Juego de ojos
Frankenstein electoral
A tono con el ambiente tenebroso de la temporada, en el Congreso han comenzado a darle vuelta al torniquete que podría desarticular el actual modelo electoral mexicano y, bajo la vieja fórmula del mayoriteo, abrirle paso a una extraña creatura, el Frankenstein político-electoral.
La preocupación no es menor, pues la guerra declarada contra el INE lleva implícita la intención de trasquilar literalmente las reglas de la democracia que tanto trabajo le tomó construir a varias generaciones de mexicanos, lo que aumenta el riesgo de descarrilar la convivencia social y democrática.
Esto equivaldrá, sin duda, a echar a la basura 30 años de democracia.
Este martes está previsto que los diputados inicien en comisiones la revisión del listado de aquellas iniciativas de reformas en materia político electoral, algunas guardadas en la congeladora mucho tiempo y que suman más de un centenar.
¿A poco no se siente la añoranza de los tiempos de ´se nos cayó el sistema´?
En realidad, lo que se aprecia es una cruzada para acabar con los contrapesos del poder unipersonal del poder Ejecutivo.
Y si no, cheque usted alguna de las extrañas partes con los que se pretende dar vida artificial a la contrarreforma electoral en puerta.
*Adiós a la autonomía del INE. El presupuesto será tan castigado que no podrán organizar ni una elección de presidente de colonia.
*Se pretende que los consejeros del INE sean electos en las urnas, de tal manera que deberán hacer campaña y su principal respaldo será de los partidos. Esto significaría decirle adiós a los consejeros ciudadanos. ¿Pues qué le hizo Lorenzo Córdova a #YaSabenQuién que anda tan enojado?
*Como dato extra en abril de 2023 cuatro consejeros del INE terminan su gestión y sus relevos deberán ser electos por las dos terceras partes de la Cámara de Diputados. Se trata de Lorenzo Córdova Vianello, Adriana Favela Herrera, Roberto Ruiz Saldaña y Ciro Murayama Rendón. ¿Ton´s?
*Eliminarán los organismos (Oples) y tribunales electorales estatales, lo que supone olvidar que existe el pacto federal y la autonomía de los estados de la Federación. Se suprimirían las elecciones distritales. ¿Y los congresos locales, apá?
*Es evidente que se busca alinear al INE y al TEPJF a la voluntad del Presidente de la República, pues las listas de los candidatos a conejeros y magistrados llevarán el visto bueno de palacio lo que anticiparía un uso facciosas de los organismos. ¿Qué no?
*Desaparecen los diputados y senadores de mayoría, solo habrá legisladores plurinominales designados por lista de partidos, por dedazo pues.
*Se cancelará el financiamiento a los partidos para actividades ordinarias y solo lo recibirán recursos cada 3 años para su participación en las elecciones. Los partidos de oposición estarán condenados a morir de inanición.
* Las minorías partidistas en el Congreso desaparecerán en los hechos, incluyendo a los grupos que actualmente son aliados de la bancada mayoritaria.
*Analistas académicos coinciden en que eliminar o castigar el financiamiento público a los partidos, aumenta el riesgo de que crezca el financiamiento sucio de grupos delincuenciales.
*Además, se pretende suprimir la facultad del INE como responsable del padrón electoral, para que sea la Secretaría de Gobernación la que concentre la información de los ciudadanos. ¿Se acuerdan de la cartilla única de identidad?
Junte usted los pedazos y confirmará que este Frankenstein electoral no tiene ni pies ni cabeza.
Las voces de alerta
El Frankenstein electoral hace antesala en el Congreso.
En el conversatorio La Construcción de futuros posibles, en su capítulo El futuro de la democracia en México, organizado por El Colegio Nacional,
las conclusiones son muy preocupantes.
Diego Valadés, José Ramón Cossío y José Woldenberg coinciden en que la democracia en México enfrenta una de las crisis más profundas de su historia.
México experimenta una etapa de “desconstitucionalización”, lo malo es que ha sido intencional y lo peor es que se hace ostentación de eso, con el “no me vengan con el cuento de que la ley es la a ley”, dice Diego Valadés.
Los riesgos de un retroceso democrático son muy altos con el agravante, subraya Valadés, de la militarización progresiva del país.
El poder en México es unipersonal pues se concentra en el Presidente de la República, con fundamento en los artículos 80 y 89 de la propia Constitución.
En realidad, lo que nunca se ha hecho es modificar las atribuciones metaconstitucionales del poder Ejecutivo.
José Woldenberg insiste en que el único formato que hace viable a un país como el nuestro es el democrático. Pero hoy lo asechan las tinieblas.
Y no será fácil revertir los daños que se causen.
El presidente Ernesto Zedillo hizo una reflexión sobre los gobiernos de América Latina, incluido el nuestro. Un serio problema de nuestro tiempo son los liderazgos populistas, que prometen que el maná caerá del cielo y que proponen fórmulas mágicas para resolver nuestros problemas y culpan siempre a los otros para nunca reconocer la responsabilidad propia.
En el Foro Iberoamericano de la Fundación Internacional para la Libertad, el exmandatario mexicano explicó que los liderazgos populistas llegan al poder a través de la democracia que otros construyeron, pero cuando están en el poder se dedican a debilitarla para construir el poder del déspota y consecuentemente el de la dictadura.
Otra voz de alerta la ha dado el propio Lorenzo Córdova: Si hay cambios que se hagan bien y se actúe con la cabeza y no con el estómago. Si vamos a hacer una reforma electoral a partir de los rencores, o peor aún, de las filias y fobias personales, las cosas seguro van a salir mal.
¿Qué hace falta?
Una reforma del Estado ya no es suficiente debemos transitar hacia la “reconstrucción del Estado Constitucional del México democrático”, dice Diego Valadés.
Columnómetro de Aquiles Baeza
1.- Corcholata champiñón.
El otro López, Adán para más señas, anda muy enfocado en moverle el tapete hasta a las corcholatas de su propio estanquillo, pues no descartó que un militar se anime a entrarle al juego.
Apenas hace unas semanas el mismísimo AMLO señalaba que “nadie en las fuerzas armadas está en busca de ocupar la jefatura del Ejecutivo”. ¿Cambió de opinión?
Por cierto, el último presidente con rango militar que tuvo México, fue hace 76 años.
2.- El gobierno federal podrá contratar deuda en 2023 por 1.1 billones de pesos, para financiar sus obras estrella y las becas-electoreras, lo que llevará al saldo de la deuda pública a ubicarse en 49.4 por ciento del PIB.
Al fin que la van a pagar nuestros nietos y bisnietos.
3.- El gobernador que culpa de todo a “la herencia maldita”, nombró en la Secretaría de Turismo a Aurora Mancilla, ex reina de belleza quien apenas en 2019 terminó su carrera y se desempeñó como directora de turismo en el municipio Soledad de Graciano Sánchez, donde fue la promotora de la feria de las enchiladas potosinas. ¿Qué tal?