Corrupción: un país de cínicos
El PRI, un coro desigual
@guerrerochipres
Para el PRI nacional y para las fuerzas políticas derrotadas de la lección del 2018, las cosas no serán simples.
¿Es “sinsentido descarado” la acusación a Luis Videgaray o lo es el sexenio de Enrique Peña Nieto y sus ex aliados?
Habrá complejidad y oportunidad para el PRI. ¿Podrían evitar su mayor deterioro y su posterior extinción? Su única oportunidad es pelear con inteligencia y con aquello que nunca sobra: algún carácter, real o fingido, y con ayuda de las agencias de manejo de crisis y la disposición histórica del priismo a la negociación de lo innegociable: la propia existencia política de las personas y el grupo.
La actuación de Luis Videgaray y de Rosario Robles en las últimas 24 horas anuncia jaloneos internos, negociaciones privadas y altísima tensión en la ruta de reconstruir credibilidad en ese partido, cuyo dirigente, Alejandro Moreno Cárdenas, no ha asomado mucho el liderazgo respecto de lo que ocurre mientras que Emilio Lozoya y su tocayo Zebadúa están asignados a la primera fila del coro.
Es un coro desigual.
Habrá varios meses de un escenario de dichos y contradichos, de uso mediático y político que animarán el sombrío clima social por la pandemia y alegrarán las mesas de conversación. Se la van a jugar los priístas sénior sobrevivientes del naufragio del 2018.
Habrá despliegue de sus últimos recursos en el ambiente preelectoral del 2021.
Robles desmintió haber señalado algunos aspectos de las afirmaciones atribuidas a ella, pero confirmó interés por acogerse al criterio de oportunidad y será “testigo colaborador”. El tuit de las 20:00 reorganizó los textos de la primera plana de los diarios.
Del otro lado, no habrá día de campo para la parte acusadora. Tendrá que demostrar y no simplemente reclutar cantantes de uno de los grupos de cantantes más desigual de que se tenga memoria.
Luis Videgaray, por ejemplo, central colaborador de Peña Nieto enuncia tres interesantes situaciones en su misiva para decir “aquí estoy listo para cuando me llamen” firmado convenientemente desde Cambridge, Massachusetts: se requiere evidencia, además de acusación; el comunicado es una lección de un texto de manejo de crisis, se vincula positivamente con la lucha contra la corrupción del presidente Andrés Manuel López Obrador y enuncia la inexistencia de pruebas, además de ofrecer serenidad y humor ante el “sinsentido descarado” con que Videgaray –so to speak– bautizó a la intención, negada en la noche, de Robles Berlanga. Una ex compañera de gabinete.
Robles nos demuestra que la ruptura de los lazos de secrecía no ha ocurrido…del todo, y no sería gratuita tal fractura sin platicar con los principales involucrados dentro del PRI.
Por ahora no aparecen señalados claramente ni el ex Presidente, Peña Nieto, ni el ex Secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, ambos parte del equipo político inmediato de la ex funcionaria, especialmente después del rearmado de Videgaray y de Robles.
Emilio Zebadúa, ex oficial Mayor de la propia Rosario en Sedesol y Sedatu, y su colaborador en diversos encargos públicos así como el ex director de Pemex, Emilio Lozoya, podrán agregar notas significativas a este imprevisible coro de trampas y deslealtades que caracterizó al PRI en su última etapa en el poder.