Alfa omega/Jorge Herrera Valenzuela
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Agradecemos al diplomatico don Antonio Pérez Manzano su cordialidad al informarnos una decisión que nos complace. E instruye
“Estimados amigos, comparto con ustedes la columna del reconocido periodista Carlos Ravelo Galindo, quien nos obsequia con una parte del libro “Introducción a la gramática periodística», que puede sernos de gran utilidad.
Aprovecho para comentar con los colabores de Asociación de diplomaticos escritores—ADE—, una sugerencia sobre los encabezados o títulos de nuestras contribuciones, que de preferencia deben ser cortos (5 o 6 palabras), que atrapen al lector desde la primera vista.
Esto de acuerdo con uno de mis profesores del diplomado sobre periodismo que hace tiempo cursé en la Universidad Anáhuac México Norte.
Extensión adecuada
Los títulos deben tener una extensión suficiente para explicar los contenidos, sin incluir adornos y palabras innecesarias.
Una vez que decidas sobre qué escribir, deberás definir las palabras clave por las que quieres que se indexe tu artículo.
Describe los contenidos.
Aunque suena obvio, es importante que el título tenga una relación directa con los contenidos.
Trata de que sea descriptivo y referencial.
Los encabezados que usan figuras poéticas u otros recursos creativos no son recomendables en el mundo digital.
Si no incluyen las palabras clave del artículo, los buscadores no los indexarán correctamente y los usuarios tendrán problemas para encontrarlos.
Considera el lenguaje del usuario.
El tipo de contenido que tengas y su formato entregan claves sobre cómo titular para ayudar a que los usuarios encuentren el artículo.
Reciban un cordial saludo y mis mejores deseos para la semana que comienza. Antonio Pérez Manzano”.
Y también a nuestro colega y maestro José Antonio Aspiros Villagómez sus palabras.
“ Veo que tienes una gran reserva de material.
Yo también, todos los días enriquezco mis archivos y libros de consulta para lo que se ofrezca.
El lunes pasado, por ejemplo, compré el libro «Las de endenantes», de Bruno Newman, con frases y palabras ya en desuso.
Para mi sorpresa, está ilustrado por el mismo artista, Tassier, que diseñó los diplomas de mi generación (1964) en la Escuela de Periodismo ‘Carlos Septién García’. Salud”.
Volvemos al Despiporre.
Los acentos y las comas son parte fundamental del idioma español.
El acento puede ser de dos tipos: el acento prosódico, es decir, el que no se escribe y solo se pronuncia, o bien, ortográfico que es cuando le colocamos una tilde sobre la vocal correspondiente.
Mientras que las comas tienen como función principal indicarnos en qué parte del enunciado debemos hacer una pausa.
Vayamos para mejorar la ortografíay su utilización
1° A los comparativos genuinos no se deben anteponer los adverbios tan, más, menos (tan, peor, más, mejor, menos, superior); ni a los superlativos de terminación el adverbio muy (muy riquísimo).
2° No se deben anteponer los adverbios tan; más o menos a un superlativo (tan hermosísima, más finísimo).
Se exceptúan mínimo e ínfimo.
Ambos equivale a uno y otro. Si va en sentido negativo (ambas no son hermosas) quiere decir que una si lo es y la otra no.
Sufre apócope ciento cuando va antes de adjetivo o sustantivo (cien hermosas doncellas, cien joyas). Sendos significa cada uno.
El adverbio puede modificar al verbo, al adjetivo y a otro adverbio (Volvió pronto; muy hermosa; demasiado pronto).
Según sea la modificación, los adverbios pueden ser de lugar(aquí, ahí, allí, acá, allá acullá, cerca, lejos, donde, adonde, enfrente, dentro, fuera, arriba, abajo, delante,, detrás, encima, debajo, junto, aquende, allende).
De tiempo (hoy, ayer, anteayer, mañana, ahora, antes, después, entonces, luego, tarde, temprano, presto. Pronto, cuando, siempre, nunca, jamás, ya, mientras, aún, todavía, antaño, hogaño).
De modo: (bien, mal, como, cual, así, apenas, quedo, recio, duro, despacio, alto, bajo, excepto, salvo, conforme, adrede, buenamente, malamente, y otros en mente).
De cantidad: (mucho, poco, muy, casi, harto, bastante, tan, tanto, cuan, cuanto, nada).
De comparación (tan, más, menos, mejor, peor).
De orden: (Primeramente, sucesivamente, últimamente).
De afirmación: (sí, cierto, ciertamente, verdaderamente, también).
De negación: (no, ni, nunca, jamás, tampoco); y.
De duda: (acaso, quizá, quizás).
Hay dificultad al usar los adverbios mucho, poco, tanto, cuanto, harto, porque tienen semejanza con los adjetivos mucha, poca, tanta, cuanta, harta:
Por medio del hipérbaton se puede definir ( mucha más carne –mucha carne más; mucho más carne –mucho carne más).
El adverbio tan (apócope de tanto) solo se puede emplear antes de adjetivo, adverbio o complemento (tan bueno como tú; tan lejos de París; tan de mi padre como mío).
El adverbio adonde solo puede construirse con verbos que indiquen movimiento moral o material (la casa donde resido; el lugar adonde voy).
El adverbio seguramente no indica probabilidad, sino seguridad. Recientemente se apocopa antes de participios (un país recién poblado; un niño recién nacido).
Aún se acentúa cuando va después del verbo (aún no llega; no llega aún).
Se usa el adverbio ahí cuando se resuelve en el demostrativo ese, por eso se señala con él lo que inmediatamente precede al razonamiento (mi hermano ahorra; de ahí que siempre
tenga dinero).
No es correcto decir: ahí está, le dejé ahí; debe decirse: allí está, le dejé allí.
Las preposiciones más usuales en castellano son: a, ante, bajo, con, contra de, desde, en, entre, hacia, hasta, para, por, sin según, sobre y tras. (cerca de).
Lo que indican las preposiciones:
A: dirección (voy a la escuela), modo (viste a la inglesa).
Ante: delante de (nos detuvimos ante el pórtico).
Bajo: debajo de (bajo el cielo azul), dependencia (sirve bajo sus órdenes).
Con: concurrencia (llegó con mis hermanos), modo (trabaja con fe) e instrumento (cortó con la navaja).
Contra: al frente de (su casa está contra esquina de la mía), oposición (lo hace contra mi
voluntad).
De: Pertenencia (el libro de Enrique), procedencia (vengo de Zacatecas), materia de que está hecha una cosa (estatuilla de marfil).
Desde: Principio de tiempo (desde mañana), o de lugar (desde aquí).
En: lugar (está en el teatro), tiempo (vendrá en agosto), modo (habló en francés).
Entre: en medio de (entre la huerta y el río).
Hacia: tendencia (nos encaminamos hacia el reinado de la justicia). Dirección (miró hacia el poniente).
Hasta: término (llegaré hasta aquí).
Para: destino (la honra es para ti, no para mí). Fin (hago ejercicio para gozar de salud). Por: lugar (viaja por Asia), modo (lo obtuve por favor).
Según: conformidad (lo premiaremos según méritos).
Sin: carencia (vive sin boato).
Sobre: encima de (bailaba sobre la mesa), asunto de que se trata (disertó sobre economía política).
Tras: orden con que se siguen unas cosas a otras (tras la fortuna viene la adversidad; tras la primavera el verano).
Las conjunciones sirven para ligar frases análogas.
Se distinguen según la naturaleza del enlace.
Pueden ser: copulativas (y, e, ni, que).
Disyuntivas (o, u, y algunas veces los adverbios ahora, ora, ya, bien).
Adversativas (pero, más, aunque, sino).
Condicionales (si, como, con tal que, siempre que, dado que, ya que).
Causales (porque, pues, pues que, puesto que, supuesto que). Continuativas (pues, así que ).
Comparativas (como, como que, así, así como).
Finales (para que, porque, a fin de que).
Deductivas (conque, luego, pues, por consiguiente).
La interjección es un grito inarticulado o una palabra con los que expresamos estados de ánimo.
Las figuras de dicción que más se utilizan, son contracción y apócope. La primera consiste en fusionar palabras (de él – del).
Sufren apócope los adjetivos: Uno-alguno-ninguno; un-algún-ningún.
Bueno-buen; malo-mal. Primero-primer; tercero-tercer; postrero-postrer. Grande-gran. Santo-san. Buen, mal, gran, san, deben preceder inmediatamente al sustantivo. Los otros adjetivos mencionados consienten otro adjetivo en medio. Cuando al adjetivo sigue la conjunción, el apócope no tiene cabida.
Ningún adjetivo de los enumerados, excepto primero,
postrero, grande, admite apócope en el género femenino.
Sin embargo, se puede decir un antes de cualquier sustantivo femenino que principie por la vocal a acentuada (un águila,
un arpa); lo mismo pasa con algún y ningún.
Antes de vocal se dice grande y antes de consonante gran (grande edificio; gran templo).
Vicios de dicción contrarios a la analogía.
La concordancia:
El adjetivo concuerda con el sustantivo en género y número.
El verbo concuerda con el sujeto en número y persona.
Cuando el verbo concuerda con el sujeto en número y persona.
Cuando el verbo se refiere a varios sujetos o el adjetivo a varios sustantivos, rigen las siguientes reglas:
1. Dos o más sujetos concuerdan con el verbo en plural.
2. Cuando varios sustantivos de diferente género son modificados por un solo adjetivo, éste debe estar en género masculino y número plural.
3.-En concurrencia de varias personas gramaticales como sujetos se prefiere la segunda a la tercera y la primera a todas (tú y él paseáis…..Miguel, tú y yo, estudiamos con
asiduidad).En el primer ejemplo se refiere a la 2° persona (tú), y en el segundo, la primera (nosotros).