Doble rasero del populismo: Trump, AMLO y la manipulación de los nombres
Combatir el homicidio doloso con inteligencia
@guerrerochipre
El homicidio doloso permite medir y dimensionar la efectividad en el combate a la violencia. A mayor número de asesinatos, menores resultados, y viceversa.
Alrededor de este delito se han expresado diversas interpretaciones. Una de ellas indica que las autoridades nada pueden hacer para evitar que una persona atente contra la vida de otra. Esta posición se fundamenta en el hecho de que es imposible conocer las intenciones homicidas y, por tanto, impedir el acto.
Otros consideran que el homicidio doloso se combate con la captura de los homicidas, y entonces la política de seguridad pública se encamina a la persecución de los criminales. Ante esta postura es importante recordar que mientras más tiempo pase sin lograr la identificación y detención del responsable, las posibilidades de captura se diluyen.
Pero también hay una tercera vía, aplicada en los últimos dos años en la Ciudad de México e impulsada desde el gobierno de Claudia Sheinbaum: la búsqueda y captura de los generadores de violencia.
Esta estrategia requiere de un trabajo de inteligencia policial interinstitucional y coordinada para identificar y ubicar a las personas que por sus actividades delictivas desatan acciones que culminan en homicidios.
En la capital de la nación, el trabajo desarrollado por el Secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, y la Fiscal General de Justicia, Ernestina Godoy, permitió enfocar el trabajo policial a zonas y delincuentes plenamente relacionados con delitos como la venta de droga o las extorsiones.
Y ahora, las estadísticas revelan los resultados de esta estrategia. El reporte DISÍ sobre incidencia de delitos de alto impacto, realizado por el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la CDMX, indica una reducción del 39 por ciento en los homicidios dolosos en febrero de este año en comparación con el mismo mes del 2020.
Además, el número de víctimas en promedio diario pasó de 4.6 en el 2019 a 3.1 este año. La CDMX se ubicó así fuera del top ten de los estados con más personas asesinadas.
De hecho, cinco entidades –Guanajuato, Baja California, Estado de México, Jalisco y Michoacán, en ese orden– concentran casi la mitad de víctimas de todo el país.
El indicador por excelencia de la violencia que se registra en un estado es el homicidio doloso. La construcción de la paz necesita de estrategias de inteligencia. La prevención de los homicidios dolosos sí es posible, con el enfoque adecuado.
Los asesinos deben ser perseguidos. Esto reduce la impunidad ante el crimen. En lo que va del año, en la CDMX han sido detenidos y están presos 50 sospechosos de homicidio doloso.
Pero también se han desarrollado acciones, como cateos, encaminadas a la captura de aquellos que generan la violencia en las calles. Limitar la acción y las posibilidades al homicida, sin confrontación sino con inteligencia policial, está dando resultados y ya son evidentes.