Escenario político
La niña de Guatemala. México, principal, víctima de la migración
Oscar Chávez, recientemente fallecido víctima del Covid-19, tomó uno de los poemas de José Martí y creó una canción exitosa que tuvo una larga época el siglo pasado, en el gusto del público. Sobre ese poema se han creado muchas leyendas en torno al prócer cubano. Se dice que es autobiográfico y que la joven María García Granados, que pereció ahogada por suicidio, fue un amor que dejó a su paso por Guatemala en sus viajes diplomáticos. Se agrega incluso que la referencia de la famosa canción sobre la llegada del infiel a la capital de ese país acompañado de su esposa, provocó la tragedia. Otros datos lo desmienten, porque la joven sabía que Martí estaba comprometido. La desgraciada joven hizo lo que la mítica Ofelia de Shakespeare, ante los desdenes de Hamlet. Federico García Lorca relata un caso similar en su Romancero gitano. La joven guatemalteca no pertenecía a un sector proletario, como muchos de los migrantes que de ese país, otros de Centroamérica y más allá, abarrotan las entradas en nuestro país para cruzar hacia Estados Unidos en busca de una nueva vida. La avalancha provocada por Biden con el ánimo de afianzar una presidencia controvertida, ha generado un repunte migratorio en el que México es la principal víctima.
La solidaridad debe ser de acuerdo a nuestra precaria situación
Los datos sobre los ingresos en diversos sitios, advierten que el flujo migratorio, aparatoso de por si, va decidido a penetrar el país del norte, sin importarle el paso que cede involuntariamente México, por la circunstancia de ser vecino del país del norte. Nuestra situación no está en la mente de esos viajantes. Ellos utilizan a cualquier país, como los otros que atraviesan antes de llegar a las entradas mexicanas. Algunos huyen de la pobreza, otros de las violencia, pero si se observa bien el aspecto de muchos de ellos se trata de gente de mediana posición, bien vestida y con presencia sana, exigentes según se ha dicho, de los alimentos que les dan a su paso los organismos solidarios. Esos son los que buscan el famoso sueño americano, que pagaron una suma alta a un llamado coyote y que quieren llegar a tener quizá riquezas y grandes residencias en el país del norte. Si uno compara la presencia de esas personas con los miles y millones de mexicanos que viven en la pobreza sobre todo en zonas indígenas, la de estos desmerece por su aspecto pobre, desaliñado y a veces desnutrido. Es lo mismo que ve uno en la gran ciudad de México en las bocacalles, pidiendo limosnas, mazahuas con niños al hombro, discapacitados o personas haciendo malabares y limpiando vidrios. La pobreza de México se nutre de esas personas, millones de los cuales, a diferencia de los que migran, se quedan en sus entornos
y con pobreza y dificultades, buscan cambiar las cosas en sus pueblos y su país. Esa es la paradoja.
Primero proteger a mexicanos de la frontera y luego Centroamérica
El sector más agraviado por el desplazamiento migrante, es el de algunas ciudades mexicanas de la frontera. Con sus respectivos problemas y pese a que el salario mínimo es superior al del resto del país, las poblaciones de esa ciudades tienen el impacto de la llegada permanente de extraños. En su reciente gira por Chihuahua y Coahuila, el presidente AMLO destacó la intención ya contemplada desde el inicio de su gestión, de impulsar el desarrollo de Centroamérica, afectada por una pobreza producto de la concentración de la riqueza, de gobiernos que en su mayoría, como el nuestro, saquearon y se hicieron ricos, frente a una población que aumentaba en índice de pobreza. Para el 2020, la Cepal advirtió sobre un 58 por ciento de pobreza para Honduras, país lleno de conflictos, golpismos entre otros. Ahí gobierna Juan Orlando Hernández. En Guatemala las cosas son peores. Se habla de más del 90 por ciento de pobres, 30 en pobreza extrema y hay una permanente movilización para sacar del poder al actual presidente Alejandro Giammattei. En El Salvador, pese a lo jactancioso de su presidente Nayib Bukele, la pobreza rebasa los dos millones en un pequeño país de más 6 millones y medio de habitantes. AMLO destacó las muchas causas que ocasionan la migración e insistió en los 4 mil millones de dólares que anunció Estados Unidos con Biden, para impulsar la región. De acuerdo a datos en los cuales hay movilidad, esos tres países mencionados que son los que más expulsan, rebasarían juntos los 35 millones de habitantes. Hay organismos solidarios en Méxicoque protegen a los migrantes, políticos y personajes que justamente insisten en sus derechos humanos, México los cumple actualmente, pero el país, de acuerdo a otras voces, debe velar por su propia ciudadanía también afectada no solo por el Covid-19, sino por la pobreza que se acentuó en esta etapa. México está visualizando en primer lugar, el respeto a los derechos de migrantes y ha aplicado leyes pero presiona también para que los gobiernos comodinos que crearon tanta pobreza, participen en estas propuestas porque es su obligación.
María, la niña de Guatemala, en un país que siempre ha sido pobre
Con esa deformación que tienen las disqueras y que desde luego es ilegal, atribuyen a los cantantes las letras y la música de las canciones que graban. La niña de Guatemala el famoso poema que escribió José Martí después de la muerte de María García Granados en 1878, se lo atribuyen a Óscar Chávez. No sé si la música será de él, pero la interpretación si, y muy buena y la hizo famosa en la época en la que fue más famoso como cantante. La letra recalca la desmemoria del que dejó plantada a la joven, pero la verdadera historia señala que nunca ocurrió eso. La protagonista de este poema y otros fue María y Martí los escribió cuando solo tenía 24 años y sus ideas progresistas ser enfrentaban a las de los gobiernos dictatoriales de la época, entre ellos Porfirio Díaz cuando pasó por México. María era una joven de la alta sociedad guatemalteca, de gran belleza, pero tenía un problema de salud que vaticinaba su temprana muerte. Hay documentos que constatan que la joven conocía que Martí estaba comprometido con Carmen Zayas con la que se casó y que por lo tanto a diferencia de lo que dice el poema, la infidelidad nunca se dio.
Quiero a la sombra de un ala
cantar este cuento en flor
La niña de Guatemala
la que se murió de amor
¡Ay!, eran de lirios los ramos
y las orlas de reseda
Y de jazmín la enterramos
en una caja de seda
Ella dio al desmemoriado
una almohadilla de olor
El volvió, volvió casado
ella se murió de amor.