más afectado por ese virus? La repuesta se atribuye a la irresponsabilidad del ciudadano, pero sobre todo a las decisiones gubernamentales que en el caso de los gobiernos dejaron pasar muchas medidas obligadas. En el asunto de los animales y el exterminio millonario que se tiene que hacer de muchos, hay un hilo conductor que viene de atrás. Aparte del visón, que se usa para hacer abrigos de piel sobre todo, hay muchos animales que lo acompañan en el quehacer de dotar a las mujeres de un elemento de abrigo y de elegancia. Y que son muertos millones todos los años. Están las chinchillas, los mapaches, los zorros, los linces, los lobos o coyotes, el armiño, las ardillas, los ocelotes, los leopardos, las vicuñas, entre otros, millones de animales, algunos montaraces y otros de criaderos que son sacrificados anualmente para la vanidad humana. Para hacer un solo abrigo según cada animal, informan los fabricantes, se necesitan 300 chinchillas que es un tipo de roedor, 60 visones, 250 ardillas, 30 mapaches y así por el estilo. Es una depreciación vital, permanente, abusiva de muerte animal, y peligrosa para el control ambiental. Eso también se da en las muertes masivas de animales que son exterminados, porque al quemar sus cuerpos se produce una gran contaminación y alteración de los terrenos donde son depositados en gran cantidad de desechos. Un problema, que ante cuestiones tan llamativas como un proceso electoral en la lucha por el poder, la vida animal pasa a un lejano término.
Al abrigo de armiño cantaba Gardel y Gógol hablaba de aquel gabán
Famosos poemas, canciones y obras literarias se han referido al abrigo como protagonista, ya sea por referirse a una mujer que lo usaba o para destacar una prenda distintiva de alguien. Pero hay prendas que se convierten en monumento de la literatura no solo por lo que significan comúnmente sino por las metáforas que encierran. Es el caso de El capote o El gabán según algunas traducciones, de Nikolái Gógol. La historia es sobre un oficinista que para aparecer presentable, ahorra buena parte de su salario para comprar un deslumbrante capote. Lo que sucede a lo largo de la trama, cuando unos ladrones se lo roban y aparecen unos fantasmas ha sido objeto de miles de interpretaciones y análisis, ya que es considerada una cumbre de las letras rusas. El gran escritor de Las almas muertas, falleció en 1852 a los 42 años. Todos surgimos de El capote de Gogol, dicen muchos escritores y Vladimir Nabokov se suma a la frase y sostiene que para él, es una de las pocas obras literarias “que no tienen grietas”. A continuación para cambiar de tema, y muy al estilo del tango, Carlos Gardel canta los versos de:
Aquel Tapado de Armiño
Aquel tapado de armiño
todo forrado en lamé
tu cuerpecito abrigaba
al salir del cabaret
Cuando pasaste a mi lado
prendida a aquel gigoló
aquel tapado de armiño
¡cuánta pena me costó!