Obispos de México: Un nuevo horizonte/Felipe de J. Monroy*
El ecocidio ordenado por López Obrador
El presidente Andrés Manuel López Obrador ya condenó a la selva de Quintana Roo y no habrá poder que le impida frenar el ecocidio autorizado por él.
¿Ya checó usted los videos del lugar en que se realizará el tramo 5 del Tren Maya, Cancún-Tulum?
Precisamente en una zona de ese tramo se ubica la caverna conocida como La Avisa Enojada, descubierta en 2016. En uno de los videos que circula en redes sociales, con más de 563 mil reproducciones al día de ayer, se aprecia la entrada de esa oquedad, con una voz en off, que describe la escena:
“Trabajadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se preparan para ingresar a una cueva por los vestigios que se han encontrado. En su alrededor se encontraron (restos) de asentamientos humanos. Adentro se ubicaron adoratorios y restos arqueológicos, que se tratan de rescatar, porque en poco tiempo la cueva será rellenada, sin importar lo que caerá en el manto acuífero que está en la orilla del río subterráneo”.
En el video se aprecia a una decena de especialistas del INAH que con ahínco recogen muestras del suelo, antes selvático, ahora árido, porque fue arrasado por la maquinaria pesada.
La voz sentencia: “los antropólogos tratan de documentar todo lo que pueden, porque esa zona desaparecerá por un tren que no necesitamos realmente”. Y, lamentablemente, así será, en días La Avisa Enojada será rellenada con toneladas de cemento y, los restos prehispánicos que hay en su interior, quedarán sepultados, y toda forma de vida desaparecerá.
La queja de actores, músicos, ambientalistas y habitantes de la zona, en torno al movimiento #SélvaMeDelTren ha crecido en los últimos días, después de que López Obrador los acusó, sin pruebas, como usualmente ocurre con quien pone en entredicho sus acciones, de recibir dinero por lo que el presume como una campaña mal intencionada.
En otro video, sobre esos mismos kilómetros de selva arrasada en Quintana Roo, se aprecia a Gemma Santana, estratega de comunicación, inversionista y activista para un México ambiental, como ella misma se define.
Santana afirma: “señor presidente, el Tren Maya, como usted lo quiere, no es viable. Es urgente que se hagan las manifestaciones de impacto ambiental. Que se cumpla la ley. Estoy aquí en la zona que usted decidió cambiar de tramo. Aquí bajo hay cuevas”, dice mientras señala con el dedo índice de la mano derecha un agujero en la tierra de aproximadamente 20 centímetros de diámetro”.
La mujer señala el piso y después muestra lo que antes era selva y ahora está convertido en un cementerio de árboles y vegetación: “el espesor del piso es muy pequeño. Sí hay un riesgo de que se la caiga su tren y lo peor de todo es que ya tiene deforestados muchísimos árboles”.
Y es que el temor de que ocurra una tragedia, de que se desplome el tren, es totalmente real. El subsuelo en donde se construirá el tramo 5 tiene unos pocos metros de profundidad y abajo todo es hueco por los cenotes y cavernas de la zona.
“No han hecho ningún estudio ecológico, biológico no hay ninguna evaluación, es un riesgo para la ciudadanía y estamos nada más destruyendo aquí”, enfatiza Gemma Santana.
Vestida con camisa blanca, pantalón de mezclilla, botas y sombrero para aguantar el sol de la selva de Quintana Roo, le envía un mensaje al presidente de la República: “por favor, venga. Camine esto, no lo sobrevuele y si quiere también vamos y conozca las cuevas, que ya empiezan a estar contaminadas, uno de los sistemas de los ríos y cenotes más largos del mundo y de agua dulce que alimenta esta selva… por favor, reaccione. Necesitamos que pare este tramo y empiece a hacer las evaluaciones”.
Pero este llamado a la sensatez presidencial no sólo no fue escuchado, sino que desató la ira del mandatario y así López Obrador la emprendió de manera directa en contra de los famosos que se oponen a la destrucción de la selva, como Eugenio Derbez, Rubén Albarrán, Natalia Lafourcade, Ofelia Medina, Kate del Castillo, Natalia Córdova-Buckley y Bárbara Mori, que el 22 de marzo, aprovechando el Día Mundial del Agua, pidieron el cambio en la ruta del tren.
Eugenio Derbez fue muy claro cuando señaló que el daño a los ríos subterráneos no es algo que pueda repararse, porque su formación data de miles de años y sus características son únicas en el mundo. Enfatizó que no es un ataque contra el gobierno y sólo pidió reconsiderar la ruta del tramo 5 para proteger el patrimonio de todos los mexicanos. Pero, en la mente de conspiraciones de López Obrador, ese es un complot.
El presidente los considera ahora como enemigos, a pesar de que muchos de ellos votaron por López Obrador en las elecciones presidenciales de 2018. De hecho, no están en contra de la realización del Tren Maya, pero sí advierten que el desvío del trazo original para construirse en el tramo Cancún-Tulum, propiciará graves efectos, como fragmentación del territorio, agotamiento y contaminación del acuífero en la península, extinción de flora y fauna y generación de residuos contaminantes.
El descontento hacia la construcción de ese tramo ha crecido como la espuma, hasta aglutinar a una cuarentena de organizaciones que denuncian la devastación que lleva a cabo el gobierno de López Obrador. Otto Von Bertrab, fundador de la agrupación Centinelas del Agua, subraya la causa fundamental del cambio en el trazado del Tren Maya: el gobierno no quiso sacar una invasión de personas sobre la ruta original del ferrocarril y por eso decidió cambiar la ruta, lo cual, sin embargo, daña gravemente a la ecología.
En uno de tantos cambios que ha sufrido la ruta del Tren Maya, se propuso que la vía corriera de manera paralela a la carretera en el tramo Cancún-Tulum, pero eso hubiera provocado un retraso mayor, lo cual no fue aceptado por el presidente, porque es evidente que a él no le interesa si el tren arrasa la selva, sino que se termine durante su sexenio y poderlo presumir como una de sus principales obras. Así de irracional.
El miércoles pasado, el Senado de la República llevó a cabo la votación de un punto de acuerdo propuesto por la senadora del PAN, Xóchitl Gálvez, para citar a comparecer de inmediato a los titulares de Fonatur, Profepa y Semarnat para que expliquen el estatus de los permisos para la construcción del Tren Maya y los motivos para el cambio del trazo en el tramo 5 y la tala o remoción de más de 20 mil árboles.
La mayoría legislativa, integrada por Morena y sus aliados, fue suficiente para que, en una reñida votación de 44 votos a favor, 47 en contra y dos abstenciones, se diera revés al punto de acuerdo que proponía citar a comparecer al Senado a Javier May (Fonatur), Blanca Alicia Mendoza (Profepa) y a María Luisa Albores (Semarnat) para rendir cuentas de los avances e impacto ecológico del Tren Maya en el sureste mexicano.
La propuesta de la senadora Gálvez no alcanzó los votos suficientes por las ausencias del senador del PRD, Miguel Ángel Mancera; de los priistas Miguel Ángel Osorio Chong, Claudia Ruiz Massieu, Beatriz Paredes y Claudia Anaya, así como de las panistas Josefina Vázquez Mota y Lily Téllez.
Por otra parte, López Obrador lanzó a las huestes de Morena en contra de los famosos y los diputados de ese partido solicitaron al Instituto Nacional Electoral que las protestas de los actores y cantantes cesaran, por considerar que se trataban de una campaña que violaba la veda electoral relacionada con la consulta de revocación de mandato, algo absurdo desechado por el mismo INE, porque no tienen relación alguna las propuestas de protección de la ecología con la consulta.
En su cuenta de Twitter, el consejero del INE, Ciro Murayama, lo dejó muy claro: “¿Se imaginan al @INEMexico censurando a Damián Alcázar por apoyar al gobierno? Obvio que no. Es su derecho. Así de estrambótico sería que el INE censurara a los actores que se oponen al Tren Maya. La queja fue desechada, porque los actores no violan ninguna norma electoral”.
Por el momento, López Obrador no pudo hacer nada contra los famosos que cuestionan su grave error en el tramo 5 del ferrocarril. No le cabe en la cabeza que mexicanos puedan defender el sistema de ríos subterráneos y cenotes más grande del mundo.
No entiende que se trata de un movimiento ciudadano que no está en contra de su gobierno, sino en favor del agua, de la selva y de la vida, porque, al parecer, esos elementos no son importantes para el presidente de la República. Vaya.
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