El presupuesto es un laberinto
Entiéndelo, por favor
Con profunda pena nos enteramos del sensible fallecimiento ayer, en Monterrey, Nuevo León, de nuestro amigo y colega don Amado Sócrates Campos Lemus.
A su esposa Aurora a sus hijos Sócrates y Karisma enviamos un fraternal saludo y hacemos votos por una pronta resignación ante esta irreparable pérdida. CRG
Este miércoles, el nuncio apostólico en nuestro país, Franco Coppola, se reunió con el presidente de México.En Palacio Nacional.
En el encuentro, el nuncio apostólico entregó a López Obrador copia de un códice histórico y una carta del Papa Francisco al pueblo de México con motivo de los 200 años de la consumación de la Independencia.
En la reunión también estuvo presente la esposa del presidente, la historiadora Beatriz Gutiérrez Müller, así como el secretario de gobernación, Adán Augusto López Hernández.
Ahora un breve ejemplo. Sabio, instructivo. Casi santo.
Y nos recuerda, en efecto, que “La felicidad te mantiene dulce. Los intentos te mantienen fuerte. Las penas te mantienen humano. Las caídas te mantienen humilde. El éxito te mantiene brillante…”
A proposito, no solo para entenderla, sino para asimilarla compartimos la fábula del helecho y el bambú que nos la manda el benjamín de la familia, don Arturo Javier Ravelo Reyes.
Un día decidí darme por vencido, renuncié a mi trabajo, a mi relación, a mi vida. Fui al bosque para hablar con un hombre viejo que decían era muy sabio.
“¿Podría darme una buena razón para no darme por vencido?”. Le pregunté.
“Mira a tu alrededor”, me respondió, “¿ves el helecho y el bambú?”
– “Sí”, respondí.
“Cuando sembré las semillas del helecho y el bambú, las cuidé muy bien.
El helecho rápidamente creció. Su verde brillante cubría el suelo.
Pero nada salió de la semilla de bambú. Sin embargo no renuncié al bambú”.
Después de una pausa, continuó:
“En el segundo año, el helecho, creció más brillante y abundante, y nuevamente, nada creció, de la semilla de bambú. Pero no renuncié al bambú.
“En el tercer año, aún nada brotó de la semilla de bambú. Pero no renuncié al bambú.
En el cuarto año, nuevamente, nada salió de la semilla de bambú. Pero no renuncié al bambú.
En el quinto año un pequeño brote de bambú se asomó en la tierra.
En comparación con el helecho era aparentemente muy pequeño e insignificante”.
Además, añadió:
“El sexto año, el bambú creció más de 20 metros de altura. Se había pasado cinco años. Echó raíces que lo sostuvieran. Aquellas raíces lo hicieron fuerte y le dieron lo que necesitaba para sobrevivir”.
“¿Sabías que todo este tiempo que has estado en lucha, realmente has echado raíces?”. Le dijo el viejo y continuó…
“El bambú tiene un propósito diferente al del helecho, sin embargo, ambos son necesarios y hacen del bosque un lugar hermoso”.
“Nunca te arrepientas de un día en tu vida. Los buenos días te dan felicidad. Los malos días te dan experiencia. Ambos son esenciales para la vida”.
Si no consigues lo que anhelas, no te desesperes… quizá, sólo empiezan tus raíces…
Y tomemos el consejo de Salud, con una a la una
Nos solidarizamos con la maestra veracruzana Rosa María Campos, que en “Candelero” de Abraham Mohamed Zamilpa, recomienda que tomar una copa de vino tinto al día es tanto como la panacea para la salud.
Y ¡para colmo!, el vino tinto es aliado de fumadores porque contrarresta el efecto hipertenso que provoca el consumo de tabaco».
Todos estos beneficios fueron destacados en el estudio realizado por el Departamento de Nutrición y Dietética de Universidad Harokopio de Atenas.
Además: ¿Sabías que al vino tinto se debe la buena salud cardiovascular de franceses, españoles e italianos?
Tal vez responderás: “esto no es posible, en el otro lado del Atlántico la dieta incluye comidas con alto contenido de grasas.
Si eso es verdad, pero un estudio de la Universidad de Wisconsin descubre que el vino tinto contiene Resveratrol, un activador que pertenece a una familia de enzimas llamadas sir tuinas, componente natural de las uvas y las granadas.
Enzimas de moda, presentadas hoy como lo máximo en antioxidantes, en farmacias, tiendas naturistas y de autoconsumo, con leyendas tan sugestivas que nos inducen a comprarlas de inmediato para conservarnos guapos, jóvenes, o convertirnos en un Dorian Grey, ese personaje que nunca envejecía, según una de las novelas del escritor británico Oscar Wilde.
Buen consejo de la escritora que radica en Coatepec, en su finca cafetalera.
Nosotros nos unimos a su consejo y al nuestro con el estribillo: A la una, una. Ni una más.