El presupuesto es un laberinto
Los muertos de López Obrador
Julissa Ramírez y Nohemí Medina Martínez se casaron el 28 de julio de 2021. Vivían con sus tres hijos en El Paso, Texas. Se puede decir que tenían una vida normal, sin sobre saltos y se consideraban a sí mismas como una pareja lésbica mexicana feliz, hasta que fueron reportadas como desaparecidas y encontradas sin vida el 16 de enero pasado.
Apenas el Día de Reyes, Nohemí había publicado en el muro de Facebook de Julissa un texto que llamó la atención de sus familiares y amigos y que a la larga vaticinaba un destino fatal: “Parece mentira, pero siempre que estamos felices pasa algo que lo arruina todo”.
El 15 de enero fueron registradas como desaparecidas y, desgraciadamente, como resultado de la búsqueda para localizarlas que emprendieron autoridades estadounidenses y mexicanas, apoyadas por familiares y amigos, sus cuerpos desmembrados, metidos en bolsas de plástico, fueron encontrados en varios tramos de la carretera Ciudad Juárez-Porvenir.
Sin duda, se trató de un crimen de odio que desató la condena generalizada de grupos feministas y de agrupaciones de defensa de la diversidad sexual que observan consternadas como la fiscalía estatal no cuenta con las menores pistas para encontrar a los responsables del asesinato.
El Valle de Ciudad Juárez nunca ha dejado de ser un lugar peligroso para las mujeres y el hallazgo de los restos de Nohemí y Julissa, quienes no rebasaban los 30 años de edad, se dio previo a una reunión de seguridad entre los tres niveles de gobierno en esa urbe para determinar una estrategia que frene la ola de violencia en esa zona.
Durante los primeros 17 días de enero, en Ciudad Juárez y el Valle de Juárez fueron asesinadas al menos 9 mujeres. En promedio, una cada 45 horas, según datos de la Fiscalía General del Estado (FGE) y seguimientos de medios de comunicación locales.
Los fantasmas de las Muertas de Juárez están más presentes que nunca. La primera víctima del año fue Jessica Selene Garibay Pacheco, de 27 años de edad, quien perdió la vida el mismo 1 de enero en el Hospital de Zona número 6 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), donde permaneció desde el 29 de diciembre pasado, cuando fue baleada en una vivienda ubicada en las calles Mérida y Del Ejido de la colonia El Barreal, en donde fueron asesinados dos hombres más.
Según el reporte médico, Jessica Selene tenía aproximadamente tres meses de embarazo, pero debido a las lesiones de bala perdió a su bebé antes de fallecer.
MÁS DE 100 MIL MUERTOS CON AMLO
Cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) señalan que del 1 de diciembre de 2018 al 30 de noviembre de 2021 (la mitad del gobierno de Andrés Manuel López Obrador), se iniciaron 86 mil 777 expedientes por el homicidio doloso de 102 mil 820 personas.
Además, se contabilizan 2 mil 882 expedientes por el feminicidio de 2 mil 974 mujeres. En ambos casos la diferencia en el número de carpetas de investigación y número de víctimas es debido a que en cada expediente puede haber una o más personas que sufrieron el delito.
En contraste, durante el periodo del 1 de diciembre de 2012 al 30 de noviembre de 2015 (la mitad de la gestión de Enrique Peña Nieto) se iniciaron en el país 50 mil 85 expedientes por homicidio doloso.
En tanto, en el periodo del 1 de diciembre de 2006 al 30 de noviembre de 2009 (primeros 36 meses del gobierno de Felipe Calderón), se iniciaron en el país 38 mil 971 expedientes por asesinato.
Por otra parte, los feminicidios se dispararon durante 2021, segundo año de la pandemia, con un total de mil 4 en México, de acuerdo con información del SESNSP. La cifra de mil 4 feminicidios es la más alta al cierre de cualquier año desde que López Obrador es presidente.
En 2018, el último año de Enrique Peña Nieto como presidente, hubo un total de 917 asesinatos de mujeres.
En el primer mes en que López Obrador llegó a la presidencia, en diciembre de 2018, en el país hubo 101 feminicidios, que en el momento fue cifra récord. En tanto, durante todo 2019, la cifra total nacional fue de 973; en 2020, primer año de la pandemia y de confinamientos, fue de 978.
La cifra récord de feminicidios en 2021 contrasta con los datos presentados este jueves por Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), quien afirmó en la conferencia matutina que el delito de feminicidio había bajado en 2021 con respecto a años anteriores.
“El feminicidio bajó 7 por ciento respecto al mismo mes (de diciembre) del año anterior y se ha bajado un 7 por ciento en lo que va de esta administración”, manifestó.
Al cierre del 2021, en diciembre, hubo un total de 79 feminicidios. Esta cifra es menor a la de diciembres de años anteriores. No obstante, es mayor con respecto a los meses de octubre y noviembre de 2021, cuando hubo 72 y 71 asesinatos de mujeres en el país, respectivamente.
En cuanto a los datos de 2021, agosto fue el mes con más feminicidios en México, cuando hubo 111 de estos asesinatos. Los dos picos anteriores ocurrieron en mayo, mes en que se celebra a las madres, con 108; y marzo, mes en que se conmemora el Día Internacional de la Mujer, con 100, de acuerdo a información de diversos medios de comunicación.
Suenan huecas las palabras de AMLO cuando en una conferencia mañanera sí y en la siguiente también, afirma que “en México ya no hay masacres”, en una mentira repetida que pretende convertirse en verdad y si no que se lo recuerde el novato gobernador de Zacatecas, David Monreal Ávila, a quien a pocos días de iniciado su mandato, le fueron a tirar 10 cadáveres frente al palacio estatal, como si fuera un mensaje para reiterarle que en esa entidad la delincuencia organizada es la que manda.
El 25 de noviembre de 2021, López Obrador le tuvo que armar un operativo de seguridad (Zacatecas II) a David Monreal para tratar de frenar la violencia en esa entidad, pero sobre el cual ni siquiera tiene confianza su mismo hermano, Saúl Monreal, presidente municipal de Fresnillo, la ciudad con mayor percepción de inseguridad en todo el país. Zacatecas, en donde los Monreal mantienen un gobierno caciquil, por décadas, con el senador Ricardo Monreal, a la cabeza, más que una entidad, parece una jungla.
En el sexenio de Felipe Calderón, el repunte de homicidios dolosos, en gran medida por la guerra contra el narco, provocó una crítica severa de la oposición y que las víctimas fueran conocidas como “los muertos de Calderón”, pero como la violencia no cesó en el siguiente sexenio, los fallecidos se convirtieron después en “los muertos de Peña” y ahora se puede hablar claramente de “los muertos de López Obrador” y eso bien lo sabe el presidente, por más que sus declaraciones traten de mostrar un México inexistente.