Ikram Antaki, maestra y filósofa
El lunes amanecimos con la noticia de que el ex presidente del Barcelona, Josep Maria Bartomeu, había sido detenido por los mossos. La razón de su detención es por estar vinculado a la causa de la campaña de desprestigio en redes sociales a jugadores del club o como se le denominó al caso “el BarçaGate”, en mi pensar, mal denominado, porque en realidad tendría que ser el BartoGate. El club debería quedarse afuera de esto porque esos no son los valores que el club, ninguna persona y menos alguien como él tendría que estar por encima de una institución.
Según se informó, en total fueron cuatro las detenciones en el marco de la causa que investiga la Justicia. Los otros detenidos fueron Òscar Grau y Romà Gómez Ponti, CEO y director del departamento jurídico del club respectivamente, y Jaume Masferrer, quien fuera uno de los asesores con más cercanía a Bartomeu durante su gestión en el club catalán.
Cuando tu líder es el primer sospechoso de una campaña de desprestigio, es claro que entonces las cosas no están bien y eso se refleja en la cancha. Una semana antes de la detención del expresidente, yo había cuestionado por este medio como presunto culpable de corrupción por la enorme cantidad de fichajes brasileños por precios exorbitantes y ahora también lo dejo en evidencia como el causante de la crisis deportiva y financiera del club.
En una semana que fue muy significativa en materia deportiva para el primer equipo varonil, se manejaba esta información para iniciar a semana. Fue muy importante porque venían dos partidos trascendentes. El miércoles se jugaba “la vida” ante el Sevilla que le había ganado la ida 2-0 en la semifinal de ida. En un partido excelso de Messi y compañía con dramatismo hasta el último momento en el cual salieron avante.
El fin de semana, otro juego, por seguir en la pelea de la Liga. Ellos tenían que ganar al Osasuna en Pamplona ya que el Madrid y el Atlético se verían las caras en el Metropolitano. Oportunidad de oro para posiblemente cortar distancias en la tabla general y así fue. Los de la capital de España empataron a un gol y los blaugranas ganaron como debían.
Los líderes, dónde saben que hay una crisis, ven una oportunidad. Koeman y compañía detectaron que había una crisis, aun así, decidieron tomar el riesgo. Ahora las sensaciones son normales, pero con un futuro esperanzador. Casi de manera “mágica” el Barcelona tiene otra vez una base de canteranos y jóvenes que hacen pensar que los años venideros serán muy buenos.
Con menos de 20 años: Balde 17, Moriba 18, Pedri 18, Fati 18 y Konrad 19. Con 20 a 23: Orellana 20, Dest 20, Puig 21, Trincao 21, Mingueza 21, Araujo 21, Collado 21, Dembélé 23 y De Jong 23; aquí posiblemente se le pueda sumar para la próxima temporada a Eric García que tiene 20 años y que todo apunta a que deje al City, para unirse a los catalanes en verano. Estamos hablando de que 15 jugadores con menos de 23 años, 9 de ellos ya son importantes en el primer equipo.
El día de ayer se llevaron a cabo las elecciones para la nueva directiva del club. Seguramente Laporta ganará y tendrá su segunda gestión con el club, el mismo que debutó a Pep y Tito Vilanova, el Barca que tocó la gloría con los pies y con ese argumento creo que: Messi SE QUEDA y comandará a estos jóvenes como un buen líder.