Ráfaga/Jorge Herrera Valenzuela
Son casos diferentes, pero relacionados.
Expliquemos el oxímoron:
Ricardo Mejía Berdeja quiso jugar a la rebelión en las ligas superiores y salió del gobierno y del ánimo presidencial como un traidor.
Perdió.
En cambio, el fogueado Ricardo Monreal durante largo tiempo se ha mostrado como disidente y crítico de las políticas de Palacio Nacional.
Ganó.
¿Cuál fue la diferencia?
El ex subsecretario de Seguridad Pública no pudo exhibir capital político mayor y en consecuencia tampoco resistió presiones y ambiciones.
Mejía Berdeja se dobló por la cintura y se fue en busca de un señuelo mientras López Obrador lo definía en red nacional y ante su grey de pies a cabeza:
“…no me dio ni el adiós, nada más me mandó un papel… En lo que corresponde al partido del cual tengo licencia, hay un procedimiento que yo apoyo…”.
Sí, las encuestas a favor de Armando Guadiana y a las cuales fue llamado a obedecer Mejía Berdeja para mantenerlo en el cargo y luego ascenderlo a miembro del gabinete.
Ya nos será.
VACÍO SENATORIAL
Por el contrario, Ricardo Monreal ya fue premiado.
No nada más fue excluido de manera sistemática de la lista de corcholatas, sino de Palacio Nacional y hasta de la visita de senadores morenistas pastoreados por él.
Pero han venido rebeliones por las falsas encuestas difundidas por Mario Delgado, empleado presidencial a cargo de su partido, y han comenzado a hacer mella en el tabasqueño.
Ricardo Mejía Berdeja no es de cuidado por sí mismo porque no tiene arraigo en Coahuila y se le informó la principal razón para postular a Armando Guadiana: no gana, es sacrificable.
Como petista arrastrará algunos seguidores, pero cualquier número es considerable si el priísta Manuel Manolo Jiménez parte con ventaja de dos dígitos para la elección de junio.
Quien sí puede abrir un boquete mayor al movimiento rumbo al 2024 es Ricardo Monreal, el zacatecano cuyo primer vacío sería en el Senado y luego en las elecciones federales.
Por eso lo tomaron en cuenta, lo cual no sucedió con Mejía Berdeja.
Monreal anda sonriente y optimista:
-Ya eres corcholata -le comenté.
-Me los voy a chingar. Tengo todo para ganar si el juego es parejo y no hay cartas marcadas.
A INVITACIÓN SUYA
Pese a su empeño, Ricardo Monreal sigue ayuno de muchos apoyos.
En múltiples reuniones, bilaterales o en grupo, los gobernadores oficialistas se les ordenó promover a las corcholatas con todos los recursos a su alcance.
Todavía el fin de semana en la Secretaría de Gobernación (Segob), sede oficial, Adán Augusto López les repitió las instrucciones.
Adicionalmente, el administrador de la franquicia, Mario Delgado, les envió una carta donde se les pide organizar visitas de todos –Clauda Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López, Ricardo Monreal– para exhibirlos en público.
La misiva no dejada dudas: “…a invitación expresa de usted”.
Los tres primeros llevan delantera porque desde hace meses tienen equipos de campaña en todos los estados, espectaculares, eventos, giras disfrazadas de conferencia, etcétera.
Por lo tanto, Monreal debe actuar contra el calendario.