Paran a motociclista acusado de atacar con navaja a automovilista
CANCÚN, QRoo, 28 de octubre de 2022.- Desde el Centro Varonil de Reinserción Social Santa Martha Acatitla, reportó Héctor Valdes, periodista en prisión, por delitos fabricados desde el poder.
“Hace ya más de tres meses que llamar por teléfono desde este Centro Varonil de Reinserción Social Santa Martha Acatitla es para mí un reto, a veces infranqueable, debido al aislamiento total y relatando que ahora, en el argot carcelario, le llaman la máscara de hierro a la que me ha sometido la autoridad penitenciaria con el pretexto de unas medidas precautorias solicitadas a mi favor por el mecanismo para prevenir y erradicar la tortura de la Comisión Nacional de Derechos Humanos que solicito –si no fuera terrible la ironía, es perversamente genial– la medida que pretendía protegerme de las agresiones de la autoridad penitenciaria y que ahora se tornó en un castigo atroz, que precisamente las autoridades vigilan se cumpla ininterrumpidamente”
No siempre fue así, en estos casi dos años de prisión –por un delito fabricado con jueces de consigna– que me llevó a atestiguar, de primera mano, el mayor grado de corrupción e impunidad, de que se vale la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, a través de la Subsecretaría del Sistema Penitenciario de la Ciudad de México, para obtener dinero sucio, producto de extorsiones y microextorsiones a la población, personas privadas de la libertad de las que obtiene decenas de millones de pesos en efectivo mensualmente, es decir, millones diariamente.
Uno de los rubros más redituables para los mandos policiacos, es precisamente el manejo de la comunicación telefónica en las prisiones, –en otro artículo ya hemos expuesto con todo detalle que en el Reclusorio Preventivo Varonil Oriente existen alrededor de cuatro mil 500 teléfonos celulares en manos de internos, por lo que cada preso paga de mil a mil 500 pesos semanales, dependiendo del uso que le dé a su línea como le llaman.
Las líneas que son para “generar”, es decir, trabajar desde la prisión en fraudes, extorsiones, coordinación y dirección de actividades ilícitas por los reclusos, cuesta por supuesto mucho más, mil 500 pesos es lo menos, todo con el conocimiento y la tolerancia de cada uno de los policías que trabajan en calidad de custodios.
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