Itinerario político
@guerrerochipres
Las redes sociales y plataformas digitales conducen, eventualmente, a la desinformación, incitación al odio, influencia electoral e intrusión en los datos personales.
Este último aspecto mantiene un debate en torno a la garantía de privacidad que puede ofrecer la aplicación china TikTok, y frente a la cual gobiernos de varios países vetaron su empleo.
Estados Unidos y Canadá alertaron por riesgos de espionaje chino, y el gobierno estadounidense demandó a los propietarios vender sus participaciones. El portavoz de la app ha dicho que esa medida no resuelve el clima de desconfianza sobre el manejo de datos.
¿Quién puede, bajo este escenario, abrogarse la legalidad y legitimidad para regular y monitorear el comportamiento de las redes sociales?
Nueva Zelanda y Reino Unido son los países más recientes en sumarse a estados que prohíben la plataforma en dispositivos oficiales.
La lista ya es larga: Dinamarca, Letonia —porque el éxito de la app está en la precisión para adivinar lo que todos quieren ver y eso implica un riesgo de recopilación de datos—, Bélgica, Taiwán —que la extendió a software fabricado en China—, Afganistán, Pakistán —por promoción de contenido inmoral— e India.
TikTok cuenta con más de mil millones de usuarios en todo el mundo. Según el portal Statista, es la sexta red con más seguidores; la primera es la estadounidense Facebook, de Mark Zuckerberg, con casi 3 mil millones; le siguen YouTube con más de 2 mil 500, WhatsApp e Instagram con 2 mil cada una y la también china WeChat con más de mil 300.
En las redes sociales las personas desarrollan parte de su vida y, en algunos casos, pasan la mayor parte de su tiempo, pero es un espacio privado, que le pertenece a alguien más y que en cualquier momento puede imponer sus reglas.
¿Qué debería hacerse entonces? ¿Regular las conductas de los usuarios, a los dueños de las plataformas o a los influencers que pudieran ser un riesgo?
En 2020, Twitter fue multado en Irlanda por 450 mil euros por incumplir el régimen de privacidad de la Unión Europea; en 2018, Zuckerberg compareció ante el Senado de EU por el uso indebido de datos de 87 millones de usuarios durante las campañas presidenciales de 2016.
El mes pasado, la directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, se pronunció por regular plataformas como Twitter y ayudar a que internet sea un espacio seguro y con información verificada.
En promedio, una persona puede emplear hasta ocho apps —desde texto hasta correo electrónico— para comunicarse y mantenerse en contacto con otras, y en esa necesidad de conectividad han estado dispuestas a perder un poco de su privacidad a cambio de pertenencia a una comunidad virtual.
El debate está abierto y no es exclusivo para TikTok.
Salvador Guerrero Chiprés es presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México