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CIUDAD DE MÉXICO. 22 de noviembre de 2021.- Publicada en 1524, la Segunda Carta de Relación de Hernán Cortés fue impresa junto con un mapa de Tenochtitlan que pronto conquistó el imaginario europeo al mostrar, por primera vez, una representación de la capital del imperio tenochca y su cuenca, gobernada por la triple alianza de Texcoco, Tlacopan y México-Tenochtitlan, encabezada por el Huey Tlatoani, Moctezuma Xocoyotzin.
Actualmente, ese tesoro, impreso en Nuremberg, Alemania, se encuentra resguardado en The Newberry Library, en Chicago, instancia que entregó a la Universidad Nacional Autónoma de México un facsímil de éste, el mapa más antiguo de la Ciudad de México, como parte de la relación entre ambas instituciones.
Mostrada como una urbe medieval en medio de un lago, esa primera representación de la gran Tenochtitlan correspondía con el esplendor, maravilla y exotismo descritos por el conquistador en su Segunda Carta, redactada en junio de 1520 tras su huida durante la llamada “noche triste”.
En torno al centro ceremonial tenochca reseñado como “templo donde sacrifican”, la imaginación conquistadora del artista europeo dibujó conjuntos irregulares de casas con techos y torres medievales sobre el agua, como si se tratara de Venecia o Bremen. El paisaje miniaturista completaba pequeñas villas en las riberas del lago, ilustrando los centros urbanos de Tacuba, Azcapotzalco, Texcoco, Iztapalapa y Tacubaya, entre otros.
La factura de este mapa de 1524 ha sido objeto de múltiples estudios; no cabe duda que las gubias de esta xilografía coloreada a mano debieron pertenecer a un artista del viejo continente quien, presumiblemente, se habría basado en un boceto enviado por el propio Cortés al emperador Carlos I, rey de España. Pero la lógica de organización gráfica se debió, con toda seguridad, a la mano o idea de un tlacuilo nahua, se explicó en un video.
En el acto denominado “El mapa de Tenochtitlan que conquistó Europa”, organizado por el Instituto de Investigaciones Históricas (IIH) y la Escuela de Extensión UNAM-Chicago, la coordinadora de Humanidades de la Universidad Nacional, Guadalupe Valencia García, a nombre del rector Enrique Graue Wiechers, agradeció la entrega del facsímil a esta casa de estudios.
También recordó que los 500 años de la caída de México-Tenochtitlan son materia de un programa académico de investigación y divulgación que colocan a la UNAM como un lugar de diseminación del conocimiento, donde podemos hacer una revisión crítica de la Conquista y contribuir al conocimiento de nosotros mismos.
Cooperación fructífera
Al hacer uso de la palabra, el coordinador de Relaciones y Asuntos Internacionales de la UNAM, Francisco José Trigo Tavera, destacó que la relación de esta institución con The Newberry data de varios años, pero se formalizó en 2011 con la firma de un acuerdo de colaboración.
A partir de entonces, investigadores y estudiantes, particularmente del posgrado, tienen acceso invaluable a esa instancia estadounidense que resguarda, entre otros tesoros, más de 600 mil mapas históricos.
El funcionario universitario añadió que la colaboración fue renovada e incluye a los institutos de Geografía, así como de investigaciones Históricas, Filológicas, Estéticas y Bibliográficas, y los centros de Enseñanza para Extranjeros y de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe. “Con el impulso del acuerdo, el presidente de The Newberry Library, Daniel Greene, ha tenido el gesto de entregar este regalo precioso: un facsímil de alta calidad del mapa de Cortés”. Durante la sesión a distancia destacó el papel clave que la UNAM-Chicago ha jugado en la relación entre ambas instancias.
El director de UNAM-Chicago, Javier Laguna Calderón, calificó a The Newberry Library como un centro de documentación de altísimo nivel. “No es una cuestión reciente, llevamos varios años en los que muchos profesores e investigadores de nuestra Universidad han venido a hacer parte de sus estudios a esta institución”.
Como parte de la cooperación con esta biblioteca, la nueva administración presidida por Daniel Greene, “tuvo la atención de hacer un obsequio a nuestra Universidad: el facsímil del mapa de Cortés original”.
La Coordinación de Humanidades apoya esta iniciativa y colabora en la relación de intercambio entre las dos instituciones, en la que participan el IIH y diversas instancias universitarias, recalcó.
En tanto, Daniel Greene subrayó la importancia del vínculo entre la instancia que encabeza y la UNAM. “Hoy celebramos otro paso en esta relación con la entrega del facsímil del Mapa de Cortes que fue publicado en 1524, y que constituye la primera imagen que los europeos vieron de la ciudad de México-Tenochtitlan”.
La colección de Newberry, constituida por un acervo de 600 mil mapas, se conformó para la preservación e investigación, entre otros objetivos. Y como parte de ella, la carta también conocida como mapa de Nuremberg, “es un tesoro”.
En la mesa redonda “Estudios del mapa” -moderada por la directora del IIH, Elisa Speckman Guerra-, la historiadora Raquel Urroz Kanán, de la UNAM-Chicago, explicó que ese documento se inscribe entre dos condiciones históricas: el mundo mesoamericano, donde Cortés se encuentra envuelto y de donde surgen sus informes, descripciones y el boceto que se envió presumiblemente a España; y el mundo europeo, a punto de entrar al cisma del protestantismo.
Recordó que en 1507 el mapa de Martin Waldseemüller fue el primero que enuncia y bautiza a las tierras del nuevo mundo como América. Otro mapa famoso es el de Johannes Shöner, de 1515, que divulga el nombre del continente y la naturaleza de estas extensiones por toda Europa, junto con el de Pedro Apiano, de 1520.
En el de Sloane, de 1530, aparece “Temixtita”, resultado de Cortés y sus informes, que no se considera como cualquier lugar, sino como una ciudad al nivel de otras como Salamanca o Sevilla, una gran capital que guarda riqueza, con gobierno y orden. El mismo nombre aparece en un mapa de Sebastian Münster, de 1540. En los diversos niveles se proyectó la idea de una civilización en donde “el foco” fue la ciudad de Tenochtitlan, abundó.
La imagen del mapa de Cortés se contempló también en copias y plagios con algunas alteraciones; se trata del mismo modelo de urbe americana exótica, que va hacia la civilización pero que todavía no llega porque le falta un detalle: ser cristianizada. La primera representación de la ciudad azteca, basada en la de Nuremberg, es la de Benedetto Bordone, de 1528; otro ejemplo es la de Giovanni Battista Ramusio, de 1550, mencionó la experta.
En su intervención, el secretario académico del IIH, Gibrán Bautista y Lugo, dijo que en el documento convergen dos antiguas tradiciones de comunicación visual: la configuración mesoamericana en la base del dibujo, y la forma de cartapacio (cuaderno) que los impresores diseñaban para publicar mapas-pintura de capitales como Jerusalén o Roma.
Hablamos de un documento que fue conocido junto con un texto, la Segunda Carta de Relación. “El artefacto completo que componen texto y mapa surgió de la derrota. Tras la huida de los españoles desbaratados por los guerreros y la población tenocha de México-Tenochtitlan, Cortés, capitán general de la hueste derrotada, se dio a la tarea de escribir a Carlos I rey de España”.
Es el primer relato de la internación de los españoles en tierras mesoamericanas y es la crónica que dio a conocer al mundo europeo, junto con esa imagen, la majestuosa ciudad en la isla del Valle de Anáhuac, México-Tenochtitlan capital del orden político mexica.
La pintura de la urbe está junto al dibujo de la costa del Golfo, por donde llegaron al continente; el mapa integra un trayecto y una localización a todas luces militar. La fuerza de la carta de Cortés y del mapa puede medirse por su rápida circulación a escala ibérica y europea, gracias a su reproducción manuscrita e impresa, finalizó.