El presupuesto es un laberinto
Tiempo de mujeres en la UNAM
Salvador Guerrero Chiprés
@guerrerochipres
Por primera vez en sus más de ocho décadas de historia, el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM es encabezado por una mujer: ayer, Mónica González Contró hizo historia.
Su elección, para el periodo 2022 a 2026, no es solamente un asunto a celebrar desde una mirada de género, sino también porque es una especialista dedicada a la defensa de los derechos humanos y, especialmente, los de niñas, niños y adolescentes.
La incidencia del IIJ va más allá de la investigación, estudio, enseñanza y divulgación del conocimiento jurídico que le mandata la UNAM. Sus trabajos orientan algunas decisiones de los tribunales, plantean interrogantes frente a las decisiones del sistema judicial y alertan sobre desafíos jurídicos para que las y los mexicanos tengamos un sistema legal justo y transparente.
González Contró trabajará en colaboración con la Defensoría de los Derechos Universitarios, Igualdad y Atención de la Violencia de Género para ofrecer un espacio seguro para denunciar. Con todas las responsabilidades que recaen en la directora del Instituto, es de celebrar su probada capacidad para asumir esta compleja misión.
Como ella, otras mujeres han roto el techo de cristal para acceder a puestos directivos en instituciones académicas, empresas, gobierno y otras áreas relevantes para el desarrollo del país. No obstante, son pocas en comparación con el promedio mundial.
Según el reporte “Mujeres en los consejos de administración: una perspectiva global”, realizado por Deloitte en febrero de 2022, solo 9.7% de los puestos directivos son ocupados por mujeres, cuando el promedio mundial es de 19.7%.
Aunque existe un avance del 3.3% en comparación con 2017, si continuamos a este ritmo, para llegar a un escenario cercano a la paridad que existe en otros países tendríamos que esperar hasta 2045. Si añadimos que, según la ENDIREH 2021, 27.9% de las mujeres que participan en el mercado laboral han experimentado algún incidente de violencia en su trayectoria y que 18.1% ha vivido discriminación laboral reflejada en no ser considerada para un ascenso o en recibir un sueldo inferior a sus compañeros, es clara la dimensión del reto.
Hoy, la UNAM tiene áreas especializadas en vigilar que las mujeres de su comunidad puedan ejercer su derecho a una vida libre de violencia. Fuera de la comunidad estudiantil, la unión de esfuerzos entre instituciones públicas y privadas es indispensable para que el tiempo de mujeres sea un horizonte realista en todos los espacios.