El concierto del músico/Rodrigo Aridjis
La 4T ya no es impune
Es difícil pensar que al presidente Andrés Manuel López Obrador le haya importado que el 26 de marzo de 2019 la periodista Lourdes Maldonado, le hubiera solicitado personalmente protección de su gobierno y que denunciara públicamente al ex gobernador de Baja California, Jaime Bonilla, como una persona que la podía agredir, porque finalmente fue asesinada.
La denuncia de Lourdes fue muy clara, pero nunca fue atendida y el presidente exculpó en todo momento a su amigo y compañero de partido. Ella fue victimada el 23 de enero de este año y al homicidio de ella siguió otro y otro y otro…en una cadena de muertes de periodistas, que ya alarma no sólo a los mexicanos, sino a ciudadanos y legisladores de otros países.
Ante este entorno de inseguridad, el Parlamento Europeo aprobó este jueves una resolución por 607 votos a favor, sólo 2 en contra y 73 abstenciones, para pedir a las autoridades mexicanas que garanticen la protección y entorno seguro para periodistas y defensores de derechos humanos.
La resolución señala que el Parlamento observa con preocupación las duras y sistemáticas críticas formuladas por las más altas autoridades del gobierno mexicano contra los periodistas y los medios de comunicación e le inquieta que el presidente Andrés Manuel López Obrador use con frecuencia una retórica populista para denigrar e intimidar a periodistas.
Agregó que, desde las últimas elecciones presidenciales de julio de 2018, al menos 47 periodistas han sido asesinados, además que 2022 es el inicio de año más mortífero para los periodistas mexicanos, con seis de ellos asesinados.
Los eurodiputados no mintieron, dijeron la verdad y quizá por eso el presidente López Obrador montó en cólera, y en un comunicado emitido por su gobierno, se señaló que se informen y “no se sumen como borregos a la estrategia reaccionaria y golpista del grupo corrupto que se opone a la Cuarta Transformación”. Duro y nada diplomático, el tono del comunicado.
A pesar de que a diario López Obrador ataca a los periodistas que no lo alaban, el comunicado se atrevió a decir que “en México no se reprime a nadie y se respeta la libertad de expresión” y afirmó que el estado mexicano no viola derechos. En un sentido chovinista advirtió que nuestro país ya no es colonia de nadie.
El comunicado acusó a los euro diputados de injerencistas y comentó que México es un país pacifista (en relación al no envío de armas nacionales para defender a Ucrania en contra de la invasión rusa), pero sólo como parte de su política de lanzar bolas de humo para disfrazar el verdadero tema: los asesinatos impunes de periodistas y de defensores de derechos humanos en México.
El mundo es ya una aldea global, ningún presidente puede actuar ya impunemente en contra de algún sector, raza, religión o grupo social, sin que reciba la condena externa. Es lo que le sucede al presidente de Rusia, Vladimir Putin, con su criminal guerra en contra de Ucrania. Es lo mismo que le está sucediendo a López Obrador por su golpeteo diario en contra de la prensa independiente. En México y en el extranjero se condena lo que se hace. Ya no es impune.
Los gobiernos dictatoriales de Cuba, Venezuela, Nicaragua, Corea del Norte, han recibido la condena del extranjero hacia sus acciones de represión, hostigamiento, y censura en contra de los ciudadanos y periodistas que rechazan el totalitarismo. Ahora esta condena internacional ya alcanzó al gobierno de México, encabezado por López Obrador y así será en lo sucesivo.
México va deteriorando su relación con el mundo, como sucede con España, Estados Unidos y ahora con los países de Europa, mientras afianza su vinculación con naciones en donde existen gobiernos anti democráticos, como los encabezados por Miguel Díaz Canel, Daniel Ortega y Nicolás Maduro.
López Obrador le exige a España que pida perdón a México por la conquista realizada hace 500 años, pero España, de forma mesurada, es la no ha querido seguir deteriorando la relación con México.
Es España la que recuerda que tiene con México lazos históricos y familiares desde hace centenares de años (¿Cuántos mexicanos no tienen apellidos hispanos?), contra un mandatario que muestra una grave desubicación en la historia y habla de nuestro país como si estuviera defendiendo en la actualidad a la Gran Tenochtitlán.
No estamos en la capital del imperio azteca, ni él es Cuauhtémoc, ni enfrentamos el asedio del ejército enemigo de los españoles. Somos un país, multi racial, multi étnico, mezcla de nuestras grandes culturas mesoamericanas con los europeos, los africanos, los asiáticos. Una yuxtaposición de todo eso somos los mexicanos, él mismo es producto de esa mezcla. Él no se puede asumirse como 100 por ciento indígena, porque no lo es.
Andrés Manuel López Obrador vive en el pasado, pero su “defensa” del pasado no es gratuita, porque sabe que con ello puede levantar un falso nacionalismo al que se adhieran los fanáticos que le siguen, los que no cuestionan para nada sus palabras y menos sus acciones.
Con ese falso nacionalismo desvía la atención. Lanza bombas de humo para enmascarar la falta de soluciones para los graves problemas nacionales. La inseguridad repunta cada día, a diario hay masacres, continúan las desapariciones, el narco mantiene a medio país bajo su dominio, el desempleo avanza, la inflación es la mayor en 20 años y la mayor parte de los mexicanos no son felices, felices, felices, como él pretende. Tenemos un México bastante diferente al que nos prometió AMLO cuando buscaba el voto ciudadano.
Las relaciones diplomáticas con Estados Unidos están en el nivel más bajo desde que dejó la presidencia del vecino país Donald Trump. Un populista siempre se llevará bien con otro populista. Quizá por eso no hay una vinculación tan estrecha entre AMLO y Joe Biden, como la que tenía el mandatario mexicano con Trump.
A López Obrador no le hacen ninguna gracia las declaraciones de políticos estadounidenses, como las del senador Ted Cruz, quien muestra su preocupación por la inseguridad prevaleciente en el país. Sin embargo, no se han deteriorado las relaciones con la Unión Americana, porque al igual que con España, nos unen lazos familiares.
Es muy rara la familia mexicana que no tiene parientes en Estados Unidos. AMLO mismo aplaude las millonadas de remesas que llegan a nuestro país y que salvan la situación económica de muchos mexicanos. Esos millones de dólares enviados por nuestros compatriotas son un salvavidas para esposas, madres, hijos, hermanos, que con ello pueden ir solventando una difícil situación económica que no ha podido ser mejorada poe el llamado gobierno de la esperanza.
Somos además países vinculados económicamente. Necesitamos de los dos mercados para el intercambio de productos bilateral, que se vuelve trilateral con Canadá, en una vecindad geográfica que no puede ser disuelta, por más que quisiera nuestro mandatario, envuelto en un falso nacionalismo.
Así, los homicidios de periodistas y de defensores de derechos humanos en México son una preocupación a nivel internacional, ya era hora. Señor presidente: ya nadie es impune en el mundo. Acostúmbrese a ello.