Teléfono rojo
Ayer domingo, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ha notificado oficialmente al INE, la resolución para que reconsidere el caso de Félix Salgado Macedonio, entre otros. A partir de ese momento, comenzaron a correr 48 horas para que sesione el consejo general del órgano electoral.
Resulta controversial pero no es increíble que Morena exija al INE que regrese la candidatura a Salgado Macedonio, a pesar de que el TEPJF no les compró el argumento: Salgado sí hizo precampaña, violó la ley y debería ser sancionado.
Pero el TEPJP actuó como Poncio Pilatos y se lavó las manos, ha puesto entonces en jaque al INE, ahora está expuesto al escrutinio público y al ataque a su credibilidad, todo esto rumbo a las elecciones más grandes y complejas de la historia de México.
Hagan lo que hagan el INE y su presidente Lorenzo Córdova, la verdad es que se mueven en un tablero de arena movediza.
El diferendo que se libra, más mediática que jurídicamente, entre el INE y Morena, ha dejado varias lecturas que, entre muchas otras cosas, al redactor de estas notas le sirven para ratificar dos tesis que hemos expuesto en este espacio en varias ocasiones:
1.- La discrecional asignación de salarios y prestaciones que tienen los que he llamado “príncipes de la democracia”, y que no son otros que los funcionarios que ha tenido la institución electoral desde que se “ciudadanizó”, después de que Don. Fernando Gutiérrez Barrios y Manlio Fabio Beltrones cambiaron hasta el nombre de la Comisión Federal Electoral por el de IFE (Instituto Federal Electoral, hoy coloquialmente conocido como el INE) eran verdaderamente ofensivos por su volumen y su opacidad, y deberían ser ajustados a la realidad económica del país.
Los sueldazos que devengan los príncipes de la democracia fueron una compensación “moral”, llena de culpa del oficialismo, que obedeció a la falta de credibilidad que tenía la sociedad de las autoridades electorales después de más de medio siglo de haber sido manejados los comicios mexicanos de una manera por demás mapachesca y tramposa.
Bienvenido el manejo de los procesos electorales en una forma transparente y creíble. Pero muy mal que los funcionarios electorales defiendan con más ahínco sus prebendas que el móvil original de su tarea de darle seguridad al electorado de que ejercerá su poder de voto y su decisión será plenamente respetada en cada una de las instancias.
2.- Las sanciones impuestas por el INE a varios connotados candidatos de Morena en realidad están sobredimensionadas por el sobrecalentamiento electoral. Si en realidad los aspirantes a cargos de elección popular postulados por el partido fundado por Andrés Manuel López Obrador omitieron reportar sus actividades preliminares a la autoridad correspondiente tal y como están obligados, pues que se les sancione conforme a lo que marca la norma.
Pero también es justo que se considere un derecho natural el de defenderse en los tribunales.
Aquí lo hemos mencionado repetidamente: a MORENA le faltan varios años para que aprenda a ser y parecer un verdadero partido político. Dura tarea la que tiene Mario Delgado de quitarle la vestimenta de voluntaristas políticos a sus candidatos, (el voluntarista es un político improvisado) a no pocos de sus militantes que están inscritos para contender en los comicios de junio próximo.