Abanico
Fue un primero de septiembre atípico con un tercer informe de gobierno que de nueva cuenta se presentó a 30 integrantes del gabinete de la 4T y no al poder Legislativo al romperse la tradición de lo que fue por más de 70 años “el día del Presidente”. ¿El motivo? No causar enfrentamientos con legisladores rijosos.
En menos de una hora en el salón dedicado a Benito Juárez en Palacio Nacional, el presidente Andrés Manuel López Obrador condenó las privatizaciones de sus cinco antecesores y cometió el error de incluir entre sus logros el récord histórico de las remesas, que sólo dependen de los migrantes que se fueron del país que les negó la oportunidad.
Pero sí se colgó la medalla de no haber incrementado la deuda externa, haber mantenido las finanzas públicas sanas y los altos índices de la Bolsa Mexicana de Valores.
En el tema de la salud fue una desmesura minimizar los daños de una tercera ola de la pandemia por Covid-19 pues en la víspera murieron por coronavirus mil 177 personas, la cifra más alta de la llamada tercera ola en la que se han disparado hasta a más de 20 mil los contagios y más de mil fallecidos en 24 horas, cifras que no hubo en las dos primeras. Es cierto que la mortalidad ha disminuido entre los 57 millones 798 mil 967 adultos vacunados hasta el domingo anterior, porque han fallecido los que no quisieron la vacuna.
La contradicción, o la marcha atrás. Desde el inicio de la pandemia y durante la primera ola que azotó durante 2020 y los primeros meses de 2021 dijo que de acuerdo al criterio de los especialistas del sector Salud no habría clases presenciales hasta llegar al semáforo verde por tres semanas consecutivas. Pero hace menos de 6 meses se entusiasmó tanto con el regreso a las aulas que adelantó que “llueva o truene, el 31 de agosto regresarían los alumnos a las clases presenciales”.
“Tengan para que aprendan”, les dijo a los tecnócratas neoliberales, cuando presumió sus “otros datos”, que no tocaron las cifras oficiales del Coneval que reportó el incremento de 3.5 millones de nuevos pobres entre 2018 y 2020 porque le encontró una causa razonable: en el 2020 se cayó la economía 8.5 por ciento y se frenó la actividad productiva.
Según los datos del organismo que explora la condición de pobreza en el país, en lo que va de la 4T pasamos de 51.9 millones a 55.7 millones de personas en condición de pobreza, poniendo en entredicho su consigna de “primero los pobres”, por el bien de todos.
Ahí fue cuando aparecieron los “otros datos”: récord histórico en remesas, en inversión extranjera, en incremento al salario mínimo, en no devaluación del peso, en no incremento de deuda, en aumento del índice de la Bolsa de Valores, y en las reservas del Banco de México. Luego hizo alarde de haber acudido a apoyar a los de abajo con las pensiones a los adultos mayores y niños con discapacidad, a los campesinos de Sembrando vida, becas a los estudiantes para seguir en la prepa y la universidad y a los jóvenes que preparan su futuro con capacitación en empresas a cambio de un salario mínimo y créditos a empresas familiares formales e informales.
“Hay paz social y tranquilidad”, resumió.
Donde las cifras no se ajustaron a su entusiasmo patriótico fue en la seguridad pública por la pírrica victoria en la mínima disminución en ocho de los once delitos de mayor incidencia y el incremento del homicidio doloso y el feminicidio, a los que sólo ha podido contener con las fuerzas armadas en la calle a las que ahora se suma la Guardia Nacional.
Tuvo que admitir la “pequeña tendencia a la baja” de los delitos de alto impacto y el aumento en feminicidios en 13%; extorsión, 28%, y robo a transporte público, 12 por ciento. Fue en ese rubro donde faltó autocrítica. Lo demás fue como para presumir, dijo.
Reconoció también que sin disminuir los homicidios dolosos, se han contenido; pero también se fue al alza el feminicidio, la trata de personas y la violencia familiar desde 2020 a la fecha. Un recuento no oficial señala que para estas fechas se han cometido 98 mil homicidios
López Obrador minimizó los datos de la inflación, que ronda el 6%, pero le faltó mencionar que desde septiembre del año pasado hubo escasez de medicinas y que los padres de niños con cáncer tuvieron que manifestarse en las calles por falta de quimioterapias para sus hijos.
“Podría dejar la Presidencia sin sentirme mal con mi conciencia”, afirmó con una sonrisa de satisfacción, y se atrevió a pronosticar que la gente podría votar en marzo de 2022 para que continúe en el mandato hasta 2024, sin ser soberbio, porque todavía falta que la naturaleza y el Creador le permitan vivir para entonces. “Entonces podré retirarme por completo de la política”.
Hubo un anuncio que ya se conocía desde la mañanera: enviará una iniciativa de reforma a la Constitución para revertir el daño de la privatización de la industria eléctrica, para blindar a la Comisión Federal de Electricidad y no se incremente el recibo de la luz.
En el Salón de homenaje a Benito Juárez estuvo presente Julio Sherer Ibarra, quien ya no era Consejero Jurídico porque había renunciado dos días antes, pero que los rumores lo daban como fuera del gabinete según los rumores, que se disiparon un día después al confirmar su renuncia López Obrador.
“He tomado la decisión de invitar como consejera jurídica a quien ya me ayudó también como consejera jurídica cuando me desempeñe como jefe de Gobierno de la ciudad, Estela Ríos”, dijo en la mañanera de este jueves, al confirmar el relevo de Sherer Ibarra.
Los que conocen los sótanos de la política interpretaron de muchas formas la salida de Sherer, porque –dicen los conocedores- Sherer ya no tendría a su cargo la relación que tuvo con el fiscal Alejandro Gertz Manero, ni con los legisladores que presiden la mesa directiva del Congreso y el Senado, porque fueron funciones que le destinó Amlo a su paisano y primo Adán Augusto López Hernández, flamante secretario de Gobernación, que fue objeto de un largo besa manos cuando se presentó ante los legisladores para entregar el texto del III Informe de Gobierno.