Alfa omega
Indicios de liga entre el Presidente y el Narco
LA QUINTA OLA PANDÉMICA ATACA, AÚN A LOS VACUNADOS
La semana pasada dos voces hicieron el señalamiento de que el Presidente de México puede tener una buena relación con los narcotraficantes y con los integrantes de bandas de delincuentes, en virtud de no combatirlos y aplicarles la Ley. A unos les mantiene la política de abrazos no balazos y a los otros se les debe tratar como seres humanos. La observación periodística de mi colega y amigo Abraham Mohamed Zamilpa, en su leída columna Candelero,en torno a que el domingo 5 no hubo actos de violencia, tiroteos ni secuestros, hacer pensar que se pactó una tregua.
De ninguna manera se trata de especular. Tampoco de hacer afirmaciones categóricas. Las sospechas que se tienen, están respaldas por los hechos y como recuerdo el dicho popular: buenos son amores y no buenas razones.
Uno de los connotados políticos sinaloenses y respetado abogado, Francisco Labastida Ochoa, al ser entrevistado, radiofónicamente, por la colega Carmen Aristegui, dijo que “habían indicios que apuntan a una protección, que es muy sospechosa, del gobierno sobre el narcotráfico”.
En tanto que el polémico y grandilocuente Porfirio Muñoz Ledo primero en una sesión de la Confederación de Partidos Políticos de América Latina (COPPAL) hizo un enjuiciamiento del presidente tabasqueño y lo relacionó con el narcotráfico. Ambos personajes motivaron la reacción del hombre que hace el programa televisivo “Las Mañaneras”.
Descalificó a los dos personajes, exigiendo que presentaran pruebas. El exgobernador de Sinaloa y el expresidente de la Cámara de Diputados le dieron una sopa de su propio chocolate, pues él todos los días hace acusaciones sin aportar pruebas.
“ES MAYOR DE EDAD”
El tabasqueño fue irónico, con sonrisa sarcástica y sus ademanes comunes, minimizó, como acostumbra, a quienes opinan contrariando su política. Expresó que las palabras de Muñoz Ledo eran “muy corrientes y vulgares” y de lo dicho por el abogado Labastida Ochoa contestó que se trata de un “asunto de nostalgia”.
Consideró el inquilino de Palacio Nacional que a Muñoz Ledo le afecta la edad y el expresidente nacional del PRI y del PRD le respondió con estas palabras: “El Presidente padece envejecimiento cerebral”.
También la mañana del viernes, en su programa televisivo, el hijo de Macuspana afirmó que “las acusaciones son completamente falsas, sin fundamento y temerarias”. Reiteró que no daba una contestación, pedía pruebas. Él nunca las presenta al señalar presuntas culpas de los exfuncionarios y de políticos. “Yo creo –añadió—que es un asunto de nostalgia y con todo respeto, por eso, yo no puedo seguir, una vez que termine mi mandato, me voy a retirar y no aceptaré dar conferencias ni asistiré a actos”.
Muñoz Ledo tiene una carrera política completa, incluyendo su experiencia como diplomático. Un exponente brillante en los debates parlamentarios y orador de amplia cultura. El pasado jueves 2 del presente, expresó que “Al presidente ya se le está acabando la pista, él piensa que puede heredar al siguiente gobierno su asociación con los delincuentes, y eso le otorga mayor poder”. La liga con los recursos económicos del narcotráfico, no tendría oponente, nadie se le opondría, y eso en México se llama Maximato.
De acuerdo con el exlegislador, militante de varios partidos políticos, “el presidente debe entender que los grupos de gente delictiva siempre negocia con quienes llegan al poder. Al saliente ya no lo van a necesitar y existe el peligro que exijan más a los nuevos actores”.
Desde luego que don Pancho Labastida como el controvertido amigo Muñoz Ledo necesitan aportar testimonios, pues son del dominio público las relaciones que el tabasqueño mantiene con la familia del “Chapo” Guzmán. En octubre de 2019 ordenó al Ejército liberar al joven Ovidio Guzmán López y en marzo de 2020 fue hasta el automóvil donde estaba la señora María Consuelo Loera, para saludarlas de mano. Hijo y madre del fundador y único jefe del Cártel de Sinaloa.
He comentado en anteriores entregas que los indicios de una amistad (?) con dirigentes de carteles se refleja también cuando el presidente tabasqueño ha pedido a la gente de “El Mencho” ( Nemesio Rubén Oseguera Cervantes, de Aguililla, Michoacán, líder del CJNG) que le quiten la palabra Jalisco al cártel, para que no manchen el nombre del Estado y en su última visita a Badiraguato apuntó que ya no se le llame “Triángulo Dorado” a la confluencia de territorios narcos que abarcan municipios de Sinaloa, Durango y Chihuahua, ahora debe ser “Triángulo de la buena gente y trabajadora” o “Región de la buena vecindad”.