Eliminar autónomos, un autoengaño/Bryan LeBarón
Nuestro Angel de la guarda
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Y el de ellos también. Déjenlo trabajar.
Así se entiende la restricción económica del gobierno a medios
de comunicación y la explica.
“Creo que los medios de información están trabajando en el reto
de la subsistencia.
Con menos publicidad gubernamental y mucha competencia
digital, donde la información es por lo general gratuita, las
publicaciones impresas todavía dan la batalla, pero su incursión en las
redes les abrió nuevos horizontes.
Por lo pronto, los lectores digitales tenemos que pasar por
diversas experiencias:
Información gratuita pero plagada de anuncios comerciales con
ruidos y animaciones.
Bloqueos que nos piden suscribirnos primero al servicio,
advertencias de que debemos aceptar sus políticas de supuesta
privacidad y de «cookies», etcétera.
Aquel libro «Para leer el periódico» que tradujo del francés el
compañero Cristian Siruguet y del cual conservo casi todos los
originales, ya perdió vigencia.
Hay que hacer uno nuevo que se llame:
«Para encontrar la información con permiso de los anunciantes»,
que sí abundan en los principales sitios noticiosos de internet, aunque
ya no se trate de propaganda gubernamental.
Para eso, con las mañaneras basta y sobra.
Mientras esta nueva realidad no genere desempleo para
nuestros colegas. Salud. Aspiros”.
Ahora doña Rosa María Campos, con “nuestro Angel de la
guarda, nos comparte una evocación que nos anima.
Recomendado a los editores.
“Ángel de mi guarda, dulce compañía, no me desampares ni de
noche ni de día, porque si me dejas yo me perdería”.
Mini oración, que de niños rezábamos antes de dormir, al
despertar o ante cualquier aflicción y que hoy arrumbada en nuestra
memoria adulta, no nos permite escuchar aquel tierno susurro de los
años tiernos.
En Internet, películas, libros, agendas, discos, calendarios y
hasta canciones se insiste en la amorosa presencia de los Ángeles.
Incluso algunos libros aseguran que: “miríadas de Ángeles nos
guían en este planeta”.
Me encantaría creer esto, igual que de niña estaba segura de
tener un Angelito de la buena conciencia y otro malo o diablillo de las
tentaciones, el cuál siempre salía derrotado por el primero, nuestro
Ángel de la Guarda.
Pero pasaron los años y lo más seguro es que mi Ángel bueno
se haya fundido con el diablillo malo y los tres, juntos, caminamos
por la vida.
Curiosamente judíos y árabes, en lo único en que se han puesto
de acuerdo es en cuestión de Ángeles. Unos y otros los llaman
“Malak”: mensajeros.
En tanto los hinduistas los conocen como “Debas”, seres
resplandecientes.
Y los budistas les llaman Tenni. Seres sin alas, pero con un
ropaje que fluye como si las tuvieran.
La historia de los Ángeles se pierde en la noche de los tiempos,
pero hay numerosos testimonios antiguos de sus radiantes
apariciones.
Hasta la fecha la literatura religiosa asegura su convivencia con
los humanos, en cumplimiento de específicas encomiendas del
Altísimo.
Helena P. Blavtsky, autora de la Doctrina Secreta, (seis tomos
muy gruesos), describe a los Ángeles como seres de frecuencia
altísima, que vibran a tal velocidad y generan tal luz que no es
soportable para quienes vivimos en vibraciones más bajas.
Por su parte Dante Alighieri, poeta italiano, filósofo y teólogo
(1265 a 1321), en su obra “Paraíso” describió así las jerarquías
angelicales:
Serafines, Querubines, Tronos, Dominaciones, Virtudes,
Poderes, Arcángeles, Principados y Ángeles.
Y Johannes Trithemius, Abad de los Benedictinos de Spanheim,
criptógrafo, historiador, adepto a las ciencias ocultas nos descubre que
el Universo está regido, entre otras potestades Angélicas, por Ángeles
asignados a nuestro sistema solar, para trabajar directamente con
nuestra humanidad en turnos de 354 años y 4 meses.
Mismos Seres de Luz que desde el origen de nuestro mundo han
trabajado en el siguiente orden:
Ori fiel, “Cielo o Nube de Dios”.
Anael, “Concédeme Señor”.
Zaca riel, “Recuerdo Del Curador”.
Samuel, “Veneno Superior” y
Gabriel “La Fuerza de Dios”.
Este último Ángel trabaja hoy por nuestro planeta y lo hará hasta
el año 2126.
Casi finalizamos al evocar al Ángel de la Guarda, para que no
nos deje desamparados ni de noche ni de día.
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