Mujeres mexicanas memorables (6)
Quiero recordar tu rostro, dijo con inocencia
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Debemos confesar que nos conmovió lo que ustedes leerán . Y repetir como nosotros que es entender el significado de la vida. Todo permite desechar la incertidumbre y estimular la imaginación.
Nuestro amigo el abogado Alejandro René Cancino Romay, con la sencillez acostumbrada asevera la inocencia de los niños.
Y repite la frase de uno de ellos.
“Quiero recordar tu rostro para que cuando te encuentre en el cielo, pueda reconocerte y agradecerte una vez más.”
Cuando en una entrevista al multimillonario nigeriano Femi Otedola, el presentador de radio le preguntó:
«Señor, ¿qué puede recordar que lo hizo un hombre más feliz en la vida?» Femi respondió:
«He pasado por cuatro etapas de felicidad en la vida y finalmente, entendí el significado de la verdadera felicidad».
La primera etapa, fue *acumular riqueza y medios*.
Pero en esta etapa no obtuve la felicidad que quería.
La segunda etapa de *recolección de objetos de valor y artículos.
Me di cuenta de que el efecto de esta cosa también es temporal y el brillo de las cosas valiosas no dura mucho.
La tercera etapa, de *conseguir grandes proyectos*. Fue entonces cuando tenía el 95% del suministro de diesel en Nigeria y África. También fui el armador más grande de África y Asia.
Incluso, no obtuve la felicidad que había imaginado.
La cuarta etapa fue cuando un amigo mío me pidió *comprara una silla de ruedas para unos niños discapacitados*.
Eran 200 niños con discapacidad diferente. Casi inmóviles..
A pedido del amigo, inmediatamente compré las sillas de ruedas.
Insistió en que fuera con él y entregara las sillas de ruedas a los niños. Fui con él.
Allí les di estas sillas de ruedas a estos niños con mis propias manos. Vi el extraño brillo de felicidad en los rostros de estas criaturas inválidas.
Los vi a todos sentados en las sillas de ruedas, moviéndose y divirtiéndose.
Era como si hubieran llegado a un lugar de picnic donde comparten un premio mayor.
*Sentí verdadera alegría* dentro de mí.
Cuando decidí irme, uno de los niños me agarró las piernas. Traté de liberar mis piernas suavemente, pero el niño me miró a la cara y me apretó las piernas con más fuerza.
Me agaché y le pregunté al niño: ¿Necesitas algo más?
La respuesta que me dio este niño no solo me hizo feliz sino que también cambió mi actitud ante la vida por completo.
Este niño dijo:
«Quiero recordar tu rostro para que cuando te encuentre en el cielo, pueda reconocerte y agradecerte una vez más».
Intentémos tocar vidas. Estamos seguros de poder hacer algo, en la medida de nuestra capacidad, don Alejandro.
Gracias por este ejemplo que nos conmovió también como, estamos seguros, quien lo leyó.
Al respecto el escritor José Antonio Aspiros Villagómez, nos da la razón al responder a quienes condenan la ley que prohibe ser cronista y comentarista de su escrito.
Y lo que nos dice de Allende y Homero:
“Después de meditar un poco el porqué de ese salto sabatino sin red, de Allende a Homero, sólo les encontré tres cosas en común:
1.- Por tu voluntad, están presentes hoy En las nubes.
2.- Hay calles con su nombre en la Ciudad de México, aunque muy distantes.
3.- Pertenecieron (como nosotros) a esa especie humana «tan lamentable» a la que se refirió el propio filósofo jonio que nos legó la Ilíada y la Odisea.
Interesante lo que compartes del doctor Arnoldo Kraus, pues también tengo la añeja costumbre de hacer apuntes con lápiz (o bolígrafo), tanto en mi agenda anual que renuevo y uso desde hace décadas, hasta en «papelitos» que después desecho.
En el celular anoto mis citas y compromisos en cuanto se generan.
Mañana, por ejemplo, comida familiar (sólo seremos siete) para despedir a uno de mis hermanos que se regresará un tiempo a Texas.
Y gracias por citarme como «maestro y lingüista» sin merecerlo.
Debo comentarte que Google me avisa siempre que me mencionas En las nubes, pero casi nunca cuando algunos medios publican mis Textos en libertad. Aunque ya es más de la una,Salud (Sigo con pendiente de Rusia)”.
Nosotros también. Y coincidimos en tu siguiente advertencia.
“Yo estoy de acuerdo en que no se deben mezclar noticias con opiniones, sino darlas por separado y aclarando cuál es cuál; para eso hay diferentes géneros periodísticos y existen las secciones y los segmentos editoriales.
Noticia y contexto, sí; noticia y opinión del informante, no.
Así lo aprendí en la Escuela.
Así lo he leído en libros de famosos periodistas.
Así lo he ejercido.
Y así lo expuse al menos dos veces en talleres ante colegas de la Fapermex (2007) sin que me lo cuestionaran entonces (salvo un locutor o reportero de radio; no supe qué era).
No es un asunto de libertad de expresión, sino de técnica periodística (donde se reconocen los géneros mixtos, como la crónica): separar los hechos de su calificación, para no confundir ni manipular al público con juicios basados en la interpretación e ideología del que informa.
Tal vez escriba al respecto con mi punto de vista, si encuentro tiempo para ello. Saludos.JAAV”.