Abanico
Los narcos controlan, administran y mandan
Nunca habían humillado tanto al glorioso ejército
Son muchas las acciones registradas en varios Estados de la República, que testimonian el poder ejercido por la delincuencia organizada en sus diferentes acepciones. Una de ellas, la de mayor fuerza, es la de los carteles de narcotraficantes que actúan impunemente en Guanajuato, Michoacán, Sinaloa, Colima, Guerrero y Jalisco entre otros territorios geográficos.
Operan en las zonas urbanas, en carreteras, autopistas, irrumpen en restaurantes, atacan en fiestas sociales, bloquean criminalmente para que la policía no llegue a ellos. También los secuestros para obtener cifras millonarias, no respetando la vida de las personas. Reclutamiento de jóvenes para obligarlos a delinquir y a jovencitas para prostituirlas. Los llamados “cobros de piso” a todo tipo de establecimientos comerciales e inclusive a los vendedores ambulantes. La lista es muy larga.
El problema no surgió ayer ni anteayer, de acuerdo. A estas alturas del Siglo XXI seguir responsabilizando a los anteriores gobiernos, insistir en que vivimos lo sembrado por el neoliberalismo, negarse el Presidente de México a aplicar la ley, proteger a los delincuentes “porque también son seres humanos”, el reiterar que lo mejor es “abrazos y no balazos”, mantiene un clima de violencia y de masacres que nunca se registraban.
Increíble que el hombre que llegó para gobernar a este hermoso país, primero puso la seguridad nacional en manos Alfonso Durazo Montaño, un inexperto en la materia, premiándolo con la gubernatura de Sonora. Ahora tiene a la periodista Rosa Icela Rodríguez Velázquez (tristemente, reconocemos, egresada de la H. Escuela de Periodismo Carlos Septién García) que permanentemente informa que los hechos delictuosos van a la baja. Tampoco tiene preparación ni capacidad para ser Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, además de estar en campaña porque ambiciona ser Jefa de Gobierno en la Ciudad de México.
Se vacían pueblos
La información de que pueblos de los Estados de Guerrero y de Michoacán, entre otros, quedan abandonados por las amenazas que sufren las familias por no acatar las órdenes de las bandas de criminales y de los narcotraficantes. Secuestros, violaciones de mujeres, asesinatos, imponen una era de terror.
En el municipio de Los Reyes, Michoacán, como un ejemplo, los narcos tienen materialmente paralizada toda actividad. Los agricultores de esa municipalidad, como muchas más en tierras purépechas, tienen que entregar sus cosechas o venderlas a los precios que se les fijan. Circular por calles y caminos vecinales tiene una cuota para quienes dan servicio colectivo y opera para los particulares.
El gobierno federal no puede ocultar lo que ocurre en la Región de la Montaña, donde existen los sembradíos de amapola, porque de ello viven las familias. Los narcos actúan con toda libertad. A ese lugar mexicano se proyecta el envío de los activistas cubanos, disfrazados de “médicos especialistas”. Pero son muchos los guerrerenses que han huido de sus hogares. Ahí ni el gobierno estatal entra y la autoridad municipal de hecho no existe.
“Retenes militares”
El municipio de Badiraguato, Sinaloa, tiene un encanto especial. Ahí, desde hace tiempo, se construye una carretera interestatal para conectar con Guadalupe y Calvo, Chihuahua, en el muy conocido Triángulo Dorado. Esas dos entidades y Durango.
Cuatro visitas presidenciales para supervisar las obras y en una de ellas para que el tabasqueño bajara de su camioneta y fuera a saludar a la señora María Consuelo Loera Pérez que se encontraba en su coche, ahí cerquita de su casa en el paraje llamado “La Tuna”. Eso fue el domingo 29 de marzo de 2020. La respetable señora de 92 años de edad, mamá de don Joaquín, como le llama el único mexicano que vive en un palacio, en el histórico Palacio Nacional.
Ese acto humanitario me hizo recordar otro, el del 17 de octubre de 2019, en las calles de Culiacán. Los militares realizaron un operativo y detuvieron al joven Ovidio Guzmán López, solicitado por Estados Unidos por tener ligas con el narcotráfico. El hijo del “Chapo” Guzmán Loera, preso en Nueva York, fue liberado por órdenes del Presidente de México. El Cártel de Sinaloa amenazó con matar a civiles y a familiares de los soldados, según la versión oficial dada y ratificada en Palacio Nacional.
Un dato curioso y de coincidencia. El domingo 29 de marzo de 2020, fue el cumpleaños del “Chapito”, quien ahora tiene recorridos 32 calendarios.
El Presidente de México hizo su cuarta visita a las obras de la carretera, en helicóptero y los periodistas por carretera. Cuando estaban en las cercanías de la casa de Doña María Consuelo, fue detenido el vehículo en un retén militar. “¿A dónde?” la voz de un hombre al chofer. Le respondieron quer eran periodistas y cubrían la gira presidencial. “¿Traen armas?”, ante la respuesta negativa, una inspección y para reanudar la marcha “un señor grande” tenía que acompañarlos.
Pero, ¿qué creen? No era retén militar. Alrededor de 10 sujetos con ropas de soldados y sombrerudos, calzando huaraches, armados con sus respectivos cuernos de chivo, integraban “la brigada”.
Al día siguiente, sábado, el Presidente de la República fue enterado de lo sucedido y tranquilo, sin mayor preocupación, advirtió” que “No pasó nada” y condenó que se hiciera “tanto escándalo”, cuando que él sabía de esos retenes y de otros que hay iguales en Jalisco. En su programa de televisión reitero que esos “retenes militares” (“narcoretenes”), los hay en muchos lados”.
Es humillante para el Ejército Mexicano que existan esos casos. El mismo secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval González lo acepta y admite que los soldados trabajen hasta de albañiles. Es lamentable que la llamada cuarta transformación haya “transformado” la actividad militar en policíaca, en vigilante de aduanas, en administrador de un aun no terminado aeropuerto internacional, encargado de la construcción de sucursales bancarias y últimamente hasta el del Tren Maya. Además de mensajeros para distribuir medicinas y otras tareas que nada tienen que ver con la milicia.
Basta recordar dos frases nada célebres del tabasqueño presidente: “abrazos no balazos” para “combatir” a los narcos traficantes. A los integrantes de las bandas criminales “hay que protegerlos porque también son seres humanos”.
En la próxima entrega comentaré lo declarado por un respetado y honesto político PRIista como lo es, el licenciado Francisco Labastida Ochoa, así como el polémico y virtuoso Porfirio Muñoz Ledo. Ambos ligaron al actual Presidente de México como un funcionario con posibles ligas con los narcotraficantes. Le dieron una sopa de su propio chocolate. Pidió pruebas y no calumnias, labor que él hace desde que inició su programa de televisión, programa de un solo hombre, conocido como “Las Mañaneras”.
Político, religioso y militar
siete nombres para uno solo
En eta ocasión, comento en torno a tres personajes de la Historia Patria. Dos nacieron en el suelo de la Nueva España y el tercero llegó con el grupo de la Orden Franciscana.
El 2 de junio de 1853 en la Ciudad de México murió, a consecuencia de una neumonía, al que de niño le pusieron por nombres, Juan Ignacio José Joaquín Pedro de Alcántara Juan Bautista Francisco de Paula con los apellidos Alamán y Escalada. Y, ¿sabía usted que lo conocemos solo como Lucas Alamán?
Este guanajuatense trabajó con el último virrey de la Nueva España. Después se integró a los equipos de los presidentes Guadalupe Victoria, Anastasio Bustamante y Antonio López de Santa Anna. Participó activamente en la primera sucesión presidencial en 1829, al lado del candidato de la Logia Escocesa, Manuel Gómez Pedraza. Triunfó, pero los yorkinos le impidieron tomar el poder. El Congreso nombró al general insurgente Vicente Guerrero, quien a los 9 meses renunció y se a combatir al vicepresidente Anastasio Bustamante.
En el mes de diciembre de ese 1829 la República Mexicana tuvo dos presidentes interinos. El segundo fue Pedro Vélez, compartiendo el poder con Lucas Alamán y el queretano Luis Quintanar.
PRIMER ARZOBISPO POST MORTEM
Fray Juan de Zumárraga y Lanz llegó a la Nueva España el 6 de diciembre de 1528 y fue declarado Protector de los Indios, cuyo desempeño fue efectivo y como hermano franciscano cumplió cabalmente. Ello motivó que desde España recibiera su nombramiento de Primer Obispo de la Nueva España. Contaba 60 años de edad al iniciar su misión en tierras aztecas y se entregó en cuerpo y alma, en la conversión de los nativos al catolicismo.
Aunque tuvo muchos problemas y se le acusó en la Inquisición por quemar manuscritos aztecas, principalmente de autos de Texcoco, y de haber extremado castigos, Zumárraga siempre demostró actuar de buena fe. Inclusive pensó abanador estas tierras. Proyectó irse a China, pero desistió de sus planes.
Fue el fundador de la Real y Pontificia Universidad de México, así trajo la imprenta al Nuevo Mundo. Su consagración como Obispo revistió una ceremonia especial. Ya estaba instalado el primer virrey, Antonio de Mendoza. El franciscano efectivamente fue el Primer Arzobispo, pero no supo de ese ascenso porque la bula, el nombramiento, fue recibido el 8 de julio de 1548 y Zumárraga murió el 3 de junio de ese mismo año, en la Ciudad de México.
Murió en combate
Muchos hemos oído mencionar a Huajuapan de León, uno de los más hospitalarios municipios oaxaqueños. Ahí, la Familia García Perales al principio del Siglo XX “inventó” el riquísimo mole de caderas que se cocina de la mitad de octubre a la mitad de noviembre, cada año. De León se lo anexaron para rendir un homenaje permanente a un ilustre militar nacido en Santiago Jolotitlán, tierra de mixtecos.
El general Antonio de León y Loyola fue un héroe en la Batalla del 8 de septiembre de 1847, en Molino del Rey. Comandaba a las fuerzas mexicanas contra los invasores norteamericanos y lo alcanzaron las balas que le cortaron la existencia. Su niñez y parte de la juventud, Antonio de la Luz Quirino de León y Loyola, la pasó en su pueblo natal que en 1916 los zapatistas comándanos por el general Cástulo Villagómez incendiaron el pueblo porque sus habitantes les negaron ganado y semillas para comer.
Un lugareño encabezó a los jolotitlanenses y expulsaron a los zapatistas, quienes pretendieron robarse a las mujeres jóvenes. Ese hombre fue Irineo Ramírez González. En la ficha biográfica de Antonio de León aparecen los nombres de dos de sus descendientes: el nieto Everardo Emilio Bruno de León y la bisnieta Rafaela Felicitas de León.
El nombre oficial es Heroica Ciudad de Huajuapan de León.