Abanico
EL JUDICIAL, con los malos de la película
Con un poder judicial que en todo el sexenio ha actuado políticamente, tendría que haber en sus superiores la imposición del límite de lo que es interpretar la ley, no regalarla ¿Qué papel juega el Consejo de la Judicatura Federal? La asombrosa libertad otorgada a José Luis Abarca Velázquez de parte del juez de distrito Samuel Ventura, dejó estupefacta a una opinión pública que ha seguido de cerca los pormenores del caso Ayotzinapa, en el que tanto Abarca como su esposa, estaban plenamente señalados como instigadores del caso. La libertad que tanto dice asegurar y proteger el aún presidente de la Suprema Corte Arturo Zaldívar, ¿rebasa los límites de lo que es un poder con prerrogativas específicas o cada quien hace lo que le da la gana en ese estatus? Los famosos amparos concedidos a diestra y siniestra por el juez Juan Pablo Gómez Fierro y otros similares, transgredían no solo el tiempo de la concesión, sino la definitividad inmediata que aparecía como por arte de magia. Ha habido en este país amparos que tardan décadas en resolverse y los gauchos veloces del momento, aparecen en el poder judicial, dando lecciones de rapidez.
LA VERDADERA OPOSICIÓN ESTÁ EN EL PODER JUDICIAL
Con las faramallas de Ricardo Monreal, se decía hace unos días, que la verdadera oposición al actual régimen estaba en el Senado. Pero si vemos el comportamiento del Poder Judicial en estos años, éste se convirtió en un poder protagónico, con tipos que tienen sus querencias políticas y quieren exaltarlas a partir de expedientes ¿Qué respuesta puede dar, el Consejo de la Judicatura Federal, ante el hecho de que un juez, Samuel Ventura, haya dejado libres a 77 indiciados en el caso Ayotzinapa? Y por si fuera poco, el mismo juez primero de distrito de Tamaulipas, acaba de dejar sin materia el caso contra el ex alcalde de Iguala José Luis Abarca Velázquez. El mismo silencio del Consejo se captó con los muchos amparos contra la ley eléctrica y otras resoluciones que evidencian no una real interpretación que debe llevar en efecto la justicia, sino con una concepción política utilitaria. A menos que esos jueces sean muy tontos. Suele suceder.
UN CONSEJO DE LA JUDICATURA SOMETIDO A CUESTIONAMIENTO
El Consejo de la Judicatura surgió de reformas que se hicieron en 1994 y envuelve en su responsabilidad a jueces de distrito y a tribunales de circuito., Deja fuera, por lo tanto, a la Suprema Corte y al Tribual electoral del Poder Judicial de la Federación pero contradictoriamente lo encabeza el presidente de la propia Corte. Lo fundamental de ese órgano es que siendo vigilante de esas cuestiones reales, vigila por lo tanto la disciplina, la eficacia de los que están bajo su férula y aplica sanciones cuando hay violación. Poco se sabe en este momento de esas sanciones. De acuerdo a sus obligaciones que para otros serían prerrogativas, siendo un órgano independiente de las cuestiones generales del Poder Judicial, se dedica a la materia real que ocupa a ese poder, la interpretación de la ley para la correcta impartición de justicia, pero eso es una entelequia. Los jueces de distrito hacen lo que les da la gana. Los consejeros que integran a ese cuerpo judicial, son cuestionados a su vez, porque no están sujetos a un escrutinio público y se les elige por leyes internas. Uno de esos consejeros proviene del Senado, pero éste se suele hacer el omiso respecto al nombramiento y por lo general el consejo funciona manco.