Aún difícil, vacuna contra VIH, considera especialista de UNAM
CIUDAD DE MÉXICO, 8 de noviembre de 2020. — En los últimos años se han incrementado los casos de miopía en niños y jóvenes y podrían agudizarse durante el actual confinamiento, debido al mayor uso de computadoras, tabletas, televisores y teléfonos celulares, alertó Reyna Citalán, académica de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES), Unidad León, de la UNAM.
“En un futuro no muy lejano vamos a tener un porcentaje alto de pacientes pediátricos con miopía y no es por cuestiones genéticas, sino por el uso de estos dispositivos”, aseveró por medio de un comunicado.
La Asociación Mexicana de Facultades, Escuelas, Colegios y Consejos de Optometría prevé que para el 2050 la mitad de la población mundial tendrá esta afectación; mientras que el estudio Prevalencia y factores asociados a miopía en jóvenes, registra una tendencia de hasta 50 por ciento de aumento en poblaciones con mayor urbanización y nivel académico.
El uso de dispositivos, explicó la universitaria, exige a las personas fijar su visión en objetos cercanos durante un periodo prolongado, lo que genera que los globos oculares hagan un movimiento convergente por mucho tiempo. “Como cualquier otro músculo se cansan, y se presenta entonces la visión borrosa”.
Durante el actual confinamiento se elevaron el teletrabajo, las clases en línea, incluso el entretenimiento vía internet a través de computadoras, celulares y televisores, por lo que es muy probable que haya más personas con afectaciones en la película lagrimal, primera línea de defensa de los ojos contra el medio ambiente; si se daña provoca ojo seco, lo que puede derivar en úlceras corneales si no se trata a tiempo.
“Hay microorganismos que coexisten como microbiota conjuntival. En el momento en que ven la pérdida de homogeneidad en la córnea, en la película lagrimal, empiezan a infestar y generan infecciones”, explicó Citalán.
La especialista comentó que una manera de prevenir estos problemas de salud visual es colocar filtros de luz azul en los dispositivos electrónicos, los cuales la disminuyan, aunque no la eliminen por completo.
Y abundó: Existe una regla conocida como “20 X 20 X 20”, con la cual se pide a las personas que después de estar 20 minutos frente a un gadget (un dispositivo), enfoquen objetos o lugares a más de 20 pies o seis metros de distancia, durante 20 segundos como mínimo, para evitar que los ojos se mantengan rígidos por tiempos prolongados.
Recomendó a los padres de familia poner un cronómetro, una alarma para moverse después de un determinado tiempo y disminuir espasmos.
Con base en su experiencia profesional, Citalán comentó que llegan pacientes con tics nerviosos que son espasmos en el párpado, generados por la contracción tan fuerte que existe al ver fijamente por tiempo indefinido. “Cuando se relaja el músculo, se generan contracciones que impiden la relajación completa del párpado”.
La académica subrayó que es primordial acudir de manera periódica con el optometrista para que realice revisión de la parte refractiva del ojo y la salud ocular: la película lagrimal, el globo ocular, los párpados, así como la visión binocular.
Esta última es muy importante porque integra las imágenes de los dos ojos y da la percepción en tercera dimensión, lo que permite desplazarnos. Cuando empiezan las alteraciones, expuso, uno de los ojos no trabaja al 100 por ciento y hay menos visión; entonces el cerebro va suprimiendo las imágenes de ese ojo.
A fin de mantener una buena salud visual consideró necesario consultar a un especialista, en el caso de los adultos, por lo menos cada año; los niños menores de ocho años cada seis meses.
Otro consejo a la población, destacó, es no automedicarse o utilizar lentes pregraduados porque alteran la visión binocular, la convergencia necesaria para poder leer, enfocar la vista hacia un punto. Esto puede ocasionar problemas visuales neurológicos y derivar hasta en estrabismo.
La alimentación también interviene en la salud visual, por lo que sugirió consumir antioxidantes, los cuales se encuentran en alimentos como jitomate, zanahoria, verduras -lechuga, acelgas, espinacas-, que evitan el deterioro de los tejidos. Además, beber suficiente agua para mantener una buena lubricación.
“Los pacientes pediátricos se pueden valorar desde días de nacidos, no es necesario esperar hasta que reconozca las letras o lean. Ellos tienen gran plasticidad; si detectamos una anomalía se recuperan muy rápido y de manera sencilla, pero si lo valoramos hasta los ocho o 10 años su recuperación será más lenta porque su sistema visual estará completo, ya habrá aprendido las habilidades que tenía que aprender y es la visión que va a tener toda su vida”, concluyó.