Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
De un enamorado
A los Cadetes de la Naval, nuestra reverencia.
En un vistoso acto que duró más de cuatro horas, la Armada de México conmemoró ayer 200 años de existencia.
La ceremonia en el puerto de Veracruz fue encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador como comandante supremo de las fuerza armadas.
Desde el Vaticano el Papa Francisco, nuestro amigo nos dice que la Iglesia está llamada a vivir su misión en la fidelidad, en la verdad y en la caridad.
Hoy se vive la paradoja de un mundo globalizado en el que vemos tantos progresos materiales, pero cada vez menos «calor de hogar y de familia».
Muchos proyectos ambiciosos, pero poco tiempo para disfrutarlos en común…
«Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre».
Es esta la exhortación a los esposos creyentes para que busquen superar toda forma de individualismo y de miedo a comprometerse de por vida.
En tal unidad los cónyuges transmiten la vida a los nuevos seres humanos y se convierten en padres.
Y es así como participan de la potencia creadora del mismo
Dios. Para desgracia de la humanidad, no todos.
Respecto al amor se nos ocurre.
Todos respondemos a nuestra emoción hasta cierto punto.
Es unas de las fuerzas más poderosas de nuestras vidas, que vienen desde adentro y salen.
Sin embargo, vivir según las reglas significa que la emoción es la reina.
Las leyes de la lógica no se aplican cuando se trata de vivir tu vida.
Incluso si tus acciones tienen lógica, primero deben tener emoción, de lo contrario probablemente no las seguirás.
Estar muy en contacto con tus emociones y sentimientos, es importante para que, al final del día, te sientas bien.
Y más importante que el éxito percibido.
Leamos lo que nos platican dos de ellas.
Rosa María Campos y Rosa Chávez Cárdenas, nos deleitan con sus escritos. Que con aplauso general los transcribimos, íntegros.
Son dos sucesos del mismo tema.
La terapeuta jalisciense Rosa Chávez Cárdenas es breve:
“Estaba el presidente Echeverría relajado, feliz, reía a carcajadas con los relatos que hacíamos de los dichos y hechos de ingeniosos personajes de Saltillo y Coahuila, participaba animadamente en la conversación.
Se veía contento muy a gusto. Se abrió de pronto la puerta de la habitación y apareció en ella la recia figura de la compañera María Esther. Una sola palabra dijo imperativa; «Echeverría».
Como empujado por un resorte, el presidente de la República saltó de su sillón, se despidió rápidamente y fue tras su esposa sin siquiera haber disfrutado el banquete con riquísimos manjares norteños que poco después se sirvieron.
Excelente incansable labor social hizo doña María Esther, dicho sea de paso, en favor de la familia y los niños.
Es considerada junto con dola Eva Sámano de López Mateos una de las mejores y más activas y benéficas primeras damas que ha tenido este país”.
Y de la poeta Rosa María Campos, veracruzana, también nos cautivó.
Acabamos de saborearlo y no tiene mácula. Nos invita a estarlo. Por ello lo recomendamos.
¿Estás enamorado?
Sí lo estas, lee lo siguiente. Si no, también
Me desmayo, atrevo, estoy furioso, áspero, tierno, liberal, esquivo, alentado, mortal, difunto, vivo, leal, traidor, cobarde y animoso.
Me muestro alegre, triste, humilde, altivo, enojado, valiente, fugitivo, satisfecho, ofendido, receloso.
“Creo que un cielo en un infierno y doy la vida y el alma a un desengaño.
¿Esto es el amor? quien lo probó, lo sabe”, aseguraba Lope de Vega.
Antes San Juan había certificado: “Dios es Amor” y otros opinaban: “el amor es la más plena relación humana; necesaria para todos los seres vivos”
Y hoy, como la palabra está tan manipulada, tratáremos de aclarar que es el amor.
Los psicoanalistas opinan que hay tres clases de amor:
El erótico, que surge por el instinto entre un hombre y una mujer; es posesivo y excluyente. Se quiere poseer a la persona «amada». También resulta turbador pero placentero. Surge o desaparece sin que la persona lo decida y la conduce a cierto tipo de abusos, desilusiones, e insatisfacciones.
Otro amor: La amistad o intercomunicación gratuita, cordial, no posesiva, mediante la cual se logra un interés mutuo por los problemas, éxitos o sufrimientos del amigo, lográndose constituir a través de ella un descanso psicológico. Sin embargo, no hay que olvidar que la amistad se cultiva, no se impone.
Un tercer amor: El incondicional. Este amor se manifiesta como ayuda al prójimo, servicio desinteresado o entrega gratuita para el bien de todos, pero conlleva al sacrificio de los propios intereses, más tengámoslo presente: entre más se da más feliz es la persona que lo prodiga.
En el amor incondicional no hay manipulación, ni posesión, ni dominio, es deseo de ayuda sin condiciones a la persona amada o a la humanidad. Es un acto de libertad, dado que ayudar, servir, comprender, respetar, dar, perdonar son acciones que uno decide realizar libremente.
Por eso este tipo de amor constituye la relación más profunda y fecunda que puede existir.
Tratándose de amor incondicional en una pareja ambos toman conciencia de su persona y su dignidad. Se sienten conocedores y conocidos, respetados y respetuosos, amantes y amados.
No hay asimilación, posesión, pero sí reconocimiento. Es una comunión, un «nosotros», sin perder singularidad. Quiero que tú seas tú y tú quieres que yo sea yo.