Poder y dinero
LA PANDEMIA Y LA ECONOMÍA XLXV… “México está buscando un Presidente porque el que estaba, es un dirigente partidista que anda en campaña. Las absurdas acusaciones e insultos a periodistas cuando no tiene respuestas a los problemas nacionales”
A dos años y medio de que Andrés Manuel López Obrador tomó protesta constitucional, en México no contamos con el presidente de la República. El que ostenta ese cargo, de gran relevancia, por cierto, desde hace meses está en campaña como máximo dirigente del partido Morena y a pesar del tiempo transcurrido como mandatario, se la ha pasado esgrimiendo justificaciones ridículas acusando a pasados gobiernos y a grupos de poder económico y político, sobre la catástrofe de país en que lo tiene sumido.
Pero no sólo eso, su slogan de “primero los pobres” ha desaparecido; todo lo malo es producto de los “conservadores” y de “la derecha”; los “complós” en contra de su administración las encabezan “Salinas y sus aliados” y lamentablemente hemos visto y escuchado a lo largo de los meses, bajo el argumento de que el presidente de la República tiene el derecho de defenderse de las críticas y según él de los ataques “golpistas”, que sus diatribas, insultos y amenazas fueron contra periodistas y analistas críticos, consejeros y magistrados electorales, ministros de la Suprema Corte, jueces federales y directivos de organismos autónomos del propio Estado.
No se fajó lo pantalones para investigar a los expresidentes a los que tanto acusa de corrupción, tampoco encarceló a los funcionarios deshonestos de Pemex y de la Estafa Maestra, mucho menos acepta que el costo económico de la cancelación del nuevo aeropuerto de Texcoco nos costará a los mexicanos 113 mil 327.7 millones de pesos de acuerdo con Gerardo Lozano Dubernard, titular de la Auditoría Especial de Cumplimiento Financiero (AECF) de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), ni tampoco que ha utilizado suciamente los programas de vacunación contra el Covid y las pensiones para adultos de manera electorera, ni mucho menos acata las llamadas de atención del INE de promover sus programas sociales.
Y con frases como “yo creo que consciente o inconscientemente por el coraje que les produce la transformación que se está llevando a cabo en el país, apoyan al régimen de corrupción” ahora, López Obrador, se pone a defender a los responsables de la tragedia de la línea 12 del Metro –tal y como lo hizo con sus correligionarios morenistas acusados de violación de mujeres–y, sin el mayor recato, impidió que los legisladores de Morena, constituyeran una comisión plural investigadora desde el Congreso de la Unión y permitió indebidamente que las autoridades capitalinas sean jueces y partes en las investigaciones en donde están implicados Marcelo Ebrard Casaubón y Mario Delgado. Ahora está intranquilo, pero no por lo que ocurrió en el Metro, más bien está preocupado por no encontrar a quién echar la culpa “a los conservadores”. Todo indica que quien cargará con los platos rotos será Miguel Ángel Mancera y que va a salvar a Marcelo Ebrard y a Mario Delgado para que no se vayan a la cárcel por corruptos e irresponsables.
Un dato. Enrique Horcasitas, señalado en su momento responsable de las fallas del Línea 12 del Metro, fue designado el 25 de abril de 2009, director general del órgano desconcentrado Proyecto Metro del Distrito Federal durante la administración de Marcelo Ebrard. Miguel Ángel Mancera removió a Horcasitas de su cargo por las investigaciones sobre las irregularidades detectadas en la Línea 12 del Metro. Marco Antonio Ciriaco Arroyo, quien se desempeñaba en la contraloría capitalina, tomó el cargo de manera temporal. Luis Horcasitas, hermano del acusado, fue miembro del Comité Ejecutivo de ICA y responsable de la Unidad de Construcción Civil de la Línea 12, reveló la Auditoría Superior de la Federación. La Contraloría capitalina señaló a Enrique Horcasitas, junto con otros 32 funcionarios y ex funcionarios del Proyecto Metro, como responsables de las fallas que provocaron el cierre de la Línea 12. Horcasitas fue inhabilitado para ocupar un cargo público por 20 años y tiene una denuncia penal en su contra ante la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal.
Pero López Obrador, ante las críticas que ha provocado su actitud ante la tragedia del Metro, señala que la prensa ha generado una campaña de “linchamiento” en su contra. Lo que es absolutamente falso. Y eso mismo ha dicho de la prensa nacional o internacional, cuando no le parece que le hagan señalamientos o lo cuestionen por sus dichos o sus acciones. Ejemplos sobran.
Uno de los más relevantes ocurrió el 5 de octubre del 2020, cuando López Obrador acusó a la prensa internacional de «mentir» y de «no tener ética» en sus críticas sobre el manejo de la pandemia.
El diario británico The Financial Times, calificó al presidente Andrés Manuel López Obrador, de ser el nuevo líder autoritario de América Latina. El diario destacó que, si bien López Obrador arrasó en las elecciones de 2018 con el mandato de implementar una “transformación” radical, lo que no obtuvo “fue un mandato para desmantelar las instituciones”. En su editorial criticó también que el más reciente ejemplo de cómo una institución se inclina ante la voluntad del mandatario es la Suprema Corte de Justicia de la Nación al decidir, que es constitucional su plan para convocar a una consulta popular para enjuiciar a expresidentes. “El autodenominado líder de la “cuarta transformación” de México ha concentrado un poder aún mayor en sus propias manos. La mayoría de las decisiones importantes son solo suyas. Las instituciones que se niegan a ceder a su voluntad son el objetivo”, advierte el diario.
El rotativo también cuestionó el trato que López Obrador ha dado a la autoridad electoral, a periodistas que lo menosprecian y a ambientalistas que critican sus proyectos de infraestructura favoritos, como el Tren Maya. «¿Por qué el señor López Obrador es tan intolerante?», preguntó, antes de señalar que los resultados positivos del gobierno federal son escasos.
López Obrador respondió a este señalamiento y en la mañanera acusó que pese a las críticas de este medio que «impulsa el modelo económico neoliberal» y que tanto daño le ha hecho a México y al mundo entero, el país continuará con la política alternativa que su gobierno impulsa. Dijo que el Financial Times, en vez de estar cuestionando su proyecto alternativo en lo económico, social, deberían ofrecer disculpas por impulsar el modelo económico neoliberal que ha afectado al pueblo de México y al mundo entero.
«El Financial Times, como otros periódicos famosos, no han hecho la autocrítica, deberían ellos de señalar, de hacer una reflexión sobre la falla del modelo económico neoliberal; entones, no hacen eso y sí siguen apostando a querer mantener privilegios, a querer mantener la política de saqueo que se impuso en países como el nuestro», declaró el presidente.
Hace un año, luego de que en la prensa internacional cuestionaron las cifras oficiales sobre los contagios y decesos ocasionados por el Covid-19, López Obrador acusó a los medios de mentir y de no tener ética en la cobertura que habían hecho en México sobre el manejo que ha tenido su gobierno ante el impacto del Covid-19.
“Cómo hacer reportajes sobre panteones, sobre crematorios, no solo es en México, es mundial, porque hay una crisis como parte de la decadencia, no solo en la economía, no solo hay una crisis de bienestar social, de pérdida de valores, hay una crisis en la falta de ética en el manejo de la información en México y el mundo”, acusó en esa ocasión. López Obrador incluso calificó la información proveniente de medios como The New York Times, The Washington Post, The Financial Times y El País, como “reportajes alarmistas”.
El pasado 3 de marzo, luego de la última embestida de López Obrador en contra la organización en defensa de periodistas Artículo 19, crece la condena internacional a los ataques del líder de la 4T a la prensa, incluso desde sectores vinculados al progresismo y al activismo social, aliados históricos del tabasqueño en su trayectoria política.
La última critica ha venido de The Guardian, diario emblema de la izquierda británica que lideró investigaciones de alto impacto en los últimos años como los Panamá Papers y las filtraciones de Edward Snowden sobre el espionaje masivo que realizaba el gobierno de EU a sus ciudadanos y líderes mundiales. En un duro artículo, el diario se refirió al enojo de AMLO por el informe anual del Departamento de Estado de EU sobre violaciones de DDHH en el mundo que, en su apartado sobre México, no solo advertía sobre el aumento de delitos violentos y la impunidad de sus responsables ante la Justicia, sino que señalaba que una funcionaria, Sanjuana Martínez, titular de Notimex, había censurado información incómoda para el gobierno de AMLO y orquestado campañas online para atacar a periodistas críticos de la 4T.
Una reportera, preguntó en una de las mañaneras: –Y nada más de Notimex, ¿cómo van las conversaciones? Hay un plantón instalado aquí afuera de Palacio–. Y López Obrador, nuevamente evadiendo el tema, se fue por otro lado:
“Pues ojalá y se llegue a un acuerdo pronto. Ya se iba avanzando, se va avanzando y estamos en la mejor disposición. Desde luego nosotros apoyamos a Sanjuana, porque es la directora de Notimex y es una mujer honesta, una periodista íntegra y también tenemos que proteger los derechos de los trabajadores. Es que en todas estas instituciones pues había muchos excesos, mucha corrupción… Y ese señor Riva Palacio fue director de Notimex en los tiempos de Salinas de Gortari, pues imagínese cómo estaba Notimex. No sólo en aquel entonces, siguió así, se servían con la cuchara grande; sin embargo, hay que buscar que haya un arreglo, pero ya no se puede mantener la política de privilegios, aunque se enojen.
“Yo, cada vez que un columnista de estos famosos nos cuestiona o un intelectual orgánico, Aguilar Camín, Krauze, nada más pienso en lo que recibían de dinero, porque les compraban suscripciones, les financiaban sus publicaciones y me pongo a pensar: Todo ese dinero ahora son becas para estudiantes de familias humildes. Muchos estudiamos porque recibimos becas; si no, no hubiésemos podido estudiar. Entonces, aunque se enojen, aunque se molesten, ahí se van a ir poco a poco sensibilizando” y sigue con su bla, bla, bla. Y me pregunto ¿estudió?…
El pasado 22 de abril, en un nuevo cuestionamiento al desempeño de los medios de comunicación, López Obrador consideró que en México “no hay un periodismo profesional, independiente, no digo que objetivo, porque eso es difícil, la objetividad, es muy relativa pero ética. Son muy lejos de eso. Es parte de la decadencia que se produjo y lo mismo en la radio y la televisión. No generalizo, pero no supieron entender la nueva realidad. Siguieron con lo mismo, desesperados, optaron muchos por la mentira”.
Dijo sentirse tranquilo porque “nos defienden creo que tres y estoy hablando de periodistas. Nos defiende muchísima gente por eso puedo estar tranquilo, porque hay millones en redes sociales que nos defienden, pero les digo, quienes defienden, en estos últimos días, Federico Arreola, que nos defiende enfrenta toda esta campaña de calumnias, Enrique Galván y Pedro Miguel, de La Jornada”.
Y ahora convertido en maestro de periodismo, López Obrador, sostuvo el pasado 30 de abril que “hasta los medios de comunicación con empresas, o empresas que creaban medios de comunicación para tener poder de extorsión y seguir recibiendo contratos. ¿Qué tienen que ver los dueños de medios de comunicación con empresas? Pues todos. O al revés, empresarios con medios de comunicación. ¿Cuántos medios de comunicación están en manos de periodistas? Muy pocos, casi no hay; bueno, en las redes sociales, que hay millones de ciudadanos que tienen libertad.
Y siguió su entelequia:
Con campañas mediáticas. Al que quieren lo tratan muy bien, como ahora, que tienen a un preferido, no le ven ningún defecto y a los demás, sobre todo a los que pueden competirle al candidato favorito, campaña, con todo. Afortunadamente ya en todos lados la gente está despertando. Es increíble que de repente, de la nada, por publicidad, de los grupos de intereses creados, por el poderoso caballero don dinero y el cuarto poder se impone a gobernantes. Hemos llegado a casos extremos en donde el poder mediático impone a autoridades.
El 4 de mayo, volvió a chillar: “Acerca de estos comentarios, los cuestionamientos y a veces ataques en los medios de información, pues ya es algo rutinario. Yo lamento que los medios de información en el país estén tan obcecados en atacar al gobierno que represento, desde el tiempo del presidente Madero no se tenía una prensa así, tan tendenciosa, golpeadora, defensora de grupos corruptos, una prensa que se dedica a mentir constantemente; con honrosas excepciones, para no generalizar, pero son muy pocas las excepciones. La regla es que tenemos la prensa más injusta, la más distante, la más lejana al pueblo y la más cercana a los grupos de poder conservador. Es un tiempo de oscuridad para los medios de información.
El 7 de mayo dijo que como los periodistas “ya no tienen la influencia política y sobre todo ya no reciben dinero del presupuesto, porque el dinero del presupuesto es dinero del pueblo y se le entrega a la gente que más lo necesita, a los pobres, pues ahora los tenemos encima. Y es la misma historia de López-Dóriga y de Ciro Gómez Leyva, y de Loret de Mola y de Krauze y de todos ellos, pero ¿pues qué le hacemos?
En las semanas previas, y coincidiendo con las críticas de varios medios internacionales al alto número de muertes por Covid en México y su defensa de la candidatura de Félix Salgado en detrimento del movimiento feminista, el presidente ya venía subiendo el tono de sus cuestionamientos a la prensa extranjera.
Sobre el New York Times, dijo que era un diario «sin profesionalismo y sin ética» usado por sus oponentes «como nado sincronizado», mientras que, sobre El País, que publicó a mediados de marzo un duro editorial afirmando que la estrategia de AMLO de cara a las elecciones era crear un clima de «crispación y discordia» entre los mexicanos, dijo que era un periódico vinculado a empresas españolas en México que habían perdido sus privilegios tras la 4T.
¿Cuándo será el próximo asalto entre AMLO y la prensa internacional? Imposible de precisar, pero lo que es seguro es que más temprano que tarde, sucederá.