Visión financiera/Georgina Howard
Sumar los votos del desamparo partidario
@guerrerochipres
La propaganda electoral ha comenzado a señalar claramente que la polarización y la simplificación, para que no haya variantes, predominarán también en 2021. Prevalecerá también la sólida centralidad de Morena frente a la cual los partidos adversarios, solitariamente, han decidido que tenían poco que hacer y decir.
La alianza política electoral entre el PAN, PRI y PRD quedó sellada en la Ciudad de México, por ejemplo, con la nominación de Adrián Rubalcava para la reelección de la Alcaldía Cuajimalpa. Aprobada a nivel nacional por el Instituto Nacional Electoral (INE), la unión se concretó a nivel local.
Una coalición impensable e improbable antes de 2018 y que se reitera en el año que inicia, se cristaliza con el objetivo de enfrentar y dar batalla a la primera fuerza política de la capital y del país.
Morena, encarnación de lo que en el 2000 era una impensable hegemonía de partido en contraste con la relativa debilidad del PRI desde fines de los 80 o con la apenas reivindicada victoria del PAN en 2006, debatible como fue, está en condición de llevarse al menos el 60 por ciento de la votación nacional.
Ganará muy probablemente 14 de las 15 gubernaturas en disputa.
La intención voluntariosa pero poco realista de regresar al poder o preservar los cotos obtenidos en las décadas previas por el PRI o el PAN, es indispensable al juego democrático aunque pudiera no necesariamente resultar exitosa.
En el caso de quienes buscan la reelección, el proceso electoral capitalino pone en evidencia que el asunto va más allá de la competencia electoral. En las entidades los mismos argumentos del escenario de la capital nacional tienen validez.
La jefa de Gobierno de la Ciudad, Claudia Sheinbaum, figura central en una de las tres principales agrupaciones al interior de Morena en el país, planteó ya tres aspectos a destacar en el intento de reavivamiento de los perdedores del 2018:
Es parte de un análisis, de un compromiso programático, de una posición política de y un debate. Lo cual no impide que sea una posición mayoritaria como muy difícilmente dejaría de demostrarlo la próxima elección de junio de 2021. La suma de las coaliciones probables contra Morena no pesarán en el electorado mucho más del 30 por ciento de los sufragios.
Evidentemente, en un estado democrático las diferentes posturas políticas deben y serán respetadas, aunque lo disímbolo de las ideologías de los tres partidos conducen a la demostración del desamparo electoral en que individualmente se asumen frente a Morena al grado de desvanecer la diferenciación ideológica que tanto promovieron como su identidad en las décadas previas.
Para quienes critican las “ocurrencias” y el “pragmatismo” o las diversas versiones de “populismo” que se atribuyen al presidente Andrés Manuel López Obrador, entre ellos los líderes de la amalgama de partidos que sostenían divergencias hoy pasadas por alto, la mejor demostración de su éxito o fracaso será si la suma de sus votos actuales es mayor, o no, de lo que obtendrán asociados.