Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
Guerra civil en Morena por el 2024
El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard advirtió que para evitar “la guerra sucia” en las campañas de los aspirantes a la candidatura presidencial por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), la dirigencia de esa agrupación política debe fijar reglas básicas de cumplimiento para todos los contendientes.
Ebrard busca sí atemperar los obuses y cañonazos que le lanzan desde el Palacio del Ayuntamiento, y que han hecho mella en su precampaña, al borrarle y tumbarle muchas bardas de propaganda política a su favor.
La guerra civil –hasta ahora de media intensidad—ha iniciado y tres de las corcholatas afinan su armamento, mientras que el llamado corcho busca tan sólo sobrevivir y no morir en el fuego cruzado.
Se sabe que al momento más de 600 bardas en favor de Ebrard fueron borradas en la ciudad de México por trabajadores de limpieza del gobierno capitalino. Alberto Esteva, gente cercana a Ebrard, aseguró que dichas bardas representan el 80 por ciento de las pintadas en la capital.
Dijo al respecto:
“Esta acción, de borrar las bardas con pintas ciudadanas a favor de Marcelo, nos demuestran que hay una enorme simpatía en el Valle de México a favor de él y sea el coordinador de la defensa de la 4T”.
El canciller ha respondido así al llamado que hiciera el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado en demanda de unidad y ver primero por las elecciones próximas en el estado de México y Coahuila, donde se prevé el reparto de victorias.
Delgado ha advertido sobre la posibilidad de mayores convulsiones de no llevarse a cabo una contienda “fraterna” entre quienes buscan la silla del águila en el 2024.
El titular de la política exterior observa que Delgado habla de evitar rupturas, de evitar conflictos, “y yo creo que tiene la razón y eso sólo se puede evitar cuando haya reglas claras, pues cuando no hay reglas y hay ausencia de las mismas entonces prevalece “la ley de la selva”.
Ebrad afirmó que todo ello se lo ha venido planteando a Mario Delgado desde hace más de medio año y ”no ha sido capaz siquiera de convocar a una reunión”. Urgió entonces a reunir a los aspirantes a la candidatura de Morena para convenir las etapas a seguir dentro del proceso interno.
“Yo le pediría que haya reglas del juego como las que propone hoy y que nos llame a los involucrados, nos entreguen una hojita con las cuatro cosas que se valen hacer y las que no se valen. Y entre más pronto mejor”, enfatizó el canciller.
Al respecto, Claudia Sheinbaum, jefa del gobierno capitalino y quien encabeza las preferencias, según diversos ejercicios de varios diarios nacionales, respondió de inmediato que en este momento no tiene pensado renunciar a su cargo para dedicarse a la elección presidencial, pues todavía tiene cosas por cumplir al frente de la ciudad de México.
“Eso, en todo caso, lo veremos si salimos arriba en las encuestas de Morena”, aunque si consideró la conveniencia de acelerar los tiempos de las mismas”, dijo para comprometerse a respetar las decisiones de su partido.
Muy por debajo de Marcelo, Claudia y el mismo Adán, el líder de la Junta de Coordinación Política y quien fuera considerado un excelente interlocutor con las bancadas opositoras al interior del Senado, Ricardo Monreal, que ya se ganó las sonrisas y apapachos del jefe del Ejecutivo, deja ver su escenario posible en la contienda interna: “se van a venir tiempos más difíciles y complejos por adelantar la sucesión del proceso interno que podría rebasar la disciplina partidista”.
Ya sin nada que ganar y mucho por perder, Monreal sabe de lo que habla y observa desde ahora el choque de tribus, al menos de moderados y radicales al interior de Morena, mismas guerras fratricidas que dividieron y terminaron por pulverizar al ya inexistente Partido de la Revolución Democrática (PRD). Sabe bien que no será el destapado y que la lucha se ha centrado entre Claudia y Marcelo, de ahí que su sume a las palabras del canciller, con quien guarda una buena relación.
Mientras tanto, en Puebla se registraron al menos una docena de bardas y espacios públicos de la zona metropolitana a favor de Claudia y Adán, lo que provocó una marea de reacciones en las redes sociales. La promoción de esas dos figuras del morenismo no ha gustado a los poblanos. Sin reglas y especificaciones los morenos se atizan y dan de que hablar.
Pero en todo este embrollado juego de las corcholatas, hay un dueño de la cancha, del balón, de los jugadores y hasta de los árbitros, quien desde Palacio Nacional ha dado un manotazo en favor de Claudia y en contra de Márcelo. Andrés Manuel López Obrador, único definidor del proceso ha mandado decir a sus jugadores que respeten los tiempos para la definición: “hay que esperar, política es tiempo”.
Quietos todos.