Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
¿Somos independientes? Así pasan… El teatro como expresión
Así pasan… no solo los sistemas, los antiguos poderosos, los conservadurismos. Y el ser humano siempre busca la independencia. A la pregunta del título podemos responder que los mexicanos si somos independientes. Si bien nada lo es en absoluto. Es bueno fijar esa posición cuando este año se ha dedicado al Bicentenario de la Independencia y estamos en el mes clave en el que se dio origen a un concepto que ha tenido muchos vaivenes. Para calificar de independiente a nuestro país, pese a los problemas que arrastra, presentemos un inventario sencillo a la vista: tenemos un gran territorio pese a los robos sufridos y a la explotación de que se nutre aún el extranjero, normas de alto nivel aunque a veces se topan con malas interpretaciones, una sociedad organizada cuya expresión a veces agria, explica su diversidad, riqueza que se trata de canalizar pese a protestas, escuelas, educación gratuita, presupuesto que se redistribuye, la búsqueda de recomponer los principios ante el mundo, una lucha diaria en muchos sentidos y de sectores, que aviva la pluralidad de las demandas. Y entre otras cosas, una cultura en parte avasallada por las tecnologías, pero en la que se entresacan con fuerza, los aportes personales, el rescate de las culturas nacionales, el extraordinario legado de nuestros ancestros y 32 estados en donde se destacan a veces contra tiranías locales, principios democráticos de un México que quiere ser.
La fuerza del teatro en el rescate del México independiente
Pese a su consumación en 1821, la independencia de México se ha defendido desde entonces de muchas en formas y en muchos frentes. Puede decirse que con ese concepto siempre hay que estar a la defensiva y lo vemos ahora con la arremetida fascista de Vox desde España, avalada por derechistas mexicanos del PAN. Parte del siglo XIX estuvo dedicado a esa defensa y ya entrado el siglo XX, los propios movimientos revolucionarios eran parte de la búsqueda de su consumación, con los nuevos aportes que hicieron. En pleno porfiriato se escenifica. Así pasan… (1908) de Marcelino Dávalos (1871-1923), obra en tres actos que se ambienta y tiene como desarrollo la época imperial de Maximiliano de Habsburgo, pero que funciona al estilo popular te lo digo Maxi, para que lo entiendas Porfirio. Eso lo sostiene el gran dramaturgo veracruzano Emilio Carballido, al criticar a los que ven esa obra como una simple expresión de problemas personales de una actriz, cuando es una profunda crítica a los autoritarismos en ese caso de Porfirio Díaz aunque aparentemente se refiera al austriaco. Carballido ve esta obra, que fue representada en 2013 en el teatro Degollado de Guadalajara, “como una resurrección del nacionalismo teatral” que incorporó los efectos benéficos del gobierno de Juárez, ante el extranjerismo español y francés que predominó en la época de Díaz.
Con Así pasan… inicia el Teatro Realista: Luis Mario Moncada
En su libro Así pasan… Efemérides teatrales 1900-2000 (Escenología, INBA, Consejo nacional para la Cultura y las Artes 2007) el dramaturgo Luis Mario Moncada, sostiene que el 9 de septiembre de 1908, se estrena la obra mencionada de Marcelino Dávalos, que ”es considerada por algunos críticos como el verdadero tránsito al siglo XX de la dramaturgia mexicana al abandonar el romanticismo decimonónico de Echegaray y acometer un estilo realista que habrá de imperar, salvo excepciones, en los escenarios de nuestro siglo XX”. En su libro de 575 páginas, Moncada presenta la gran diversidad del teatro representado, en buen porcentaje mexicano, durante el siglo XX. En 33 páginas da la lista de nombres, algunas veces repetidos por su propia representación, de más de 2 mil 500 obras, centenares de ellas reproducidas aparte, con párrafos e imágenes. El teatro es visto desde todos los géneros, a veces muy triviales, pero otros de gran potencia creativa, como parte de la formación de un público que en mucho disfrutó de un espíritu independiente.