Lilia E. Cárdenas Treviño, líder social y promotora cultural
CIUDAD DE MÉXICO, 12 de mayo de 2022.- El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), a través del Museo Nacional de Arte (Munal), presenta la muestra Festín de Sabores. Banquete Mexicano, una panorámica cultural sobre la alimentación y sus diferentes hábitos y representaciones, constituida por cerca de 300 piezas provenientes de 70 colecciones particulares e institucionales, desde la época prehispánica hasta el arte contemporáneo.
La comida, uno de los tópicos de mayor representación en el arte desde la antigüedad clásica, es el tema principal de la magna exposición con la que el recinto celebrará su 40 aniversario, en el marco de la estrategia #VolverAVerte de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México.
La exhibición está dividida en seis núcleos temáticos: Preámbulo, en el que se incluye una obra de gran formato de Ángel Zárraga; Histórico, un repaso documental por el sincretismo en la comida mexicana, desde el mundo prehispánico hasta nuestros días; El Mercado y sus derivados, conformado por piezas sobre cultivos, frutos, legumbres y su comercialización.
La Intimidad de la Cocina, dedicado a alacenas, comedores y cocinas; Bodegones: la exaltación del placer que deleita con frutas, carnes, panes y tradiciones culinarias, y La Comida Actual, en el que se muestra cómo ha cambiado la manera de consumir alimentos a partir de la segunda mitad del siglo 20.
En la Sala Silvio Contri, el recorrido será engalanado por una mesa mexicana creada por Alfredo Marín: un montaje escenográfico decorado con muebles, piezas y objetos de comedor que exalta el carácter festivo, la alegría y el colorido de las artesanías nacionales.
Bajo la curaduría de María Estela Duarte y la asistencia de Emmanuel Ortiz y de un nutrido cuerpo de investigadores, Festín de Sabores. Banquete Mexicano hace hincapié en la pintura de género y en la naturaleza muerta, las cuales se desarrollaron en los Países Bajos en el siglo 17 y posteriormente en gran parte de Europa.
En la pintura de género, las escenas dan cuenta de la vida cotidiana, en la cual los alimentos, enseres de cocina y comedores son tratados con gran detalle y protagonizan la composición. Este tipo de piezas formaron parte de los comedores como elemento decorativo y las familias acaudaladas comenzaron a ser los nuevos consumidores de este género pictórico.
En la Nueva España, devino en bodegones y pinturas de castas que daban testimonio de los nuevos y exóticos alimentos –en ocasiones acompañados de personajes de diferentes estratos sociales en ambientaciones de mercados, banquetes o mesas puestas–, que dieron lugar a lenguajes artísticos alejados de las imágenes religiosas imperantes. Estos temas continuaron hasta el siglo 19 en la Academia de San Carlos, donde se adecuaban los ejemplos traídos de Europa a los gustos locales.
Los artistas de los siglos 19 y 21, ávidos de abordar los nuevos gustos y productos de la era capitalista y comercial, retomaron esta búsqueda en la que frutos y legumbres se unen con tradiciones y festividades, alimentos enlatados e industrializados, postres y nuevos espacios de consumo que se miran a través del prisma de las vanguardias y reflexiones contemporáneas.
La naturaleza muerta fue un género innovador en la descripción de usos, costumbres, ideas y valores. Ha sido, a la vez, una vía de experimentación que, en otras ocasiones, parecería trivial al ser únicamente un elemento decorativo. No obstante, su renovación es constante a lo largo de las generaciones como reflexión, análisis y sentido de pertenencia.
Esta exposición estará acompañada por un programa académico virtual en el que diferentes especialistas abordarán diversos asuntos de la cultura gastronómica a través del tiempo. Entre las y los ponentes se encuentran Carmen López-Portillo Romano, Ángeles González Gamio, Ricardo Muñoz Zurita y José Iturriaga de la Fuente.
La muestra se complementará con actividades educativas organizadas por el departamento de Munal+Educa y dirigidas a niñas, niños, jóvenes, adultos mayores y personas con discapacidad. Sobresale la utilización de un vehículo didáctico en los pasillos del museo, dinámicas y juegos in situ para toda la familia y talleres sobre banquetes creativos para ser realizados en casa.