Juego de ojos/Miguel Ángel Sánchez de Armas
Todos en el poder los saben:
Hay funcionarios, colaboradores, asesores, influyentes y súper poderosos.
No es lo mismo ser secretario de equis dependencia, asistente de ocasión al sermón de la mañana, a estar siempre al lado del presidente.
Esos quienes van a Palacio Nacional y, con discurso oficial o en entrevista banquetera, dan noticias de primera plana.
Y aunque poco hable a la prensa, el principal de todos ellos es Julio Scherer Ibarra, consejero jurídico de la Presidencia de la República.
A él acuden todos, perseguidos o no, temerosos o no, ambiciosos de grandes cargos o gobernadores interesados en gestionar recursos para sus estados.
El siempre tiene la respuesta… y la solución.
Hombre de palabras directas –“yo hubiera sacado a Elba Esther Gordillo de la cárcel en dos patadas”, me dijo tras la detención de La Maestra– no juega a ocultarse.
Habla de frente, escucha, ofrece, arregla y, lo fundamental, respeta el compromiso en tiempos y en formas con sus interlocutores.
Los afanes justicieros
En segundo lugar está Santiago Nieto.
El titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) tiene a su cargo los asuntos más caros a Palacio Nacional, a donde es asiduo.
Recibe encomiendas, informa de avances, difunde investigaciones y consigna casos, aunque a veces su protagonismo lo ha llevado a la polémica.
Es, con base a la instrucción muy superior y la debida conducción de Julio Scherer Ibarra, quien tiene la mano en la persecución de corruptos del pasado.
Quién sabe cómo le haga para indagar tanto, pero en sus manos están cientos y cientos de expedientes de noticias actuales y futuras.
Ya lo sabemos, de momento el caso más espectacular es el del gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, pero hurga a tótems del priísmo, del panismo, de dirigentes políticos, del empresariado y hasta de deportistas.
Luego viene el procurador de hacer justicia, Alejandro Gertz Manero, quien a menudo ha debido equilibrar los ímpetus justicieros de la 4t.
¿Por qué todo esto?
Porque el régimen va a ajustes de cuentas mayores.
Escándalos en víspera electoral y con previsibles secuelas en el segundo trienio del sexenio.
Félix y Cabeza de Vaca
1.- No lo creo.
Pero en las alturas no dan por segura la confirmación de la candidatura de Félix Salgado Macedonio para gobernador de Guerrero.
El tiene el apoyo presidencial por encima de Beatriz Mojica y Luis Walton –a Amílcar Sandoval se le exigió retirar su precandidatura dejar de hacer olas–, quienes no figuran en el radar de la supuesta encuesta de Mario Delgado.
Pero ni modo: el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) distrae en sondeos inexistentes y solamente se espera la última orden de Palacio.
En horas se confirmará:
El toro sin cerca será exonerado por las justicias guerrerense y federal para mandarlo como paradigma de honestidad y respeto a la mujer.
Y 2.- en Guerrero las simpatías populares son base de las decisiones políticas ante un hombre acusado de acoso y violación sexuales.
Pero no en Tamaulipas, pese al apoyo social, el panista Francisco García Cabeza de Vaca se juega la vida política por delitos menores a los de Salgado Macedonio.