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CIUDAD DE MÉXICO. 10 de marzo de 2022.- Una vivienda a bajo costo, con opciones reales de compra o renta, amigable con el medio ambiente y con visión integral de futuro, es el que especialistas en urbanismo, arquitectura y políticas públicas propusieron durante el Parlamento Abierto Tu Casa Mi Causa, promovido por el integrante de la Bancada Naranja en el Congreso de la Ciudad de México, Royfid Torres González y la Asociación Parlamentaria Ciudadana.
El foro contó con la participación de Rosalba Loyde, maestra y consultora en desarrollo urbano; José Castillo, arquitecto y urbanista; Ernesto Betancourt, maestro en gestión urbano y miembro de la Academia Nacional de Arquitectura, y el politólogo Alberto Márquez, quienes abordaron distintas ópticas del tema.
El legislador por Movimiento Ciudadano presentó a los invitados y saludó a los presentes planteando la posibilidad de encontrar la información y visiones necesarias para poder comprender distintas visiones de ciudad, crecimiento y habitabilidad, que permitan construir desde el legislativo las herramientas adecuadas en busca de mejorar las condiciones de acceso a vivienda digna para las y los capitalinos.
El primero en intervenir fue de José Castillo, quien detalló que, si una familia en la CDMX tiene un ingreso total de alrededor de 26 mil pesos mensuales, puede acceder a una propiedad de 800 a 900 mil pesos, destinando un tercio de ello, como indican los estudios, pero también la sanción de las normas existentes, en beneficio de una justicia en el sector a favor de los ciudadanos.
“En la realidad un departamento o casa tiene un costo de entre 2 millones y medio y cinco, lo que aleja de esta posibilidad a los ciudadanos que buscan tener una propiedad. Por ello es importante que hablemos de una vivienda social, con leyes que otorguen la facilidad de acceso a ella, con esquemas que favorezcan a los beneficiarios, pero también a los constructores, porque pueden existir mil normas, pero deben cumplirse y sancionarse que son quienes asumen mayormente esta tarea en la ciudad”, expuso el graduado de la Escuela de Diseño de Harvard.
Castillo agregó que los conceptos de vivienda son variables en la ciudad, ya que mientras para unos puede ser un sitio en el cual habitar, para otros es un sentido de pertenencia o sinónimo de patrimonio.
Por su parte, Loyde, académica egresada de la Universidad Autónoma Metropolitana destacó que lo que ha derivado en el encarecimiento y la falta de planeación urbana son los pocos datos que existen al respecto del sector, lo que hace viable la existencia de la corrupción en el tema inmobiliario.
“La falta de información exacta imposibilita los análisis y el establecimiento de acciones favorables para construir vivienda de carácter social, ya que el gobierno de la ciudad sabe cual es el terreno disponible para su construcción y que puede acceder a ellos por medio de extinción de dominio u otros mecanismos, pero no son datos públicos que podamos consultar, para saber la superficie con que se cuenta para tal fin” dijo.
La urbanista comentó que los bienes inmuebles se han convertido en un activo de inversión a falta de garantías de retiro por parte del estado, elevando aún más su costo real, por lo que la concepción de vivienda o necesidad de ella no es el mismo para una persona que habita en la Alcaldía Álvaro Obregón, que en Iztapalapa, lo que no toman en cuenta los desarrolladores, ni el gobierno en sus planes o programas.
Durante su participación, Ernesto Betancourt propuso la posibilidad de tener un banco de terreno o de aire, que permita al gobierno local saber de qué se dispone para la construcción de vivienda accesible y asequible.
“En México no existe el aire como activo de posibilidad de construcción y venta, dejando a consideración de los gobiernos de las alcaldías y de las instituciones la posibilidad de construcción. Si hay una extensión de construcción hacia arriba, en lugar de manera horizontal, cómo se estableció el siglo pasado, podríamos disponer de 30 por ciento de terreno extra para espacio público”, estimó el especialista.
En su oportunidad, el politólogo Alberto Márquez calificó como fundamental considerar espacios públicos complementarios a la construcción de vivienda, ya que es parte integral de un desarrollo social pleno.
“Durante la Pandemia también pudimos comprobar que la gente, los jóvenes y las mujeres, sobre todo, fueron víctimas de violencia, por lo que se sentían más seguros afuera de sus casas que adentro, en ese sitio que se supone debe garantizarlo y que se ha vuelto tan pequeño que no les brinda esa posibilidad”, indicó.
Los ponentes coincidieron que el desarrollo y búsqueda de vivienda digna debe ir de la mano con la sustentabilidad de una ciudad, que cada vez tiene menos acciones que disminuya el impacto de construcción, lo que se torna complejo aunado al tema del cambio climático, lo que en unos años tendrá que modificarse, pues hasta los hábitos como bañarse o el aseo personal, cambiarán necesariamente.
Torres González agradeció la participación de los panelistas y del público asistente, quienes cuestionaron a los especialistas sobre tópicos como asentamientos irregulares, identidad o pueblos originarios, justicia en los pagos de agua o servicios, en un diálogo circular que permitió plantear respuestas informadas y documentadas sobre lo expuesto.
“Desde hace décadas el tema de la vivienda es un pendiente de la ciudad a la que hoy se debe atender con la construcción de opiniones calificadas de expertos, para tomar las mejores decisiones para todas y todos. Cómo encontramos un modelo o un diseño que nos permitan tener un lugar dónde vivir, analizando y revisando temas como el Bando 2, que se hizo con una buena voluntad, pero que se fue corrompiendo”, culminó el legislador