Ráfaga/Jorge Herrera Valenzuela
Es un proceso silencioso.
Casi oculto.
Partidos, candidatos y hasta grupos de cuestionable legalidad se juegan sus cartas en negociaciones privadas para llegar a acuerdos definitivos.
Porque no todas las alianzas rumbo a las elecciones de junio están decididas, sobre todo cuando hay muchos aspirantes inconformes.
No se resignan a quedar fuera de la contienda y por eso se han inconformado ante los órganos electorales estatales con repercusión en los federales.
Los saben inclusive los dirigentes de las siglas partidistas, donde unos temen golpes adversos y otros se entusiasman con encontrar nuevos aliados.
Vea usted:
El partido oficial está anclado en espera de las sentencias del TEPJF de Reyes Rodríguez Mondragón sobre Tamaulipas, Durango y Oaxaca.
Si considera derechos violados, habrá efectos diversos.
Por ejemplo, para Mario Delgado no hay vuelta: Marina Vitela será su candidata en Durango, donde José Ramón Enríquez ya ganó su primear pelea.
El Tribunal estatal le dio la razón y ha fundamentado su inconformidad sobre las falsas encuestas aplicadas por Morena y Delgado.
La oposición avanza
José Ramón Enríquez cambiaría otros panoramas.
Por la equidad de género ordenada por la Constitución, en junio debe haber tres mujeres y tres hombres de cada bando.
Y si tumban a Marina Vitela y aúpan a Enríquez, deberán mover a un hombre –presumiblemente Salomón Jara en Oaxaca– para abrir espacio a una mujer.
Ganaría Susana Harp, quien todavía tiene ofertas opositoras para sumarse y hacer contrapeso al senador con señalamientos de corrupción a su paso por el gobierno de Gabino Cué.
Pero más allá de los movimientos internos, panistas, priístas y emecistas –el PRD es aliado testimonial– comienzan a capitalizar esas inconformidades.
Hasta ahora los principales beneficiarios de esos arreglos de facto son el priísta Esteban Villegas en Durango y el panista César El Truco Verástegui, quienes atraen y suman.
Pero ya no serán votaciones de trámite.
Lo veremos en abril, cuando las campañas perfilen a los seis candidatos triunfadores… con la salvedad de fuerzas exógenas y poderosas.
Risa de ex presidentes
1.- Él lo infló y él lo desinfló.
Durante sus múltiples campañas, el presidente prometió enjuiciar y llevar a la cárcel a todos sus antecesores.
Les puso nombre: Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón –el más odiado– y Enrique Peña.
Hasta promovió una consulta –en la cual no votó–, fallida por la baja participación y la insuficiencia de urnas repartidas en el país.
-Los ex presidentes ríen a carcajadas -señalamos aquí entonces.
Ahora más porque ayer por la mañana de plano ya se descartó ir contra ellos, pero eso no lo salvará: todo el sexenio continuarán bajo juicios sumarios… como hasta ahora.
Y 2.- algunos morenistas, como Alejandro Rojas Díaz-Durán, ven saludable una o varias negativas del Tribunal Electoral a avalar sus candidatos.
Sería la oportunidad, dicen, de corregir para remover a quienes en precampaña no levantaron el ánimo popular o de plano se desplomaron.
A ver si les da manos libres el TEPJF de Reyes Rodríguez Mondragón.