Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
@guerrerochipres
Respecto de la tragedia y del documento causa raíz existe la tentación del debate alimentado por sesgos políticos o ideológicos o peor aun, carente de sentido común. La lógica indicaría que toda conclusión ante un evento semejante debe estar apegada a la verdad y fundamentada en equilibrios con un propósito de justicia y verdad.
De ahí la trascendencia en la decisión de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, de hacer público el reporte de la empresa Det Norske Veritas (DNV) sobre el desplome en la Línea 12 del Metro, ocurrido hace un año.
Apostemos a que ese ejercicio de transparencia fortalezca el conocimiento ciudadano y permita mejorar el debate.
El tercer dictamen de la empresa noruega destaca el argumento de elementos causales convergentes y aspectos que, sin embargo, son colocados en un mismo nivel de relevancia. Un argumento insostenible si asumimos que aunque todos los fenómenos son multicausales hay variables que tienen más peso que otras, para no hablar del criterio formal antiguo de que existen unas variables dependientes de otras.
En este reporte, a diferencia de los dos anteriores, la empresa menciona por primera vez una supuesta «falla en cascada» y hace mención al mantenimiento, además de sostener los hallazgos anteriores como causas raíz de la tragedia.
DNV identifica cuatro “barreras” preventivas que, considera habrían evitado el colapso de la trabe entre las estaciones Tezonco y Olivos, y las coloca, sin evidencia para que exista convicción respecto del supuesto peso equitativo de aquellas.
La barrera uno se refiere al diseño que incumple con requerimientos de la Asociación Americana de Oficiales de Carreteras Estatales y Transportes (AASHTO), como es el hecho de que los marcos transversales no se unieron directamente a los patines inferiores de las vigas.
La dos alude a la falta de certificación de las obras de ingeniería civil.
La tercera barrera, ponderada en dictámenes anteriores como la causa raíz del accidente, establece deficiencias significativas en la instalación de los pernos: el 30% de los requeridos en una sección no fueron colocados o carecían de una soldadura residual.
Luego de algunos años de operación, la iniciación y propagación de grietas por fatiga en las soldaduras de los pernos intactos excedió la capacidad final de los pernos más débiles y provocó una falla en cascada de los pernos, se indica.
DNV identifica en un mismo nivel de responsabilidad a las fallas en diseño y estructura (construcción). Todo da pauta a cuestionar ¿cómo es que todos pensaron que la obra civil estaba bien?
La empresa añadió una cuarta barrera: las inspecciones y mantenimiento, que se mencionan por primera vez y sin tomar en consideración que ninguna inspección preventiva pudo detectar errores de diseño y estructurales, además de faltar a la verdad y al sentido común de considerar que todas las variables son del mismo peso.
Ojalá que no agregue otra pre-barrera: la responsabilidad específica de las empresas, de lo privado frente a lo público y que no la cuantifique. Pudiera tener la tentación de acercarse a una verdad grande como esos consorcios: el responsable y beneficiario de la ejecución de un contrato es el responsable de la obra entregada. Por si no se había advertido en las narrativas políticamente cargadas, esa es fundamental.
Salvador Guerrero Chiprés es presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y la Justicia de la Ciudad de México