Teléfono rojo
La invasión rusa a Ucrania iniciada en febrero de este año tenía como objetivo inicial tomar la capital, Kiev, derrocar al gobierno del Presidente Volodímir Zelenski, e instalar autoridades pro rusas. Las tropas rusas fueron repelidas en la zona de Kiev, impidiendo que Putin alcanzara su objetivo inicial.
En una segunda fase de la guerra, Moscú replanteó sus objetivos, concentrando sus tropas en el Este y Sur de Ucrania. Hasta junio, este cambio de estrategia dio resultados positivos para Rusia. Sus efectivos lograron avances importantes en las dos regiones, consiguiendo ocupar una franja contigua de territorio ucraniano que representaba el 15 por ciento de la superficie de Ucrania.
A partir de julio la guerra entró en una tercera fase. Se ha dado una contra ofensiva del ejército ucraniano, que ha avanzado en los dos frentes recuperando territorios y ciudades importantes. Ante estos recientes resultados negativos, Putin ha tenido que recurrir a la conscripción forzada de 300,000 tropas adicionales para tratar de frenar el avance ucraniano y evitar la que sería una costosísima derrota militar.
Todo indica que Putin esperaba lograr una victoria militar rápida y fácil. Esto ya no ocurrió. La guerra está entrando a su noveno mes. Putin tampoco esperaba tener costos internos elevados. Ahora enfrenta, además de los altos costos de la invasión, una reacción política interna negativa por el llamado a las armas de tropas adicionales. En los días siguientes al anuncio de la conscripción, muchos miles de hombres rusos que podrían ser enlistados, prefirieron huir al extranjero, causando una saturación de tráfico en las fronteras con Finlandia y Georgia.
Este giro inesperado del conflicto abre una serie de interrogaciones importantes. ¿Cómo reaccionará Putin si no logra revertir los avances del ejército ucraniano? En una situación desesperada ¿recurriría Putin al uso de armas nucleares tácticas (es decir de impacto limitado)? Si eso ocurre ¿podría el conflicto extenderse e involucrar a Estados Unidos y Europa? ¿significa esto que estamos ante una situación de riesgo de un conflicto nuclear global?
Me temo que la respuesta a esta última pregunta es afirmativa. En mi opinión, desde la crisis de los misiles en Cuba, en 1962, no se había vuelto a plantear la posibilidad de un conflicto nuclear entre Rusia y los Estados Unidos. Hoy ese es un escenario posible y se contempla como tal en Washington y en Moscú.
Cierro con una reflexión sobre Afganistán. En 1979 Rusia (la URSS en aquel tiempo) invadió Afganistán, tomó Kabul, la capital, e instaló un gobierno pro soviético. Siguieron 10 años de una desgastante guerra contra los Talibanes. Este fracaso militar y sus altísimos costos internos se convirtieron en uno de los factores que mayor peso tuvo en el derrumbe de la URSS, en 1989. ¿Podría Crimea convertirse en el Afganistán de Putin?