Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
@guerrerochipres
El avance en la seguridad pública tiene, entre otras, una explicación esencial: la capacidad operativa para la captura de objetivos prioritarios y el reconocimiento a la tarea policial.
La Central de Abasto (Ceda) de la Ciudad de México—con una población diaria flotante de 500 mil personas, dos tercios del total de estados como Colima o Baja California Sur— ha disminuido en 72% la delincuencia de alto impacto en cuatro años.
Dar continuidad al modelo de seguridad impulsado en la capital nacional por la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, como ha ocurrido en la administración de Marcela Villegas Silva en el mercado mayorista más grande de América Latina, ha permitido en cuatro años una reducción de 60% en extorsión, robo a vehículo, a transportista, a negocio o a transeúnte.
¿Qué explica el avance en seguridad? Sin duda, una estrategia integral basada en la capacidad operativa para identificar a los generadores de violencia y desmontar sus actividades, entre ellos, la captura de una banda dedicada a los préstamos y extorsión “gota a gota”, otra de la pseudolotería “la rapidita”, o el grupo de “los boqueteros” dedicados a los robos de bodegas.
En este proceso ha sido básico superar el paradigma de que basta con una mayor presencia territorial de policías para la construcción de entornos seguros. Ese modelo tiene impacto en la percepción, en disuasión de la actividad delictiva donde hay agentes y en la reacción al momento de perpetrado el delito, pero no garantiza necesariamente la erradicación de los delitos. Los mueve de un punto a otro.
En la CDMX, y por extensión al interior de la Ceda, la transformación de una Policía reactiva por una corporación que hace inteligencia policial ha permitido reducir la violencia al enfocar la estrategia a identificación, ubicación y persecución de objetivos prioritarios.
Las capturas de generadores de violencia contribuyen al clima de seguridad y paz de cualquier entorno y limita la posibilidad de reorganización de los grupos criminales. Suele estar acompañada de la voluntad y compromiso policial, como el mostrado por 103 agentes que fueron reconocidos este martes por la Ceda y el Consejo Ciudadano de la CDMX.
Trabajar en conjunto con las y los policías amplía las oportunidades de seguridad y atención a las necesidades de las personas que cada día laboran o acuden a la Central. El Consejo Ciudadano ofrece, en un módulo en el lugar, apoyo jurídico y psicológico, además de apoyar en capacitación a los agentes.
Los resultados son evidencia de una estrategia desplegada en CDMX, a la cual se suman empresarios y ciudadanía.
Salvador Guerrero Chiprés es presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México